La pandemia ha traído más congestionamiento vehicular
Muchas personas evitan el transporte público por temor a contraer el virus. Prefieren hacer uso de sus automóviles, provocando embotellamientos.
- Somini Sengupta y Brad Plumer
- - Publicado: 14/7/2020 - 06:00 pm
A medida que se relaja el confinamiento en todo el mundo, los líderes de las ciudades se apresuran a abordar la posibilidad de embotellamientos peores que antes de la pandemia.
A muchos les preocupa que las personas eviten el transporte público por temor a contraer el virus, incrementando el tráfico más que nunca. Prevenir ese aumento es importante para evitar retrasos y contaminación del aire, que causa la muerte de unos 4 millones de personas al año. Es imposible detener el calentamiento global sin reducir drásticamente esta contaminación.
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“Las ciudades tienen una área de oportunidad para hacer cambios y mantener el aire más limpio que vieron durante la cuarentena”, dijo Corinne Le Quéré, científica climática en la Universidad de Anglia Oriental, quien ha monitoreado las emisiones globales de dióxido de carbono durante la pandemia. “Pero si no prestan atención a este asunto, las emisiones podrían regresar a los niveles previos o incluso aumentar”.
El transporte representa una cuarta parte de las emisiones de dióxido de carbono. Más de 30 ciudades grandes, como Hong Kong, Shenzhen y Ginebra, registraron más congestionamientos de tráfico a mediados de junio que en el mismo periodo del año pasado.
La pandemia ha dado a los funcionarios apalancamiento para hacer cosas que habían sido polémicas en el pasado. San Francisco, donde la cantidad de pasajeros en autobús disminuyó alrededor del 80 por ciento entre principios de marzo y finales de mayo, ha abierto casi 40 kilómetros de corredores libres de automóviles para peatones y ciclistas; planea 16 más.
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Bogotá, Colombia, ha reservado 84 kilómetros de rutas para ciclistas. Se suponía que era temporal, declaró Nicolás Estupiñán, el Secretario de Transporte local, pero el apoyo público ha llevado a la ciudad a hacerlo permanente. Dijo que Bogotá también estaba escalonando los horarios laborales para las industrias —un inicio a las 10:00 horas para la construcción, mediodía para las ventas al menudeo— a fin de disminuir los embotellamientos.
Algunas ciudades han estado disuadiendo a los conductores de llevar vehículos más viejos al Centro. En mayo, Londres empezó a restablecer zonas de bajas emisiones, que imponen tarifas a autos y camiones que no cumplen con los estándares del aire.
En Pôrto Alegre, Brasil, donde el número de pasajeros en autobús se ha desplomado un 60 por ciento, las autoridades propusieron un impuesto a los vehículos privados que ingresan a la ciudad.
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Muchos siguen optimistas de que volverán los usuarios del transporte. Aun así, se vislumbran crisis financieras a medida que caen los ingresos.
“Sin ayuda, algunos sistemas no podrían sobrevivir, y otros tendrían que reducir su servicio o elevar las tarifas”, afirmó Paul Skoutelas, de la Asociación Estadounidense de Transporte Público.
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