Huelga en Chile lleva a las calles el clamor por las garantías de derechos básicos
En Santiago el registro civil adhirió al paro convocado por la Asociación Nacional de Empleados Fiscales y otras organizaciones gremiales y prestaba servicios mínimos para aquellos que se fueran a casar y tuvieran cita previa, mientras empleados de la salud pública interrumpían el tránsito afuera del ministerio del ramo.
- Santiago/AP
- - Actualizado: 12/11/2019 - 04:20 pm
Chile cumple más de 25 años jornadas de movilizaciones con una gran manifestación en Santiago y una huelga general que congeló la actividad en la ciudad costera de Valparaíso y otras partes del país en reclamo de mejoras sociales, mientras el dólar alcanzó valores históricos y comenzó a ser motivo de preocupación.
De nuevo una multitudinaria marcha como las vistas en días anteriores tomaba forma en el centro de Santiago. Miles de personas se manifestaban de forma ruidosa en el punto neurálgico de Plaza Italia, ahora bautizada como Plaza Dignidad, donde se escuchaban con furia pitidos y música mientras se agitaban decenas de banderas.
A unas cuadras de la plaza, en las inmediaciones del palacio de gobierno, grupos de encapuchados se enfrentaron con la policía que los dispersó con chorros de agua y gases lacrimógenos.
En Santiago el registro civil adhirió al paro convocado por la Asociación Nacional de Empleados Fiscales y otras organizaciones gremiales y prestaba servicios mínimos para aquellos que se fueran a casar y tuvieran cita previa, mientras empleados de la salud pública interrumpían el tránsito afuera del ministerio del ramo.
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Las clases estaban suspendidas porque muchos profesores y alumnos no podían acudir a cumplir sus tareas rutinarias.
Este paro “va a marcar un hecho histórico, desde hoy día en adelante va a haber un antes y un después en nuestro país y aquí está la esperanza de todo Chile, todos ciudadanos compatriotas, de poder llegar a una Asamblea Constituyente y poder cambiar la constitución”, relató a The Associated Press Silvia Silva.
“Exigiendo la dignidad que al pueblo le fue robada por tantos años, basta de abusos, hoy día decimos basta, por favor de la manera más pacífica posible a los políticos y a los que están encargados de hacer las leyes en nuestro país”, agregó Luis Casas.
En el vecino puerto de Valparaíso el Congreso suspendió sus actividades y se registraba un paro del transporte público y privado al que se sumó el metro que une la ciudad con el balneario de Viña del Mar y otras urbes. En las inmediaciones de la sede legislativa encapuchados lanzaron piedras y levantaron barricadas que luego derivaron en saqueos.
A comienzos de la mañana algunos locales fueron apedreados, lo que inhibió la apertura de muchos comercios y pequeñas y medianas empresas ante el temor de ser saqueados o que sus instalaciones sean atacadas. La municipalidad de Valparaíso confirmó el paro de sus funcionarios.
En Concepción, al sur del país, las manifestaciones eran multitudinarias. En tanto, grupos menos numerosos se congregaban en Temuco, también en el sur. En Antofagasta, al norte, barricadas obligaron a suspender el transporte público. Y en Punta Arenas, en la Patagonia, centenas salieron a las calles a mostrar su descontento.
"El paro no es el camino", reaccionó el gobierno a través de su vocera, Karla Rubilar.
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Los 26 días de movilizaciones han tenido un alto costo económico. La Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo estimó que se podrían perderse hasta 100.000 empleos y muchas economías familiares y pequeños y medianos empresarios se han visto fuertemente afectados.
El martes el dólar superaba el récord histórico de 800 pesos por unidad tras estar en torno de los 700 a 720 pesos antes de las manifestaciones. Al final de la jornada bursátil cerró a 781 pesos.
El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, dijo que el alza de la divisa “es una señal de inquietud que estamos siguiendo muy atentamente".
Chile vive una revuelta social sin precedentes desde el 18 de octubre cuando un alza en la tarifa del metro detonó incendios y ataques en la mayoría de sus estaciones y centenares de saqueos a supermercados seguidos por multitudinarias protestas por un amplio abanico de demandas, que van desde mejoras en la educación, la salud y las pensiones hasta una nueva constitución.
Al comienzo de la crisis el presidente Sebastián Piñera anunció un paquete de leves mejoras sociales a las pensiones básicas, cuyo monto es de $146 mensuales, y propuso rebajar los millonarios sueldos de los congresistas y aumentar los impuestos a quienes ganan más de 11.000 dólares al mes. Pero no logró atenuar las protestas.
En los últimos días su propuesta de abrirse a modificar la constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) ha sido cuestionada: mientras el gobierno propone una modificación desde el Congreso y la clase política, la ciudadanía demanda su participación a través de una Asamblea Constituyente.
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