Panamá
El defensor del Pueblo está preocupado por nueva ola migratoria desde Colombia
Ante el numeroso grupo que se aproxima a Panamá, Eduardo Leblanc está preocupado porque no haya capacidad para atender a estas personas y garantizarles sus derechos humanos como debe ser.
- Francisco Paz
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- - Actualizado: 07/2/2021 - 07:07 am
Cerca de la frontera, en el poblado colombiano de Capurgana, alrededor de 700 migrantes penetraron la selva en las últimas horas para tratar de llegar a Panamá, por La Miel, en la comarca Guna Yala.
Después de lo ocurrido en La Peñita, en Darién, en agosto del año pasado, cuando más de 2 mil migrantes se tomaron, literalmente, este poblado de Darién, hay temor por el hecho de que Panamá no tenga capacidad para atender a todas estas personas.
Al Defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc González, le preocupa que no se pueda atender como es debido a esas personas y garantizarles el respeto a sus derechos humanos.
También, la velocidad de respuesta que tengan los países centroamericanos para que abran sus fronteras y estas personas puedan seguir su camino hacia México y Estados Unidos.
"Ya vimos lo que pasó en Honduras y Guatemala y eso también nos preocupa a nosotros, esa capacidad de respuesta rápida de estos países", expresó el ombudsman.
Experiencias similares se han reportado en Panamá, recientemente, cómo fue la odisea que vivieron en todo el mes de enero, más de 300 nicaragüenses que deseaban retornar a su país y se les dificultó por la suspensión de los cruces humanitarios por parte de Costa Rica.
Finalmente, hace unos días, lograron emprender su viaje de retorno.'
El cierre de fronteras por la crisis sanitaria ha ocasionado que el flujo normal de migrantes que venían del Tapón de Darién o entraban por lanchas al país, se haya detenido y se mantengan estancados en las estaciones de Darién.
El no tener las fronteras abiertas, también produce otro problema que es la proliferación de 'coyotes', porque las fronteras son porosas y causan el cruce ilegal de migrantes que tienen que pagar sumas exorbitantes a estos traficantes de personas o ser objetos de robos por parte de ellos.
La entrada preferida de estos migrantes que provienen principalmente de Cuba y Haití es adentrarse a la selva, por el lado de Capurgana, en Colombia, y llegar a La Miel, en Guna Yala.
En el grupo que trata de llegar a Panamá hay, principalmente, haitianos y cubanos.
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Y es que, a pesar del cierre de fronteras acordado entre panameños y colombianos para evitar la propagación de la covid-19, los límites son porosos y siempre entran migrantes, aunque en menor cantidad.
"Hablar de números absolutos es difícil, porque el día que yo fui a Darién habían entrado 75 personas", reconoció el Defensor del Pueblo.
Agregó que conversó con el Alto Comisionado de las Naciones Unidos para los Refugiados, que le comunicó que están buscando como ayudar al país a conseguir más campamentos.
Situación ha mejorado
Leblanc González destacó que, por lo menos, se ha mejorado bastante la atención de los migrantes en Darién.
En el caso de La Peñita, donde hubo el alzamiento de migrantes en agosto, se ha organizado a estos en campamentos.
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"En comparación con Colombia están mucho mejor", dijo el ombudsman panameño.
Entre algunas de las acciones emprendidas por la defensoría para ayudarlos está el tramitar la identificación de los hijos de migrantes que nacen en territorio panameño.
"A través de nuestras oficinas logramos la cedulación de los niños nacidos en Panamá, que por el tema de estar 'aguantados', las madres dieron a luz aquí y tienen ese derecho constitucional de que su hijo tenga una patria", manifestó.
Por año, el país es cruzado por entre 40 mil y 50 mil migrantes. Actualmente, en las estaciones se les da atención a 1,200.
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