Países liderados por mujeres tienen mayor éxito en la lucha contra el virus
- Amanda Taub
Los expertos dicen que el éxito de las mujeres puede ofrecer lecciones sobre qué puede ayudar a los países a sortear no solo esta crisis, sino también otras por venir.
![Trabaja la primera ministra Jacinda Ardern para librar a Nueva Zelanda del virus. Foto / por Mark Mitchell.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2020/05/28/ref_01_women_1-1_0.jpg)
Trabaja la primera ministra Jacinda Ardern para librar a Nueva Zelanda del virus. Foto / por Mark Mitchell.
El 11 de mayo fue un día de triunfo para la primera ministra Jacinda Ardern. Gracias a los esfuerzos de la Nación, dijo, Nueva Zelanda había logrado erradicar, más que solo controlar, el COVID-19. El confinamiento que había impuesto el 25 de marzo podía ahora terminar.
El éxito de Ardern es el dato más reciente en una tendencia: los países dirigidos por mujeres parecen ser particularmente exitosos en la lucha contra el virus.
Alemania, al mando de Angela Merkel, ha tenido una tasa de mortalidad mucho menor que Gran Bretaña, Francia, Italia o España. Finlandia, donde la primera ministra Sanna Marin, de 34 años, gobierna con una coalición de cuatro partidos liderados por mujeres, ha tenido menos del 10 por ciento de las muertes de la vecina Suecia. Y Tsai Ing-wen, la presidenta de Taiwán, ha presidido uno de los esfuerzos más exitosos del mundo, utilizando pruebas, rastreo de contactos y medidas de aislamiento para controlar las infecciones sin una cuarentena nacional por completo.
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Los expertos dicen que el éxito de las mujeres puede ofrecer lecciones sobre qué puede ayudar a los países a sortear no solo esta crisis, sino también otras por venir.
Diversas fuentes de información y líderes con la humildad para escuchar voces externas son cruciales para una buena respuesta a una pandemia, escribió Devi Sridhar, experta en salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Edinburgh, en el British Medical Journal. “La única forma de evitar el ‘pensamiento de grupo’ y los puntos ciegos es garantizar que representantes con diversos antecedentes y expertise estén en la mesa cuando se toman decisiones importantes”, escribió.
Tener una mujer líder es una señal de que personas de diversos antecedentes —y diversas perspectivas— pueden ganar lugares en esa mesa. En Alemania, el Gobierno de Merkel consideró diferentes fuentes de información al desarrollar su política para enfrentar el coronavirus, incluyendo modelos epidemiológicos, datos de proveedores médicos y evidencia del exitoso programa de pruebas y aislamiento de Corea del Sur. Como resultado, el país ha logrado una tasa de mortalidad por coronavirus que es significativamente menor que la de los países de Europa Occidental.
Por el contrario, los gobiernos de Suecia y Gran Bretaña liderados por hombres —ambos con altas tasas de muertes por coronavirus— parecen haberse basado principalmente en modelos epidemiológicos de sus propios asesores, con pocos canales para el disentimiento.
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Luego de que el presidente Donald J. Trump fue criticado por no usar mascarilla, David Marcus, un periodista conservador, argumentó en un artículo para el sitio en internet The Federalist que Trump estaba “proyectando fortaleza estadounidense”. Si Trump usara un cubrebocas, escribió, eso “indicaría que Estados Unidos es tan impotente contra este enemigo invisible surgido de China que incluso su presidente debe acobardarse detrás de una mascarilla”.
En otras palabras, un líder fuerte es aquel que se ajusta a los arrogantes ideales de la masculinidad.
Eso a menudo ha creado dificultades para las mujeres en la política. “Existe la expectativa de que los líderes deben ser agresivos, arrojados y dominantes”, señaló Alice Evans, socióloga en el King’s College London, que estudia cómo las mujeres ganan poder en la vida pública. “Pero si las mujeres demuestran esos rasgos, entonces son vistas como poco femeninas. Eso hace que sea muy difícil para ellas prosperar como líderes”.
El enfoque de Ardern para combatir la pandemia no podría estar más lejos de ese arquetipo tradicional. Pero en este nuevo tipo de crisis, su cauteloso liderazgo ha resultado exitoso.
“Yo diría que cerrar la economía temprano fue una estrategia adversa al riesgo”, dijo Evans. “Porque nadie sabía lo que iba a suceder, entonces es la estrategia para simplemente proteger la vida primero”.
Después de que Nueva Zelanda inició su confinamiento el 25 de marzo, Ardern se dirigió a la Nación a través de una sesión informal en Facebook Live que realizó en su teléfono luego de acostar a su pequeño hijo. Vestida con una sudadera que se veía cómoda, empatizó con las ansiedades de los ciudadanos.
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Los líderes masculinos pueden superar las expectativas de género, y muchos lo han hecho. Pero puede ser menos costoso políticamente para las mujeres adoptar políticas cautelosas y defensivas porque no tienen que violar las percibidas normas de género para hacerlo.
Ese estilo de liderazgo podría volverse cada vez más valioso.
A la larga eso podría cambiar las percepciones de cómo es un liderazgo fuerte. “Lo que aprendimos con el COVID es que, de hecho, un tipo diferente de líder puede ser muy beneficioso”, expresó Evans. “Quizá las personas aprenderán a reconocer y valorar a los líderes adversos al riesgo, empáticos y considerados”.
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