Ucrania y Trump tienen un pasado
Petro O. Poroshenko, ex presidente de Ucrania, libró una campaña para ganarse a Trump, incluyendo tratos comerciales y el congelamiento de casos criminales potencialmente dañinos.
- Mark Mazzetti, Eric Lipton y Andrew E. Kramer
- - Publicado: 15/11/2019 - 03:00 pm
WASHINGTON —- Mucho antes de una llamada con el presidente de Ucrania que dio lugar a una indagación de juicio político, el presidente Donald J. Trump estaba intercambiando favores políticos con otro líder ucraniano.
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Petro O. Poroshenko, presidente hasta mayo, libró una campaña para ganarse a Trump, incluyendo tratos comerciales y el congelamiento de casos criminales potencialmente dañinos. Desde el principio, los asistentes de Poroshenko se esforzaron por hallar maneras de halagar al nuevo presidente estadounidense.
Poroshenko, ansioso por congraciarse al tiempo que los separatistas respaldados por los rusos intensificaban una lucha contra su Ejército, ayudó a plantar las semillas para la petición que Trump hizo en julio a su sucesor, Volodymyr Zelensky, que dio lugar a la indagación de juicio político respecto a si Trump manipuló la política estadounidense hacia Ucrania para su beneficio personal.
Casi a finales del 2017, justo cuando el Gobierno en Kiev intentaba obtener aprobación final de la Administración Trump en torno a la venta de armas antitanque Javelin, el fiscal general de Poroshenko, Yuriy Lutsenko, comenzó a congelar casos en Ucrania relevantes a la investigación siendo realizada por el fiscal especial, Robert S. Mueller III, sobre la participación de Rusia en las elecciones estadounidenses del 2016.
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Ahora, los investigadores del juicio político están examinando los dos años de interacciones entre Trump y Poroshenko, de acuerdo con un demócrata del Congreso. Y el equipo de Zelensky está investigando las comunicaciones extraoficiales entre funcionarios ucranianos y estadounidenses de ambos partidos políticos desde el 2017, de acuerdo con un ucraniano con conocimiento del esfuerzo.
El 4 de febrero del 2017, los dos líderes hablaron. Con el Super Bowl al día siguiente, los asesores de Poroshenko le dijeron que elogiara a Tom Brady, el mariscal de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra, a quien Trump admira. Luego pidió a un enviado especial para conversaciones de conciliación con Rusia.
Posteriormente, los asesores de Poroshenko decidieron comprar decenas de millones de dólares en carbón estadounidense. Algunas de las principales minas de Ucrania habían terminado en territorio controlado por los separatistas. “Fue un acuerdo que complació a Trump”, dijo Kostiantyn Yelisieiev, el principal asesor en política exterior de Poroshenko. “Había prometido trabajo para los mineros de carbón de Pennsylvania. Era una situación ganar-ganar”.
Y Ucrania también tenía otro elemento: acoger a Rudolph W. Giuliani, ahora abogado personal del presidente, quien ya tenía lazos comerciales con Ucrania. Giuliani se reunió con Poroshenko dos veces en el 2017. Llegó a Kiev semanas después de que Paul Manafort, ex director de la campaña de Trump, fuera acusado de cargos relacionados con su trabajo en Ucrania. A los asesores de Trump les preocupaba que una mayor investigación dentro de Ucrania pudiera alimentar más la creciente indagación de Mueller.
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En junio del 2017, Lutsenko tomó el control de una investigación criminal relacionada con Manafort. Congeló los casos ucranianos relacionados con la investigación de Mueller en abril del 2018.
Ese mismo mes, el primero de 210 Javelines fue enviado a Ucrania. Están almacenados en una bodega —listos para usarse en caso de un ataque ruso.
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