Persisten los problemas en la industria automotriz
La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) dijo que anticipaba que las ventas de vehículos se desplomen este año a niveles vistos por última vez tras la crisis financiera del 2008, que obligó a España a negociar un rescate bancario europeo.
- Ralph Minder
- - Publicado: 27/5/2020 - 12:00 pm
BARCELONA, España — La reciente reapertura de la planta principal de ensamblado de Nissan en España tenía como objetivo ser un momento de celebración para una industria que es un pilar de la economía española.
Fue efímero. La fábrica automotriz se vio obligada a cerrar el 6 de mayo —poco más de dos días después de reiniciar operaciones— debido a una huelga convocada por sindicatos para exigir que la compañía japonesa se comprometa a mantener su presencia en España.
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En un país que ha estado en confinamiento desde mediados de marzo, la huelga es el conflicto laboral más visible en España. Pese a las reglas de distanciamiento social, las autoridades permitieron que hasta 10 trabajadores a la vez protestaran afuera de una planta de Nissan a las afueras de Barcelona.
La huelga en Nissan subraya lo que podría ser la siguiente preocupación importante de la fuerza laboral organizada: proteger empleos en una economía postpandemia. El coronavirus ha ocasionado una recesión que se anticipa que sea la peor que ha vivido la Unión Europea, una que muy probablemente empujará a compañías a cerrar fábricas atribuladas.
Nissan tiene alrededor de 4 mil empleados en España, de los cuales más o menos tres cuartas partes trabajan en el área de Barcelona, principalmente en la planta de ensamblaje de la Zona Franca, que produce camionetas tipo van NV200 y pickups. Los sindicatos decidieron realizar el paro en un centro más pequeño de Nissan en Montcada, a las afueras de Barcelona, que suministra puertas y cofres para la planta de la Zona Franca.
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La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, conocida como ANFAC, apeló al Gobierno para que brinde alivio inmediato a la industria automotriz, que representa el 10 por ciento de la economía de España.
ANFAC dijo que anticipaba que las ventas de vehículos se desplomen este año a niveles vistos por última vez tras la crisis financiera del 2008, que obligó a España a negociar un rescate bancario europeo.
Tras ese rescate, el sector automotriz fue una parte crucial de una recuperación económica liderada por exportaciones en España. Las fábricas de autos se beneficiaron de una caída en los costos de mano de obra en comparación con Alemania y otros países europeos, lo que ayudó a persuadir a Ford y algunos otros a hacer nuevas inversiones en España.
Nissan no figuró entre ellos. En lugar de eso, la compañía japonesa ha reducido su huella en España al tiempo que se hundía en una crisis administrativa, que incluyó la destitución de su presidente, Carlos Ghosn, en el 2018.
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Este es un momento frágil para los sindicatos españoles, que han perdido membresía. Su posición de negociación colectiva también se vio reducida tras la crisis financiera, bajo una ley del 2012 que dio a las compañías más margen para despedir a trabajadores.
Las incertidumbres laborales al salir de la contingencia “me dan un sentido de nostalgia”, dijo Javier Adalid, un representante sindical, quien tiene 20 años de trabajar para Nissan. “Definitivamente hemos trabajado en tiempos mejores”.
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