Corrupción, un virus donde la desigualdad es el síntoma más fuerte
...se ve la verdadera enfermedad que causa y reproduce la Covid-19, la desigualdad social. Donde el gobierno ha fomentado el “quédate en casa” sin importarle las condiciones de muchos panameños que han tenido que estar encerrados sin poder trabajar ni tampoco poder llevar el sustento a la casa, tanto en áreas rurales como urbanas.
- Diana Lemos
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- - Actualizado: 28/7/2021 - 12:27 pm
La corrupción que se vive cada día en nuestro país puede llegar a ser tan mortal como la propia pandemia, porque nos empuja hacia la pobreza, impide el desarrollo y hace huir a la inversión. Foto: EFE.
Panamá estaba sufriendo condiciones preexistentes cuando la COVID-19 nos impactó. Notablemente, bajo crecimiento, estancamiento de la productividad, alta informalidad y severa desigualdad. Sin embargo, lo más dañino de todo ha sido la corrupción endémica en nuestro país, que ha canalizado los escasos recursos fuera de los sistemas de salud y la seguridad social. La corrupción ha socavado la capacidad estatal y el espacio fiscal, ambos necesarios para responder a la crisis.
La corrupción aumentó en nuestro país a medida que se extendía la pandemia. La creciente demanda de suministros médicos para tratar a los pacientes con COVID-19, junto con la urgencia con la que se necesitan estos productos, ha creado oportunidades irresistibles para que funcionarios sin escrúpulos y grupos del crimen organizado se beneficien de la crisis.
Los ejemplos de fraude incluyen desde el oportunismo y la negligencia por parte de los funcionarios públicos, especialmente en el ámbito de las adquisiciones relacionadas con la salud pública y la adquisición de equipos de protección personal, ventiladores y otros suministros necesarios hasta las vacunaciones clandestinas, un reflejo de la desigualdad que existe y una evidencia del contraste entre las personas adineradas y las que no.
Esto demuestra cuán bajo se han rebajado estas redes corruptas: ni siquiera ante contagios masivos y muertes registradas casi a diario, se escapa su ansia de ganancias ilícitas de los fondos públicos asignados para emergencia.
En este contexto, se ve la verdadera enfermedad que causa y reproduce la Covid-19, la desigualdad social. Donde el gobierno ha fomentado el “quédate en casa” sin importarle las condiciones de muchos panameños que han tenido que estar encerrados sin poder trabajar ni tampoco poder llevar el sustento a la casa, tanto en áreas rurales como urbanas.
Sin lugar a dudas, la corrupción que se vive cada día en nuestro país puede llegar a ser tan mortal como la propia pandemia, porque es un fenómeno de ámbito mundial que nos empuja hacia la pobreza, impide el desarrollo y hace huir a la inversión.
Si bien es cierto, que nosotros como ciudadanos tenemos una gran responsabilidad al elegir a nuestro dirigentes cada 5 años, no solamente debemos tener, sino que también cultivar el compromiso en las futuras generaciones, de no tolerar, ante ninguna circunstancia, este tipo de injusticias que generan tanta desigualdad en nuestra población y exigirle a nuestros gobernantes escuchar la voz de un pueblo para evitar que el virus de la corrupción se propague en el futuro.
Estudiante de Maestría en Gerencia Estratégica de la UIP.
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