Países europeos recurren a buques mercantes para disuadir migración
El regreso forzoso de los migrantes también ha puesto a muchos de ellos en peligro mortal en tierra, debido a la guerra civil de Libia.
- Patrick Kingsley
- - Publicado: 06/4/2020 - 03:00 pm
HAMBURGO, Alemania — El Pantera, un barco mercante alemán, no está en el negocio de los rescates marítimos. Sin embargo, un día, hace unos meses, la Guardia Costera de Libia le ordenó rescatar a 68 migrantes en el Mediterráneo y regresarlos a Libia, que está envuelta en una guerra civil.
La petición era al menos la tercera vez el 11 de enero en que los libios habían llamado a un barco mercante para que ayudara a migrantes.
Los libios fácilmente podrían haber alertado a un barco de rescate cercano operado por una organización benéfica española. La razón por la que no lo hicieron llega al meollo de cómo las autoridades europeas han hallado una nueva forma de frustrar a los desesperados migrantes africanos que intentan llegar a sus costas.
Buques comerciales como el Pantera deben seguir las instrucciones de fuerzas oficiales, como la Guardia Costera libia, que trabaja en estrecha colaboración con su homóloga italiana.
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Los barcos de rescate humanitario, por otro lado, llevan a los migrantes a Europa, citando la ley internacional de refugiados, que prohíbe regresar a éstos al peligro.
Después del arribo del Pantera a Trípoli, soldados libios lo abordaron, obligaron a los migrantes a desembarcar a punta de pistola y los condujeron a un campo de detención en la sitiada capital libia.
Desde la crisis migratoria del 2015, los gobiernos europeos a menudo han impedido que ONGs de rescate que patrullan el sur del Mediterráneo lleven a migrantes rescatados a puertos europeos.
Las armadas y guardias costeras europeas también se han retirado en gran medida del área, dejando a la Guardia Costera libia a cargo de la búsqueda y el rescate.
Aunque una convención internacional sobre búsqueda y rescate exige que los buques mercantes obedezcan órdenes de las fuerzas de la Guardia Costera de un país, el acuerdo no permite que esas fuerzas elijan y decidan quién ayuda durante las emergencias, como lo hizo Libia.
“Esa es una política a todas luces ilegal”, dijo Itamar Mann, experto en leyes marítimas de la Universidad de Haifa, en Israel.
Pero los dueños de buques comerciales dicen que tras salvar del ahogamiento a migrantes, su deber legal es hacer lo que les ordena la Guardia Costera libia, como lo decreta una convención separada sobre búsqueda y rescate.
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Desde el 2018 ha habido alrededor de 30 de esas devoluciones, involucrando a unos mil 800 migrantes, en las que los buques mercantes han devuelto migrantes a puertos libios o los han transferido a buques de la Guardia Costera libia.
Es probable que el número real sea mayor.
Los grupos de derechos humanos temen que la negativa de Libia a trabajar con rescatistas humanitarios haya puesto en peligro la vida de más migrantes en el mar.
El número de personas que llegan a Italia ha caído más de un 90 por ciento desde el 2017, mientras que el número de muertes en el sur del Mediterráneo ha disminuido casi a la mitad en el mismo periodo.
Pero la cantidad de personas que se ahogan, como proporción de las que intentan cruzar, ha aumentado de manera drástica —de aproximadamente 1 de cada 50 en el 2017, a 1 de cada 20 en el 2019, informa la Organización Internacional para las Migraciones.
El regreso forzoso de los migrantes también ha puesto a muchos de ellos en peligro mortal en tierra, debido a la guerra civil de Libia.
En febrero, un ataque aéreo dio en el muelle utilizado por el Pantera para desembarcar migrantes en Trípoli. Una vez en tierra, los migrantes son encarcelados en campos de detención operados por diversas milicias. El julio pasado, un campo fue bombardeado, matando a 53 prisioneros.
Los migrantes a menudo son torturados, violados, retenidos por rescate o tratados como esclavos.
Steven, un joven de 20 años de Sudán del Sur, describió que funcionarios libios le dispararon y lo golpearon después de que un barco comercial lo devolvió a Libia en noviembre del 2018.
“Era mejor morir en el barco”, dijo Steven, quien pidió ser identificado sólo por su primer nombre por temor a repercusiones legales.
La cuestión de la culpabilidad es compleja.
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La ley internacional de refugiados dice que los migrantes no deben ser devueltos, sin el debido proceso, a los países de los que huyeron.
Pero en casos que involucran a buques mercantes, los migrantes a menudo son rescatados en aguas internacionales, antes de llegar a las fronteras marítimas de Europa.
Las autoridades en Italia y la Unión Europea dicen que, por lo tanto, deberían ser regresados a Libia, puesto que Libia coordina las operaciones de búsqueda y rescate en estas aguas internacionales.
Los críticos argumentan que Italia y sus aliados europeos aún tienen responsabilidad.
Durante al menos parte del 2019, oficiales de la armada italiana a bordo de un buque italiano atracado en el puerto de Trípoli supervisaron rescates en nombre de los libios.
El Comodoro Masoud Abdal Samad, de la Guardia Costera libia, dijo que un barco italiano atracado en Trípoli ya no dirige la actividad de la Guardia Costera.
Pero las tripulaciones de la Guardia Costera aún usan a veces el equipo del barco italiano para comunicarse con buques mercantes, admitió Abdal Samad.
Jason Horowitz contribuyó con reportes a este artículo.
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