Reformas
El virus neoliberal
... nuestro país no solo necesita una vacuna contra el COVID-19. Hace falta otra contra el fatal virus neoliberal.
- Juan Jované
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- - Publicado: 06/5/2020 - 12:00 am
El país y su población saldrán de la pandemia en un profundo estado de shock, en una aguda situación de precariedad. Foto: EFE.
En el momento en que la pandemia impactó a nuestro país este ya mostraba claros signos de crisis en su modelo de sociedad.
Factores tales como la corrupción generalizada, el deterioro institucional, la creciente marginación y exclusión social, así como la desaceleración económica, producto del agotamiento del boom constructivo y de los problemas del modelo transitista, así lo evidenciaban.
En el plano internacional, también antes de la pandemia, afloraban evidentes signos de crisis, producto de una elevada fragilidad del sistema financiero internacional.
A esto se debe agregar la tendencia a la pérdida de dinamismo del comercio internacional.
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Cuando a lo anterior se suman los efectos contractivos de la pandemia, tanto en la demanda interna, generada por las necesarias políticas de cuarentena y distanciamiento social, como en la demanda externa, producto de la recesión generalizada a nivel internacional, se puede afirmar que nuestra economía sufre de lo que se puede calificar como una tormenta perfecta. Esta ha generado una verdadera situación de shock que atraviesa todo el modelo socioeconómico.
El notable incremento en la desocupación a nivel de los asalariados, junto a los problemas de los cuenta propia, quienes viven del día a día, es una clara expresión de esta situación.
El manejo gubernamental, desgraciadamente, ha mostrado, una notable incapacidad de enfrentar el problema de la población.
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En primer lugar, por la muy exigua ayuda efectiva a la población en condiciones de crisis económica, que limita la posibilidad del normal mantenimiento de esta.
En segundo lugar, por la politización del proceso que acentúa el carácter de exclusión en una buena parte de la población.
En tercer lugar, por la presencia de la corrupción que limita todavía más el carácter exiguo de la supuesta solidaridad.
Sin ninguna duda el país y, principalmente, su población saldrán de la pandemia en un profundo estado de shock, en una aguda situación de precariedad.
El problema es cómo enfrentar este escenario a partir de lo que el gobierno ha llamado el día D.
Los neoliberales, tal como lo ha develado claramente Naomi Klein, entienden que las condiciones de shock social, producidas por una guerra o un fenómeno natural, representan una oportunidad para avanzar en su proyecto de sociedad y economía.
Fue Milton Friedman, el santo patrono de los "chicago boys", el que más insistió en esto.
Los neoliberales locales, siguiendo esta enseñanza, se preparan, entonces, para provocar una política económica de choque a partir del llamado día D.
Esto lo hacen, desde luego, el amparo del actual gobierno, que ha convocado a todo un equipo económico de esta tendencia para preparar un plan económico postpandemia.
Surge una pregunta: ¿qué se puede esperar de esto?
Los recientes artículos publicados por los adeptos locales de la doctrina neoliberal, ya sea que son parte del gobierno, cercanos al mismo o militantes de las mal llamadas sociedades libertarias, muestran que los mismos están dispuestos a seguir sacrificando a la población para favorecer a los sectores económicamente dominantes.
En dichos artículos, además de profundizar el modelo transitista, se propone, entre otras cosas, reducir los impuestos a los sectores económicamente dominantes, lo que significa que el reciente endeudamiento se pagará con nuevos impuestos a los sectores medios y trabajadores calificados.
A esto se agrega una nueva reforma al código laboral para hacer más precaria la resistencia de los trabajadores y el financiamiento blando para el gran capital.
Desde luego, en estos artículos tampoco escapa la idea de reformar el sistema educativo y el de seguridad social, a fin de avanzar hacia la privatización.
A final de cuentas, nuestro país no solo necesita una vacuna contra el COVID-19. Hace falta otra contra el fatal virus neoliberal.
Economista.
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