Las heridas autoinfligidas de Panamá por el tema Uber
- Mayer Mizrachi
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- @mayer
Desde este lunes Uber ya no puede aceptar pagos en efectivo, después de que la ATTT decidió no extender el decreto que permitía el cobro en efectivo.
Uber se ha vuelto un servicio de uso diario para muchos panameños que no usan carro y no se sienten cómodos utilizando taxis. Los usuarios argumentan, por razones de comodidad, seguridad y confianza, que Uber es mejor que un taxi común.
El “no voy” de los taxistas es reconocido por todos, y por décadas desmotivó el uso de su servicio. Se pueden decir mil críticas de los taxis amarillos las cuales dependen de opiniones y no de hechos, pero, un hecho que no se puede controvertir, es que los taxis no han evolucionado en más de un siglo; luego, aparece Uber: la evolución del transporte privado.
Con Uber el conductor tiene la obligación y el interés de llevar al pasajero a donde solicite y a hacerlo de la forma más amable posible. Con Uber el pasajero también está incentivado a ser amable y civil con el conductor. Estas dos cosas son gracias a que en todo momento el conductor califica al pasajero y el pasajero califica al conductor, creando un incentivo en ambas partes para una experiencia positiva de mutuo beneficio.
Más allá, la parte tecnológica permite que el pasajero pueda pedir un carro desde la comodidad de su sofá con solo apretar un botón desde su celular, y no tiene que pararse en una esquina a esperar un taxi disponible. La misma tecnología permite al conductor anticipar pasajeros sin dar vueltas aleatorias en la calle gastando combustible por gusto.
Lo anterior y más han llevado a que Uber sea denominado hoy en día como el “taxi del futuro”, sin embargo, el “taxi del futuro” puede volverse algo del pasado en Panamá ante las regulaciones panameñas que están sobreprotegiendo a los taxis comunes e impidiendo el progreso de Uber y compañías similares.
Desde este lunes Uber ya no puede aceptar pagos en efectivo, después de que la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) decidió no extender el decreto que permitía el cobro en efectivo. El resultado ha sido sumamente disruptivo para los cientos de miles de usuarios diarios de Uber que no tienen tarjeta de crédito. Esto viene consecuente a un gran
movimiento de transportistas, que sienten que no pueden competir contra Uber sin cambiar sus métodos.
Como resultado, la regulación ha entrado a sobreproteger a toda una industria de transportistas que se rehúsan a elevarse y adaptarse para mantenerse competitivos. Lo que nadie se ha percatado, es que, prohibir cobros por efectivo para Uber, es una herida autoinfligida que causa más daño fiscal que crecimiento económico. A continuación, la realidad de la afectación al fisco de esta regulación arbitraria contra Uber.
Muchos no saben esto, pero cuando Uber te cobra en tu tarjeta de crédito, no te cobra en Panamá, sino en Países Bajos. Es decir, esa venta no pasó en Panamá, no paga impuestos en Panamá, sino en Países Bajos. La mayoría de servicios “On Demand” hacen esto incluyendo Cabify y Glovo, que no cobran en Panamá tampoco. Por más conflictivo que esta realidad parezca, es perfectamente legal, ya que Panamá tiene un sistema de impuestos territorial en la que solo pagas impuestos por tus ingresos dentro de Panamá.
Ahora, Uber no se queda con todo ese ingreso, eso es compartido entre Uber y el conductor (asociado). El asociado recibe 75% y Uber se queda con 25%. El asociado sí le toca pagar impuestos por esos 75% aquí en Panamá, pues lo recibe en su cuenta de banco personal. Sin embargo, esto cambia un poco cuando el cobro es en efectivo.
Cuando Uber te cobra en efectivo, el 100% paga impuesto, ya que esa venta entró enteramente en el sistema bancario panameño. ¿Qué significa esto? Muy simple, cuando Uber cobra por tarjeta, Panamá no gana impuestos de la venta, pero cuando cobra en efectivo sí. Es decir, está en el interés económico del país que Uber pueda cobrar en efectivo, ya que la DGI gana impuestos de esas ventas.
Irónicamente, la regulación que busca sobreproteger a los taxistas y transportistas tradicionales está causando más mal que bien. Ahora, considera lo siguiente: 50% de los 280 mil usuarios de Uber en Panamá pagan con efectivo, eso implica que sólo 50% de las ventas de Uber en Panamá no pagan impuesto, sin embargo, con este nuevo impedimento de cobro en efectivo ahora el 100% de las ventas de Uber en Panamá no pagan impuesto. ¿Es esto lógico?
A su vez, hay que considerar que en Panamá solo 17% de la población tiene tarjeta de crédito y que, al forzar a una empresa a procesar pagos exclusivamente por tarjeta de crédito, se está discriminando y alienando a la mayoría del país de tecnología que mejora la calidad de vida.
Decir que la tecnología Uber solo la pueden usar los tarjetahabientes es lo equivalente a decir que telefonía celular solo la pueden usar los tarjetahabientes. Imagina que no te permitan pagar tu celular prepago con efectivo, y que ello, fuese para proteger a los teléfonos públicos (que por cierto, sí aceptan efectivo, pero no tarjeta de crédito). Es ilógico y contraproducente al crecimiento económico del país. Incluso, esto puede llegar a ser inconstitucional por discriminación, toda vez que en México, la Corte Suprema declaró inconstitucional la regulación que impedía a Uber México cobrar con efectivo.
La realidad es que la innovación siempre va más rápido que la regulación y los cambios tecnológicos siempre son acogidos con algo de fricción. El rol de los reguladores es el de proteger los intereses del pueblo que los elige, y en esta ocasión, hay que cuestionar si la ley realmente busca proteger a toda la sociedad o solamente a un subconjunto de ella.
Nunca es una buena señal cuando los gobiernos buscan controlar parcialmente al sector empresarial. Si buscamos crecer económicamente debemos regirnos todos bajo las mismas reglas e incentivar la justa competencia que es la fundación de nuestra economía capitalista.
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