ESTADOS UNIDOS
¿Quieres ser más feliz? Entrena todos los días la gratitud
- Marina Segura
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- EFE Reportajes
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- @PanamaAmerica
Las personas que han incorporado a su vida diaria el hábito de agradecer están más satisfechas con la vida, se consideran más felices y tienen mayor autoestima.
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Estos impactos positivos en la persona que da y en la persona que recibe se han demostrado a nivel científico con experimentos reales, sobre todo en Estados Unidos y en el ámbito de la psicología positiva, afirma en una entrevista con EFE la psicóloga y profesora Laura Amado con motivo del Día Internacional del Agradecimiento, que se celebra el 11 de enero.
El hábito de la gratitud, tener un enfoque optimista y "esperanza realista" fortalece el sistema inmune, todo lo contrario que estar centrado "hacia el déficit, a lo que carecemos y a la dificultad. Darle la vuelta y practicar y entrenar todo esto parece fácil pero no lo es". ¿Cómo entrenar la gratitud?: Acciones concretas. "El acto del agradecimiento no es algo que se hace de manera mecánica, sino que hay que hacerlo de modo consciente. No sirve simplemente dar los buenos días y las gracias, aunque una vez lo incorporas ya sí te sale automáticamente".
Para ello, Amado, vicerrectora de Estudiantes de la Universidad Abat Oliba CEU (Barcelona), aconseja llevar un diario o libreta de gratitud donde anotar todos los días las cosas por las que uno se siente agradecido, "no necesariamente cosas extraordinarias sino cotidianas que muchas veces pasan desapercibidas".
Adquirir esta costumbre diaria de escribir es lo que acaba haciendo personas "más humildes y vinculadas al entorno, sintiéndose mejor. No se trata de tener más sino ser capaz de apreciar lo que eres y tienes, y lo que ofreces".
Otra idea que ayuda a "entrenarse" es tener un recordatorio diario, desde una piedra a pegar un pósit en un lugar visible o escuchar una canción favorita. "Cualquier cosa que te oriente hacia el gran regalo que no somos conscientes de tener hasta que sufres una pérdida".
En el caso de esta psicóloga, ella tiene una piedra guardada en una bolsita que guarda bajo su almohada y otra que deposita en su despacho de trabajo. Repara en ellas a la hora de levantarse, acostarse y al mediodía; le sirven para obligarse a disfrutar de un momento de paz, autocontrol, autoestima y enfocarse en lo positivo del día.
La piedra me recuerda el hábito de dar las gracias, por ejemplo "con 49 años perdí de manera súbita la audición del oído izquierdo por lo que por las mañanas soy consciente de lo valioso que es tener todos los sentidos abiertos, tener dos ojos, dos manos, dos pulmones, tener trabajo, hijos, compañeros...".
Basta con dedicar a estos ejercicios unos minutos: "Respira, contempla tu entorno y escoge tres personas o tres situaciones por las que puedas estar agradecida. Te cuesta porque das por hecho todo lo que recibes y eso es lo que hay que cambiar". La experiencia de Paiporta. La gratitud también ayuda a establecer vínculos y conexiones a nivel emocional más duraderas con los demás, explica Laura Amado, que recientemente visitó Paiporta junto a sus alumnos, el epicentro de la dana en la provincia de Valencia (España) que dejó más de 200 muertos.
"Iba con ganas de ofrecerme y he regresado cargada de gratitud. Ellos sentían una gran alegría por vernos allí desinteresadamente, les hace sentir que valen la pena, sus lágrimas de emoción eran de gratitud todo el tiempo. Se generan conexiones a nivel emocional muy potentes que hacen que esas personas que llevan un mes en ruinas se levanten cada día sin lamentarse y con fuerza, y digan: 'adelante'".
La profesora también recomienda escribir cartas de agradecimiento, algo que ella misma practica cuando llega la Navidad. "En esas fechas, todo el mundo está estresado con los regalos cuando no hay nada más profundo que puedas regalar que unas palabras de amor, de reconocimiento y poner en valor a tu padres, suegros o amigos, aunque solo les dediques tres o cuatro frases".
"Cada vez nos da más vergüenza dar las gracias con detalles concretos; las personas se toman mucho tiempo en las compras, pero luego se abre el regalo y no queda nada en el corazón, mientras que las palabras de agradecimiento tienen un efecto brutal".
Laura Amado no solo lo hace con sus seres queridos más cercanos sino también con su equipo de trabajo -tiene a quince personas a cargo-. Es una manera de humanizar la relación laboral para crear más conexiones emocionales y, además, contribuye a trabajar mejor. Y en cuanto al calendario de adviento de chocolatinas para los más pequeños ¿Por qué no introducir unas notitas que van directas a su corazón?".
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