Panamá
Sequía ha empeorado en los últimos años en Panamá
Los pronósticos indican una disminución de las precipitaciones, especialmente en la región Occidental, polo de producción agropecuaria del país.
- Fariza Gordón
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- - Actualizado: 17/6/2023 - 03:25 pm
La sequía en Panamá ha empeorado en los últimos años, a tal grado que el Gobierno declaró Estado de Emergencia Ambiental en todo el país por la sequía prolongada.
De acuerdo con el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), los pronósticos indican una disminución de las precipitaciones, especialmente en la región Occidental, polo de producción agropecuaria del país.
Además, se ha observado una prolongación de la estación seca y un déficit de lluvias en los últimos seis meses. También existe preocupación por el fenómeno de El Niño, con un pronóstico del 80% de ocurrencia.
MiAmbiente explicó que la causa de la sequía, es mayormente debido al fenómeno de El Niño, dado que Panamá se encuentra en la región tropical y experimenta un clima húmedo en general.
Durante el fenómeno de El Niño, Panamá experimentará una disminución de lluvias y períodos secos prolongados debido al calentamiento del océano Pacífico. Esto altera los patrones de circulación atmosférica, reduciendo la disponibilidad de humedad y afectando la distribución de las precipitaciones.
Sobre los cambios más significativos que está experimentando Panamá debido al cambio climático, MiAmbiente indicó que se observa un aumento de las temperaturas y alteraciones en los patrones de precipitación, lo que afecta la disponibilidad de agua y puede tener consecuencias en la agricultura, los ecosistemas y la salud humana.
De igual manera, se ha registrado un incremento en eventos climáticos extremos como lluvias intensas, tormentas tropicales. Otro aspecto preocupante es la elevación del nivel del mar, que afecta a las comunidades costeras, la infraestructura y la seguridad alimentaria.
En cuanto al impacto a la agricultura y la seguridad alimentaria por la sequía, se explicó que la falta de lluvia conlleva a una reducción en la producción agrícola y a la escasez de alimentos vegetales y animales, poniendo en peligro la seguridad alimentaria. Además, la sequía contribuye al aumento de los precios de los alimentos y puede generar problemas de desnutrición.
Según MiAmbiente, la sequía y el cambio climático provocarán la pérdida de hábitats acuáticos, la disminución de la disponibilidad de agua dulce, cambios en la distribución de especies, alteraciones en la reproducción y migración de las especies, aumento de eventos extremos y la posibilidad de extinción de especies. Estos efectos pueden tener consecuencias graves para la biodiversidad y la función de los ecosistemas.
A falta de agua, los ecosistemas se deterioran y los servicios ambientales disminuyen. La sequía juega un rol importante al limitar el hábitat de los ríos, lo que afecta significativamente a las especies. Muchas podrían desaparecer o migrar debido a la falta de condiciones óptimas para su supervivencia, lo que ocasionaría cambios importantes en el ecosistema.
La entidad recalca que los cambios en el clima, especialmente en el régimen de precipitaciones y aumento de la temperatura pueden causar algunas alteraciones en los ciclos biológicos de algunas especies de flora y fauna.
Por ejemplo, para el caso de las especies de anfibios que habitan los ecosistemas de tierras altas son muy vulnerables a los aumentos de temperaturas y las pocas precipitaciones lo que podrían alterar de manera significativa las poblaciones de estas especies a tal punto de causar estrés y la aparición de enfermedades lo que trae como consecuencia la disminución de sus poblaciones.
Para el caso de la flora, algunos árboles pueden tener variaciones en los procesos de floración, es decir cambios en su fenología (recambio de hojas, floración y fructificación), por ejemplo han notado visualmente que los árboles de Guayacán no están floreciendo de manera sincronizada como se acostumbra que esta especie lo haga, esto no pone en riesgo a la especie pero nos da a entender que algo está pasando con el clima en los últimos años a través de este comportamiento poco usual de la especie.
A nivel nacional se están tomando medidas para mitigar los efectos de la sequía y adaptación al cambio climático, como la elaboración de un Plan Estratégico para el período 2019-2024 que abarca acciones para lograr el desarrollo sostenible, combatir la pobreza y las desigualdades, integrando las dimensiones económica, social y ambiental, y asegurando que nadie quede rezagado.
También, se busca mejorar la infraestructura, desarrollo tecnológico, educación, salud y el sector social, sin descuidar la protección del medio ambiente, la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.
Además, se ha desarrollado el Plan Nacional contra la Sequía en Panamá (PNS) en el 2021, que considera distintos esfuerzos e iniciativas nacionales y se basa en el modelo teórico de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD). El PNS se enfoca en la gestión del riesgo, la coordinación institucional y el apoyo intersectorial para enfrentar la sequía y aumentar la resiliencia climática de los más vulnerables.
MiAmbiente por medio de proyectos promueve el manejo sostenible de la tierra, basado en el logro de las metas de Neutralidad de la degradación de la Tierra, la reforestación de tierras degradadas y la protección de los cuerpos hídricos, también la implementación de sistemas de captación y aprovechamiento de agua de lluvia.
Se está llevando a cabo el Programa de Restauración Forestal (PNRF), las campañas de sensibilización de la Cultura Ambiental, y se ha conformado por Ley, los Comités de Cuencas Hidrográficas.
De igual manera, se elaboró el Plan de Acción para la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (PAGIRH) de Panamá (2022-2026), el cual tiene como objetivo contribuir al aumento en la seguridad hídrica de Panamá, mediante la priorización de acciones concretas que permitan avanzar aceleradamente en la implementación de la gestión integrada de los recursos hídricos, en función de prioridades nacionales, necesidades de los distintos sectores, capacidad institucional y disponibilidad de recursos financieros.
Asimismo, están en el proceso de reactivación y actualización de la normativa que rige el accionar del Comité Nacional de Lucha contra la Sequía y Desertificación (Conalsed).
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