Tierras brindan aislamiento y seguridad en medio de una crisis
- Alyson Krueger
Los programas de concesión de tierras de EE.UU. encuentran un beneficio adicional durante una pandemia, ya que brindan oportunidades para que los estadounidenses vivan en ubicaciones deslumbrantes o elijan terrenos en áreas en las que aún no ha habido asentamientos.

Morgan, Brad y Hudson Laine son la tercera familia en usar un programa de tierra libre en Claremont, Minnesota. Foto / Kevin Miyazaki para The New York Times.
Muchas familias con los recursos para irse de ciudades densas durante la pandemia se han dirigido a casas de campo para resguardarse en un espacio más grande. Pero un puñado de familias está en posición de hacer esto a un extremo incluso mayor, al instalarse en lugares remotos que ellos, o sus ancestros, recibieron a través de programas de tierras gratuitas.
Robert y Marne Sheldon solo pueden acceder a su segunda casa en helicóptero, y está en un lugar donde ellos son los únicos con alojamiento: el área que comprende al Parque Nacional Denali en tierra virgen del interior de Alaska —aunque el parque técnicamente rodea los terrenos de la familia.
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Don Sheldon, el padre de Robert Sheldon, reclamó la propiedad de 2 hectáreas bajo la Ley de Asentamientos Rurales de 1953, seis años antes de que Alaska se convirtiera en Estado. Eligió un nunatak, un afloramiento rocoso glacial.
Entre el 2015 y el 2017, Sheldon hijo construyó un chalet de 185 metros cuadrados con ventanas de piso a techo y hamacas que cuelgan de uno de los costados del nunatak. Los Sheldon la rentan como escape de lujo a aproximadamente 15 kilómetros de la cumbre del Monte Denali, la montaña más alta de Norteamérica.
Los primeros programas de concesión de tierras de EE.UU. entregaban terrenos que habían sido incautados a indígenas estadounidenses. Pero estas concesiones no existen solo en la historia, sino que todavía brindan oportunidades para que los estadounidenses vivan en ubicaciones deslumbrantes o elijan terrenos en áreas en las que aún no ha habido asentamientos. Ahora encuentran un beneficio adicional: aislamiento y seguridad durante una pandemia.
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Algunas familias, como los Sheldon, han heredado terrenos en lugares surreales.
Un puñado de ciudades por todo EE.UU. todavía tienen programas modernos de concesión de tierras. Poblados pequeños con poblaciones menguantes, sobre todo en la zona rural del Medio Oeste de Estados Unidos, los usan para atraer a la gente a que se mude ahí e inyecte nueva vida a las comunidades. Esta primavera, la ciudad de Duluth, en Minnesota, entregó lotes a diseñadores para que ideen soluciones innovadoras para la escasez de vivienda barata de la ciudad.
“Escoger tierras es divertido”, dijo Morgan Laine, de 22 años, una asistente de gerente en Walmart. Se mudó a una casa de cuatro recámaras que ella y su esposo, Brad Laine, construyeron en tierras gratis en Claremont, Minnesota, a mediados de marzo. Ella y Brad, de 26 años, quien es chofer para FedEx, viven ahí con su hijo recién nacido.
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Al ser apenas los terceros clientes que participan en el programa, pudieron elegir el terreno.
Ronda Reil, copropietaria de tierras en el desierto en California, dijo que el terreno se ha vuelto incluso más valioso para ella ahora que parques nacionales y locales están cerrados. “Ha sido realmente genial porque puedo ir a correr al aire libre cuando quiera”, señaló.
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