Panamá
¡Ojo con las piedras en la vesícula!
Deben enfocarse en los tratamientos científicos.
- Fanny Arias
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- @dallan08
- - Actualizado: 26/2/2024 - 12:00 am
La vesícula es un órgano hueco en forma de bolsa que forma parte del sistema digestivo. Tiene como función almacenar y liberar la bilis hacia el intestino, en donde esta ayudará a digerir y absorber las grasas, transformándolos en ácidos grasos que nuestro cuerpo utiliza para diferentes procesos.
La bilis, ese líquido verdoso o amarillento que produce el hígado, viaja a la vesícula, donde se almacena hasta llenarse y estar lista para "liberar" una carga de bilis cuando recibe la "señal" de contraerse justo después de comer.
Esta liberación de secreciones es regulada mediante estímulos, que a su vez son controlados por nuestros hábitos alimenticios.
"Para que se forme la bilis, debe mezclarse proporciones específicas de sales biliares, fosfolípidos, colesterol, agua, electrolitos y bilirrubinas", explica el doctor Alfredo Orillac De Obaldía, especialista en Cirugía General y Laparoscopía del Hospital Paitilla.
De manera general, ocurre que el exceso de colesterol en la sangre puede generar la "precipitación" de las sales biliares, causando entonces que se torne la bilis más espesa y menos fluida.
"La evolución de estas condiciones en el tiempo hace que se formen las tan conocidas 'piedras en la vesícula', como vemos, no son causadas por un solo factor, sino por la concurrencia de varios", dice.
La mayoría de los pacientes con colelitiasis (80% o más) ocurren de esta forma, sin embargo, existen grupos de pacientes especiales (con padecimientos de la sangre, como la anemia falciforme), que forman piedras o litos particularmente oscuros (negros), los cuales están formados de bilirrubinato. Existen también piedras chocolates cuya formación se encuentra asociada a algunas infecciones como las de los parásitos intestinales.
¿Qué pueden hacer?
Llevar una dieta balanceada, tener horarios de comidas regulares, y mantener niveles de colesterol en la sangre dentro de rangos normales, son los únicos aspectos que pueden modificar en un intento por evitar la formación de litos antes de que aparezcan.
No obstante, hay múltiples factores fisiológicos, genéticos, anatómicos y funcionales que se escapan de nuestro control, de manera que no hay garantía alguna de que podamos prevenir la formación de estas.
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