El colesterol alto y su impacto en la fertilidad

Aunque la mayoría de las personas conocen que el colesterol malo es el culpable de una larga lista de enfermedades cardiovasculares, pocos saben su relación con la infertilidad.

No obstante, los especialistas dejan claro, que no es que cause infertilidad por sí solo, sino que todo lo que lo rodea (malos hábitos, hipertensión, sobrepeso, etc.) genera además unas circunstancias poco favorables para lograr un embarazo.

No es que cause infertilidad por sí solo, sino que todo lo que lo rodea (malos hábitos, hipertensión, sobrepeso, etc.) genera además unas circunstancias poco favorables para lograr un embarazo.

¿Qué ocurre?

El colesterol tiene una estrecha relación con el grupo de hormonas esteroideas, que influyen en gran parte en la fertilidad humana.

Es decir, este lípido es el responsable de ser el precursor de hormonas como el estradiol, la progesterona y la testosterona, claves para el proceso reproductivo y que se sintetizan en células de ovarios y testículos.

“En mujeres, unos altos niveles de colesterol malo (LDL) pueden crear unos desarreglos hormonales que dificultan tanto la fecundación como que el embarazo pueda llegar a término”, explica la doctora Begoña Martínez, directora de IVI Pamplona, vía e-mail.

En hombres puede provocar una menor cantidad de esperma con peor calidad o directamente espermatozoides que muestren morfología defectuosa.

 Y, si se trata de una pareja en la que los dos presenten hipercolesterolemia, sobre todo si se acompaña de otros factores de riesgo, las posibilidades de tardar más tiempo en lograr el embarazo aumentan”.

Sin embargo, los estrógenos influyen en el metabolismo de las grasas, favoreciendo la producción del conocido como colesterol “bueno” (HDL), que es beneficioso para la fertilidad, ya que los ovarios contienen muchos receptores de este tipo de lípido.  Por todo ello, es importante mantener valores superiores a 35 mg/dl en hombres y a 40 mg/dl en mujeres de este tipo de colesterol.

Consejos

- Una dieta variada basada en el modelo mediterráneo: rica en elementos vegetales, legumbres, cereales integrales, carnes magras y pescado omega-3. Y, sobre todo, evitar los procesados que contienen grandes cantidades de sal y azúcar.

- Realizar actividad física de manera habitual y mantenerse activos.

- Abandonar el hábito tabáquico, incluso aunque sea puntual y no consumir alcohol de manera habitual.

- Si son propensos a tener niveles altos de colesterol o son diabéticos o hipertensos, es recomendable realizar analíticas periódicas para poder llevar un mayor control de los niveles de lípidos en sangre

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