Estudian el riesgo de infección en gimnasios
- Gina Kolata
Es aparentemente el primer y único ensayo aleatorizado en poner a prueba si la gente que hace ejercicio en gimnasios con restricciones modestas está en mayor riesgo de infección que quienes no lo hacen. No se les pidió usar cubrebocas.
Al igual que muchos países, Noruega ordenó que todos sus gimnasios cerraran en marzo para evitar la propagación del coronavirus. Pero a diferencia de cualquier otra nación, también financió un estudio para determinar si los cierres eran realmente necesarios.
Es aparentemente el primer y único ensayo aleatorizado en poner a prueba si la gente que hace ejercicio en gimnasios con restricciones modestas está en mayor riesgo de infección que quienes no lo hacen. La respuesta tentativa después de dos semanas: no.
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Así que el mes pasado, Noruega reabrió todos sus gimnasios, con las mismas salvaguardas usadas en el estudio.
¿Hay esperanzas para los asiduos a gimnasios en otras partes? “Personalmente pienso que esto es generalizable, con una salvedad”, dijo Michael Bretthauer, experto en detección de cáncer en la Universidad de Oslo quien lideró el estudio con Mette Kalager. “Podría haber lugares donde hay mucho COVID, o donde la gente está menos inclinada a seguir las restricciones”.
Noruega está controlando su epidemia.
El ensayo en mayo se hizo en cinco gimnasios en Oslo, con 3 mil 764 miembros, de 18 a 64 años, que no tenían padecimientos médicos subyacentes. Alrededor de la mitad, mil 896 miembros, regresaron a sus gimnasios. Se les pidió adherirse al distanciamiento social. No se les pidió usar cubrebocas.
Al resto no se les permitió volver a sus gimnasios.
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Durante las dos semanas del estudio, el 79.5 por ciento de los miembros que asistían a gimnasios fueron al menos una vez, mientras que el 38.4 por ciento acudieron más de seis veces.
Goril Bjerkan, una economista de 53 años, fue de tres a cuatro veces por semana.
“Fue fantástico regresar al gimnasio de nuevo tras casi 11 semanas de cierre”, dijo. “Sospecho que era más arriesgado visitar el centro comercial que visitar el gimnasio”.
¿Los resultados? Los investigadores encontraron solo un caso de coronavirus, cuyo origen se rastreó al lugar de trabajo de la persona.
Los hallazgos fueron publicados en línea, pero no habían sido sometidos a revisión por homólogos ni publicados.
Algunos expertos sentían que los resultados demostraban que volver al gimnasio estaba relativamente libre de peligro —pero solo en lugares donde había pocas infecciones.
“Esto nos muestra que los entornos de baja prevalencia no presentan peligro para los gimnasios y probablemente para casi todo lo demás”, dijo Gordon Guyatt, profesor en la Universidad McMaster, en Canadá. “Es muy poco probable que seas infectado”.
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Pero Jon Zelner, epidemiólogo en la Universidad de Michigan, dijo, “Estos hallazgos no me dicen que ir al gimnasio no es más arriesgado que no ir al gimnasio, incluso en Oslo”.
Se necesita un estudio más grande en lugares con prevalencia relativamente baja para determinar si el virus se transmite con más facilidad en gimnasios, añadió Zelner. O en su defecto, un estudio con menos gente, pero en una comunidad con alta prevalencia de infecciones, podría responder la pregunta.
Guyatt dijo que los riesgos de infección en una comunidad donde la prevalencia es baja son superados por las ventajas de la sociedad.
“No puedes continuar encerrado por siempre”, dijo. “Nunca vamos a estar totalmente libres de esto. Y en un entorno de baja prevalencia, el riesgo es bajo a donde sea que vayas —gimnasios o supermercados o incluso restaurantes”.
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