Panamá
Cazadores se defienden: 'No vamos como si fuéramos Rambo, matando a los animales'
Antonio Barrera, del Club Cazadores del Istmo, dijo que se apegan a lo que establece la ley y también se preocupan por la conservación de las especies.
- Karol Elizabeth Lara
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- - Actualizado: 29/3/2022 - 05:37 pm
El secretario del Club Cazadores del Istmo, Antonio Barrera, defendió esta práctica tras la publicación de la nota: "Caza deportiva no le aporta nada positivo a Panamá, advierten biólogos", compartida la semana pasada en este medio.
Según Barrera, los cazadores legales hacen una labor de docencia y además apoyan a los lugareños, quienes en ocasiones les piden controlar ciertos animales que perjudican sus cosechas.
"Hay lugares con sobrepoblación de venados y saínos que acaban con los cultivos de maíz. Esas personas nos piden a gritos que vayamos a cazar, pero solo podemos cazar una determinada cantidad de acuerdo a lo que nos permite la ley", dijo Barrera a Panamá América.
En esta línea, expuso el caso de los patos güichichi, los cuales "cercenan" las cosechas de arroz.
Con respecto al estatus de las poblaciones permitidas, el directivo recalcó que el Ministerio de Ambiente no hace los estudios correspondientes, a pesar de recibir fondos, como el que pagan los cazadores para practicar esta actividad.
"El estudio tienen que hacerlo cada dos años y desde el 2016 no lo hacen. No es responsabilidad de los clubes de caza hacerlo. Solo hacen estudios en parques nacionales y dejan las zonas costeras y fincas privadas sin hacer un análisis. La respuesta siempre es vaga y nula", añadió.
A título privado les pagan a biólogos para que realicen estudios sobre determinadas poblaciones y puedan manejar la información al respecto.
Barrera recalcó que los cazadores no llegan como si fueran Rambo, matando a los animales que se cruzan en su camino. De hecho asegura que los cazadores enseñan a los pobladores a cumplir las normas y también combaten a los cazadores ilegales, que atentan contra la sostenibilidad.
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"Tenemos muchas situaciones que no competen a los cazadores legales. Nosotros estamos sacando a los ilegales. Además hay otros que se van a cazar hasta en helicóptero, gente con mucho dinero. Hay un mercado negro de carnes de monte, que se venden como exquisitez en ciertos lugares de la ciudad. Son animales que sacan de parques nacionales", denunció Barrera.
El miembro del club Cazadores del Istmo precisó que han expuesto estas situaciones ante el Ministerio de Ambiente y la Antai, sin embargo, no han obtenido respuestas.
En relación con las normas, Barrera puntualizó que cuando se creó la ley de caza se determinó que las especies de pelo solo se pueden cazar con perros de rastreo, porque así estas tienen un 50% de posibilidad de no ser cazadas y sobrevivir.
"Aprovechamos lo más mínimo de su cuerpo. La carne de cacería no se puede vender. Esta se procesa como si fuera ganado. Su cuero se les da a las personas que hacen tambores y las vísceras, a los perros. Decir que la caza es mala y que los animales cazados están en extinción no es cierto", sentenció Barrera.
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