Panamá
Betania: El paradigma de la gloriosa ratificación
- Silvio Guerra Morales
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Silvio Guerra Morales
Para el día Domingo de Ramos de este año, recién pasado el 2 de abril, y siendo, como lo compartí a mi esposa, que nunca antes había yo festejado tal domingo con tanta alegría y gozo en mi corazón, como hasta ahora. ¿Por que´?, porque tal vez no había tomado conciencia del profundo mensaje que dicho día encierra en el mundo cristiano y para los creyentes en Jesús, el hijo de Dios.
A como, leyendo la Palabra a mi pequeño Daniel Isaac, de 11 años, encontré que nuestro Señor Jesucristo, para testimonio a los que no creen, antes de su crucifixión y, obviamente, que después también, fue reafirmado por Dios Padre Celestial, como el real y verdadero Hijo del Dios Viviente y que Jesús es Dios por los siglos de los siglos.
Decidí, al momento de redactar este escrito, en estos días que recodamos como la Semana Santa o la Semana Mayor, intitularlo: El Paradigma de la Ratificación. Por qué?. Veamos: En el Santo Evangelio según San Juan, en el Capítulo 12, desde el versículo 23 al 28, leemos lo siguiente: "Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará. Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. 28 Padre, glorifica tu Nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez". (Subrayado mío).
Para la multiud que se encontraba presente, entre ellos, gobernadores y autoridades de eminencia, la voz que se escuchó desde el cielo, hubo quienes consideraron que se trataba de un trueno, otros, quienes tenían el corazón y el espiritu abierto al Señor, solo se limitaron a decir que "Un Angel le ha hablado a Jesús". Lo cierto de todo es que se trató de la propia voz de Dios Padre, quien ante el pedido de Jesús, su amado hijo: "Padre glorifica tu Nombre", de inmediato respondió: "Lo he glorificado y lo gloficaré otra vez". Seis días antes de la Pascua Judía, Jesús se encontr aba en Betania, en la casa de Marta y se ofrecía una cena para el Señor. A la mesa estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos.
Este milagro había impactado a la población de toda la región y aún más allá de Israel, por lo que conociendo ya de este trascendental milagro y sabiendo de la presencia de Jesús en Betania, también querían ver al propio Lázaro y confirmar con ojos propios que quien había muerto también había resucitado y que el Autor de la vida había traído a Lázaro entre los muertos. En los versículos se lee:
9 Gran multitud de los judíos supieron entonces que él estaba allí, y vinieron, no solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había resucitado de los muertos. 10 Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro, 11 porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús".
Mucho cuidado, no era la primera resurrección milagrosa que había hecho Jesús (Jesús resucita al hijo de la viuda de Naín, Lucas Cap-7, versículos 7-17), pero era sí el milagro más impactante, tal vez por las circunstancias en que se produce, dado que cuando Jesús resucita a Lázaro, ya éste llevaba cuatro (4) días de muerto y sepultado. Tan así que la propia hermana del muerto, Marta, le dice al Señor que el muerto ya hedía: Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. 40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? (Juan 11:38-44).
De manera tal que, sabiendo el Señor Jesús lo que habría de acontecer en los días próximos inmediatos, es decir, su muerte, crucifixión y resurección, seguro y confiado, lejos de toda duda o incertidumbre, pero no por ello con menos padecimientos y sufrimientos agonizantes, en todo momento, cimentado en la Palabra del Padre, aunque habiendo escuchado la Voz del Cielo, la voz del Dios padre, no fue a casa de El o porque hubiere tenido dudas, sino a casua de los presentes, de los que dudan, de los que desconfían o viven en incertidumbres. En Juan Capítulo 12, versiculos 30 al 33, leemos: " Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros. Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir".
La Voz de Dios, es mas poderososa que los truenos. Leamos Job, Cap.37: "Por eso también se estremece mi corazón. Y salta de su lugar. Oíd atentamente el estrépito de su voz, y el sonido que sale de su boca. Debajo de todos los cielos lo dirige y su luz hasta los fines de la tierra. Después de ella brama el sonido, truena Él con voz majestuosa; y aunque sea oída su voz, no los detiene. Truena Dios maravillosamente con su voz; Él hace grandes cosas, que nosotros no entendemos." Dios ha envió al Unigénito de Dios, a Jesús, para reconcliar al mundo con Él. Todos hemos pecado, todos somos pecadores, pero en Jesús, por medio de El tenemos redención y vida eterna.
Por medio de la muerte, muerte de cruz, su resurección, al tercer día, como lo había prometido, sucedió. Jesús es real y hoy, como ayer, los escribas y fariseos, vuelven a decir: "Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras Él". Ninguna alizanza, ninguna agenda, nada de programas ni de planes que conspiran en contra el Orden de Dios, nada prevalecerá, pues, sepan, el mundo se va tras Cristo, el Jesús Resucitado!.
Está vigente, actual, con supremacía de gracia y de bondad, el Paradigma de Betania: La Ratificación: "Lo he glorificado y lo glorificaré otra vez". Dios no miente, no es hombre ni hijo de hombre para que mienta!. Siguen resonando los Truenos de Dios. ¡Dios bendiga a la Patria!.
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