Reforestar
Talando nuestra savia
- Jaime Figueroa Navarro
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¡Vergüenza y desdeño debe resultar al gobierno saliente otorgar permisos de tala en un paraíso ambiental a cambio de prebendas por parte de obscuros comerciantes por la destrucción de nuestro oxígeno!
![Smithsonian Tropical Research Institute que identifica, dentro de las especies ideales para la reforestación, al cocobolo, almendro de montaña, amarillo, quira y zapatero en vez de teca, pino y otras especies de recién popularidad. Foto: Epasa.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/tala_riqueza_forestal.jpg)
Smithsonian Tropical Research Institute que identifica, dentro de las especies ideales para la reforestación, al cocobolo, almendro de montaña, amarillo, quira y zapatero en vez de teca, pino y otras especies de recién popularidad. Foto: Epasa.
Durante frecuentes conferencias a estudiantes de turismo en las diferentes universidades en ciudad de Panamá y provincias, un momento crítico de mi plática al resonar las diversas geografías istmeñas resulta ser cuando formulo la pregunta sobre cuántos de los presentes han visitado el Darién.
Una que otra, a veces ninguna, mano tímida se eleva confirmando su presencia en la provincia más extensa y menos poblada del país.
Si los estudiantes de turismo no le visitan, no le conocen, ni le respiran, menos le frecuenta el grueso de una población indiferente a sus encantos y prodigios.
La semana pasada fui invitado a la interesante charla titulada ¿Por qué en Panamá escasea el agua?, dictada por el ilustre Ing. Olmedo Alfaro Preciado, en el salón Los Corales, del Club Unión, frente a una muy nutrida audiencia de eruditos y pensantes de variadas disciplinas.
Egresado de la Academia Militar de Estados Unidos en West Point, Nueva York, Olmedo amalgama bien una preparación militar, estricta en todos los términos de la palabra, forjadora de carácter y principios que le sirven el resto de su existencia, con un profundo amor al terruño que a las postrimerías de su existencia le elevan al loable empeño de crear conciencia sobre un tema de vital importancia en el devenir istmeño.
Ante todo, resalta en una lámina el titular de la sección de Economía del 4 de junio del diario La Estrella de Panamá donde resalta "Banano y madera lideraron exportaciones en el primer trimestre del año". Resulta inaudito que la indiscriminada tala de frondosos árboles nos hurtan las áreas protegidas de Darién.
¡Vergüenza y desdeño debe resultar al gobierno saliente otorgar permisos de tala en un paraíso ambiental a cambio de prebendas por parte de obscuros comerciantes por la destrucción de nuestro oxígeno!
Continúa la disertación exponiendo nuestra realidad del agua.
Somos el quinto país del mundo con mayor precipitación, el segundo con más agua de lluvia por persona y el primero en América en mayor uso de agua.
En síntesis ¡fallamos gravemente en almacenar el agua disponible!
El corazón de la conferencia resulta ser la solución al grave problema que nos aqueja exponiendo el tema del efecto esponja.
Se trata de un mecanismo para crear un queso suizo microscópico a través de biodiversidad en el subsuelo, sotobosque y dosel que resulta en una íntima simbiosis entre diversos organismos vivos. Esta unión de árboles tropicales con sinergias extremas colaboran con el atrapamiento de agua en la época lluviosa y su liberación durante el verano hacia ríos, lagos y profundos pozos.
El efecto esponja da como resultado la fotosíntesis que es el proceso bajo el cual la energía de los rayos solares se convierte en energía química en forma de azúcares liberando oxígeno como subproducto.
¡Oxígeno, agua, ecología y medio ambiente en un mundo en proceso de autodestrucción por la indiferencia que ha dado origen al cambio climático!
Un orbe repleto de fábricas tóxicas que a diario exprime su savia.
Se hace evidente la necesidad de reforestar no solamente el Darién sino las remanentes provincias siguiendo las sabias instrucciones del Smithsonian Tropical Research Institute que identifica dentro de las especies ideales para la reforestación al cocobolo, almendro de montaña, amarillo, quira y zapatero en vez de teca, pino y otras especies de recién popularidad. ¡Y de una vez por todas eliminar, castigar vehemente la fatídica tala de árboles en Darién y a través del istmo!
No queda más que agradecer profundamente al Ing. Alfaro Preciado su patrullaje doméstico e investigación científica en espera que su fecunda docencia no quede en los sordos oídos de un nuevo gobierno que bien podría tomar cartas en este asunto de vital importancia en la diferencia entre ser y estar, tomando la batuta en el liderazgo de una política agresiva para la sobrevivencia de nuestras futuras generaciones.
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