Las deportaciones continúan, pese a la pandemia
- Caitlin Dickerson y Kirk Semple
Las autoridades guatemaltecas evalúan la salud de los deportados que llegan al aeropuerto de la ciudad de Guatemala para detectar posibles infecciones.
En la lucha por contener la propagación del COVID-19 en Estados Unidos, la Administración Trump continúa su agresiva agenda contra la inmigración, deportando a miles de personas a sus países de origen, incluyendo a algunos que están contagiados con el virus.
Docenas de guatemaltecos que fueron repatriados por funcionarios de inmigración de EE.UU. desde fines de marzo dieron positivo para el coronavirus tras regresar, señalan autoridades guatemaltecas.
Y las deportaciones de niños que llegaron a la frontera sin tutores adultos han aumentado marcadamente luego de las intensificadas restricciones en la frontera adoptadas durante la pandemia.
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El mes pasado, el presidente Donald J. Trump selló la frontera suroeste, diciendo que la medida era necesaria para evitar que los migrantes llevaran el coronavirus a Estados Unidos. Pero pocas personas con la enfermedad, si es que alguna, han cruzado la frontera desde México, y las autoridades guatemaltecas ahora acusan a EE.UU., que tiene la mayoría de los casos de coronavirus en el mundo, de enviar a personas infectadas al otro lado de sus fronteras.
Las deportaciones a Honduras y El Salvador también han continuado. Esos países, al igual que la vecina Guatemala, están aquejados por pobreza y débiles sistemas de salud pública, lo que los vuelve particularmente vulnerables a los impactos de la pandemia.
En marzo, funcionarios de inmigración completaron 17 mil 965 traslados, de acuerdo con registros de la agencia. Sin embargo, el total de deportaciones ha disminuido hasta la fecha en abril, con 2 mil 985 traslados de ciudadanos extranjeros de todos los países.
Los funcionarios estadounidenses dijeron que estaban suspendiendo los traslados a Guatemala mientras se investigan los reclamos de ese país.
Un total de 95 menores que viajaban sin sus padres fueron repatriados a Guatemala en marzo, comparados con 16 en enero, reporta el Gobierno guatemalteco. Un total de 92 fueron deportados a Guatemala durante la primera mitad de abril.
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El rápido traslado de niños no acompañados representa un cambio significativo respecto a la práctica anterior, bajo la cual los migrantes designados como “menores no acompañados” eran llevados a albergues operados por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados y recibían una oportunidad de solicitar el asilo en Estados Unidos.
Antes de la prohibición fronteriza por la pandemia, estos menores eran deportados sólo después de un largo proceso legal en el que tenían acceso a trabajadores sociales y, en algunos casos, a abogados financiados por el Gobierno.
Los defensores dijeron que el cambio pone a los niños en riesgo de secuestro u otra explotación.
El tema de los deportados que son regresados a Guatemala es delicado al tiempo que el país intenta contener su propio brote.
Las autoridades guatemaltecas han evaluado la salud de los deportados que llegan al aeropuerto de la ciudad de Guatemala para detectar posibles infecciones. Los que tienen una temperatura más alta de lo normal u otros síntomas potenciales son llevados a un hospital especial, informaron funcionarios.
Recientemente, Alejandro Giammattei, el presidente de Guatemala, dijo que la suspensión de los vuelos de deportación continuaría hasta que EE.UU. pudiera asegurar a los funcionarios guatemaltecos que los deportados eran repatriados libres del virus.
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Funcionarios de inmigración de EE.UU. dijeron que realizaban un “examen visual” a los deportados y revisaban su temperatura antes de que abordaran los vuelos.
Las autoridades guatemaltecas reportaron un total de 235 casos confirmados de COVID-19 en el país y siete muertes al 17 de abril. El recuento incluye a personas que fueron deportadas de EE.UU. en las últimas semanas.
Hugo Monroy, ministro de Salud de Guatemala, dijo que esos vuelos estaban agravando el brote en Guatemala al deportar a personas ya infectadas con el virus.
Estados Unidos “prácticamente se ha convertido en el Wuhan de las Américas”, dijo Monroy.
Nic Wirtz contribuyó con reportes a este artículo.
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