ESTUDIO
La pandemia de la COVID-19 y el confinamiento ha agravado la inseguridad alimentaria
Para fines de 2021 se prevé que al menos 33 millones de personas podrían pasar hambre.
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- - Publicado: 12/11/2020 - 12:00 am
La pandemia de la COVID-19 ha agravado algunas problemáticas sociales que estaban padeciendo algunos países.
Un reciente estudio del Programa Mundial de Alimentos y la Organización Internacional de las Migraciones destaca que el hambre y el desplazamiento de la población en el ámbito mundial aumentará a causa de la pandemia.
Advierten que la situación empeorará a medida que los migrantes y las personas que dependen de ellos busquen desesperadamente un trabajo para sustentar a sus familias.
El estudio detalla que la pandemia y las medidas de confinamiento han aumentado la inseguridad alimentaria y sin ingresos sostenidos los migrantes se verán en la necesidad de regresar a sus países.
Como consecuencia se registrará una caída temporal de las remesas, dinero que los migrantes envían a sus países, el cual proporciona sustento a uno de cada nueve personas en el mundo, alrededor 800 millones, detalla en un comunicado la Organización de las Naciones Unidas.
Se espera para el 2021, una caída del 14% de las remesas en los países de ingresos bajos y medios, según el Banco Mundial, lo cual representaría, consecuencias devastadoras para la seguridad alimentaria.
Aunado a esta proyección el Programa Mundial de Alimentos prevé que para fines de 2021 al menos 33 millones de personas más podrían pasar hambre debido a la disminución prevista de las remesas.
Las poblaciones migrantes centroamericas ya están experimentando las consecuencias de la pandemia, un 82% de los que participaron en el estudio dijeron que tuvieron que disminuir la cantidad de remesas que enviaban y más de la mitad de los entrevistados perdieron su trabajo.
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El estudio de las agencias de la ONU indica que más del 60% de las personas encuestadas en Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador en agosto manifestaron su preocupación por no tener suficiente para comer, particularmente en Honduras.
En este sentido, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley explica que "el impacto socioeconómico de la pandemia es más devastador que la propia enfermedad. Muchas personas de países de ingresos bajos y medianos, que hace unos meses eran pobres, pero podían sobrevivir, ahora encuentran que sus medios de vida han sido destruidos. Las remesas enviadas por los trabajadores en el extranjero a sus familias en el país también se han agotado, lo que ha provocado enormes dificultades. Como resultado, las tasas de hambre se están disparando en todo el mundo".
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