Najla Veloso
La alimentación escolar es más que una política para vulnerables
La escuela es responsabilidad del Estado en todas sus dimensiones y la alimentación es una de ella.
- Actualizado: 16/4/2023 - 11:55 am
Las escuelas son espacios idóneos no solo para educar, sino para garantizar acceso a la comida que un individuo necesita, independientemente de su clase social, economía, color, género y religión, sostiene Najla Veloso, coordinadora Regional del Proyecto de Alimentación Escolar para América Latina y el Caribe/ FAO, programa que busca penetrar en la estructura del Estado en Panamá.
¿En qué consiste el Programa de Alimentación Escolar (PAE)?
Desde el 2009 hemos trabajado para fortalecer los programas de alimentación escolar en esta región. Nuestra idea no es aportar comida a los estudiantes o estructura logística, nuestra mirada es fortalecer las políticas de alimentación escolar y todo sus complementarios. La Alimentación Escolar es una política que debe atender el 100% de los estudiantes, no solo a los vulnerables porque todos tenemos necesidad de comida. Los temas de obesidad y desnutrición no tienen clases.
¿Cómo enfocar estas políticas?
Tenemos una mirada organizativa, de que esto tiene que ser un programa nacional. Una cosa que el Gobierno tome de manera intersectorial, que haga acontecer todo y lleve un plato saludable, fresco y sabroso en las escuelas. Para eso necesitamos de una acción intersectorial de varios ministerios y hemos fortalecido que los gobiernos se organicen en comités técnicos para crear las condiciones para que se pueda comprar a la agricultura familiar. Que se puedan promover condiciones nutricionales satisfactorias no solo a niños, también a adolescente, adulto y toda la población escolar.
¿Cómo integrar a la región?
Nosotros creemos que los gobiernos en red se fortalecen, por eso el Gobierno de Brasil con el apoyo de la FAO creó la Red de Alimentación Escolar Sostenible, que es una red que nos pone a todos en el diálogo de qué podemos hacer, qué paradigmas, conceptos y acciones tenemos que tomar a nivel regional para hacer que los más 150 millones de estudiantes de esta región puedan tener comida generalmente.
¿Qué tanto ha penetrado este programa en la conciencia de los Estados?
Creo que avanzamos mucho en el cambio de paradigmas, porque cuando llegamos a investigar en esta región, el paradigma era que la alimentación escolar podría ser cualquier cosa para los grupos pequeños de estudiantes vulnerables. Hoy no, a lo largo de estos 14 años, hemos construido este paradigma de educación escolar como un derecho humano a la alimentación adecuada en las escuelas, para todas las edades.
¿Cuántos países forman parte de este programa?
Ya tenemos seis países que tienen leyes de alimentación escolar, siete contando a Panamá. Tenemos capacidad técnica de saber cómo debemos hacer, experiencia de escuelas sostenibles en 14 países. Ya sabemos cómo, el tema es crear las competencias de gestión para avanzar, ese es el desafío.
La gestión es el desafío, ¿cómo lo deben hacer los Estados?
Nosotros tenemos algunas experiencias verificadas en los países. En Brasil tenemos el valor per cápita para cada estudiante, pero hay descentralización de la gestión de la política. Los alcaldes y gobernadores de Estados también tienen responsabilidades, es una política de operar, dirigir y colaboración para gestionar de manera participativa y descentralizada para tener también control social de otras instituciones de poder público. Lo que discutimos fue escalar la realidad de cada país, cuáles serían los mecanismos más sostenibles y eficientes para generar administrativamente procesos que puedan acelerar este programa.
¿Cómo romper la burocracia para desarrollar escuelas sostenibles?
Lo llamamos sostenibles porque va a ofrecer una comida adecuada y sabrosa, pero sin la obra pública de la agricultura familiar eso no es posible. Nosotros pensamos que la sostenibilidad desde el punto de vista alimentario, nutricional y para desarrollo económico, territorial local, es fundamentalmente importante que los ministerios de agricultura de cada país tomen como referencia la compra pública de la agricultura familiar, no solo para escuelas, puede ser para cárceles, hospitales y otros sectores. Se hace una doble maniobra, el Estado beneficia a la población rural y la población beneficia al Estado. Es una cuestión de pensar, se pueden crear normativas, estrategias administrativas para hacerlo posible.
¿Es posible en todos los países?
Cinco años atrás yo no les diría que era posible en todos los países, hoy les puedo decir que es posible, depende mucho de la organización, de la estructura, de las decisiones y la buena voluntad política.
¿Por qué resalta la universalidad del programa?
Cada país tiene una realidad y a veces los recursos no son suficientes para garantizar alimentación de manera universal y lo hacen de forma escalada, y es normal, pero no poder ser meta. Cuando ponemos que la meta debe ser universalizar la alimentación para todos los estudiantes matriculados en el sistema público de enseñanza, es porque todos tienen derecho. El principio del derecho humano a la alimentación adecuada es para todos. La escuela es responsabilidad del Estado, un papá o una mamá que pone a su hijo en la escuela, independientemente de la edad, está entregando al Estado como contrapartida, que le cuide a su hijo en todas sus dimensiones y la alimentación es una de ellas.
¿Cuánta población impacta el programa desde sus inicios?
En esta región, estamos cerca de los 83 millones de estudiantes atendidos, el tema es que, nosotros solo atendemos a la mitad de la gente que deberíamos atender. Debe haber por lo menos más de 80 millones de estudiantes que no están siendo atendidos. Nuestro desafío es la universalidad, de hacer que esta gente tenga el mismo derecho que los primeros.
¿Cuánto es el costo de implementación de esta política?
Es una política de bajo costo si pensamos en sus beneficios. Es una política que los países ya la tomaron como importante, es un enfrentamiento no solo para el tema de salud, sino de educación, de desarrollo social, de género, de producción agrícola. Es una red que impacta a los ODS y es una política que, si operara de manera intersectorial, es posible desarrollar en países con una población de 257 millones de personas y otros con cinco millones. Depende mucho de la gestión que se hace de los recursos públicos y hoy podemos decir que los países ya tienen recursos destinados a la alimentación escolar.
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