Panamá
Agro: Herramienta contra el hambre en Panamá y la región
Lo más preocupante para la FAO en Panamá no es el hambre, es la carga de obesidad, el sobrepeso y la obesidad mórbida, con una característica de malnutrición.
- Miriam Lasso
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- - Actualizado: 22/3/2024 - 07:20 pm
Los desaciertos en las políticas públicas, sobre todo en la producción de los alimentos, condenan a millones de personas en América Central y el Caribe a sumirse en la pobreza y el hambre, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Luego de dos décadas de reducción de número y porcentaje de personas con hambre en la región, la pandemia de la covid-19 y la guerra entre Ucrania y Rusia puso en retroceso muchos de los esfuerzos que se venían desarrollando en la región, reconoce el coordinador subregional de FAO para Mesoamérica, Adoniram Sanches Peraci.
La prevalencia del hambre se mantuvo y la inseguridad alimentaria moderada o grave aumentó levemente para la región de Mesoamérica, según las estadística y tendencias 2023 que recoge información del 2022. El hambre afectó a 43,2 millones de personas de la población de América Latina y el Caribe, mientras que la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave fue más elevada que la estimación mundial, en este periodo.
Del 80 % al 90 % de la producción en la región es agricultura familiar que requiere apoyo. Todas esas oportunidades de aumentar la oferta de alimentos sin penalizar las exportaciones y la balanza comercial es clave para alcanzar los ODS, advierte el experto de la FAO.
Sanches Peraci señala que los errores están vinculados a la falta de políticas de gran impacto sobre los más pobres. De los 33 países que integran la FAO, 24 aplican políticas de transferencias de renta, básicamente enfocadas en mujeres, 92 % de esos recursos van destinados a los alimentos para los niños, algo en material escolar. Los programas de alimentación escolar también varían de calidad y cantidad de país a país.
El sistema de inventario, producción, transformación, procesamiento y consumos de los alimentos es un sistema que no está funcionando bien. En la región de Centroamérica y el Caribe el 57 % de las emisiones del dióxido de carbono viene de la agricultura, lo que indica un modelo de baja de sustentabilidad, destaca el coordinador subregional de FAO para Mesoamérica.
Problemáticas como la deforestación, la degradación de los suelos y la mala utilización del agua indica un modelo que está colapsando y que obliga a retomar la transformación hacia un sistema más resilientes para enfrentar las consecuencias del cambio climático. “Semillas más resistentes a las altas temperaturas, mejores y más estrategias de captura y almacenamiento de agua. La cultura de guardar y distribuir el agua es crucial”, indicó.
La transformación debe ser rápida y brutal. A la exclusión social, la falta de financiamiento, políticas públicas, innovación y equipamiento, se suma el tema climático que vino a quedarse y está golpeando fuertemente a los países.
“El Niño o La Niña son fenómeno normales, históricos y conocidos, pero lo que estamos viendo en los últimos cinco años, es que ese corredor seco es cada vez más amplio, lo que pone en riesgo las cosechas y genera frustración en la producción, indica el experto.
Para Sanches Peraci se trata de un fenómeno conocido y lo que hace falta es implementar los mecanismos de resiliencia. “Hay tecnologías, hace falta es la capacidad de los gobiernos, incluyendo las Naciones Unidas, de dar acceso transferencia a tecnologías, conectividad e interconexión a más de 10 millones de familias rurales dentro del corredor seco”, indicó.
Hambre y pobreza en Panamá
La FAO reconoce una reducción de la pobreza en Panamá, uno de los países donde, pese a la pandemia, no aumentó el hambre debido a las políticas de transferencias durante los dos años de pandemia.
No obstante, lo más preocupante para la FAO en Panamá es la carga de obesidad del 32 %, que raya en un tema de salud pública, aunado al sobrepeso y la obesidad mórbida que llega a un 72 %, con una característica de malnutrición.
A pesar de que Panamá muestra una reducción del hambre y la pobreza, mantiene altos niveles de desigualdad, señaló el coordinador subregional de FAO para Mesoamérica, Adoniram Sanches Peraci. Para la FAO, en Panamá urgen políticas de nueva generación, más agresivas y distributivas para disminuir las brechas entre un sector, sobre todo en el núcleo de las comarcas fortaleciendo la agricultura familiar.
Nosotros sabemos cómo reducir el hambre y la pobreza, lo que hace falta es la capacidad de aplicar las políticas para reducir ese núcleo que amanece con hambre.
Durante la 38ª Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Georgetown, Guyana, Ministros y Viceministros de todos los países de América Latina y el Caribe, abordaron la problemática, buscaron respuestas y la unificación de políticas en materia de agricultura, investigación, desarrollo y medio ambiente.
La contribución de la agricultura a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, impulsar los motores económicos de materia incluyente a través de la agricultura familiar con tecnología y financiamiento y la revisión de la tasa de financiamiento en el sector agrícola.
La tasa de financiamiento del sector es muy baja, no alcanza el 10 % en toda la región, advierte el director de la FAO.
Recientemente, la FAO, junto a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) elaboraron el nuevo Plan SAN CELAC, que tiene como objetivo fortalecer la solidaridad entre los países para eliminar el hambre y reducir la malnutrición antes de que termine la Agenda 2030.
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