PANAMÁ
Comprender la relación que hay entre los trastornos mentales y la obesidad, es el primer paso o un avance para mejorar el tratamiento de ambas condiciones, según especialistas.
La obesidad es una enfermedad crónica que necesita un tratamiento multidisciplinario. Foto: Ilustrativa / Freepik
La obesidad puede ser causada por factores hereditarios, estilo de vida o la alimentación, y aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades crónicas y es imprescindible saber que esta condición va más allá de lo físico, pues también tiene una interrelación con la salud mental.
Esta condición es considerada como una enfermedad crónica, que se relaciona con otras patologías, y que produce una alteración a nivel cognitivo y emocional de los individuos, no obstante, la obesidad no es un trastorno mental.
"Es una enfermedad crónica como trastorno mental, no existe una personalidad única ni propia del paciente con obesidad, por eso no está dentro de las clasificaciones de los trastornos mentales", puntualiza la psicóloga clínica Verónica Vásquez.
Por esta confusión siempre ha existido la duda sobre si la obesidad puede ser la causa o la consecuencia de un trastorno mental, por lo que Vásquez aclara que "lamentablemente no hay una respuesta general".
En este punto es que ambas condiciones se interrelacionan, se pueden presentar casos donde la persona lidia con el estrés comiendo, y puede ser la causa de su obesidad; pero también hay pacientes que tienen obesidad y como resultado de la discriminación social o estigmas a los que son sometidos se puede producir la aparición de un trastorno mental en alguien que psiquiátricamente está sano.
En este sentido, tanto los trastornos mentales como la obesidad pueden ser causa o consecuencia, por ello, es necesario identificar si un paciente que tiene obesidad requiere también un tratamiento para un trastorno mental.
La obesidad en las mujeres está asociada con el aumento de depresión grave en un 37%, afirma un estudio citado por el Centro de Apoyo de la Asociación Americana de Psicología, mientras que otra investigación concluyó que un 51% de las personas con obesidad tenían un historial de depresión grave.
Andrea Soria, asesor médico regional de Novo Nordisk CLAT, hace hincapié en que la obesidad es una enfermedad crónica que requiere un tratamiento multidisciplinario y entender su interrelación con la salud mental es el primer paso para mejorar la atención de ambas.
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"La salud mental es igual de importante que la salud física, una afecta la otra, y ambas son parte del bienestar de las personas. Su promoción y protección es necesaria, así como crear entornos que se basen en el respeto", dice Soria.
La salud mental es un componente esencial de la salud integral, es el bienestar individual y se determina por factores sociales, psicológicos e incluso biológicos, y puede sufrir un deterioro debido a cambios sociales, estrés, discriminación, exclusión y a un modo de vida poco saludable, según la Organización Mundial de la Salud.
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