‘Sin tomar agua ni meriendas’: testimonios sobre jornadas laborales incómodas por la pandemia
La COVID-19 ha cambiado la forma de trabajar y convivir con los compañeros dentro de una empresa. Las horas de almuerzo y las visitas al baño ya no son las mismas.
- Ana Cristina Quinchoa
- - Actualizado: 31/7/2020 - 04:09 pm
En la denominada nueva normalidad, las personas que han retornado a sus puestos de trabajo en las empresas que pertenecen al bloque 1 y 2, autorizadas por el Ministerio de Salud (Minsa) tras la decisión de reactivación por la pandemia, se han tenido que adaptar a los cambios y medidas de bioseguridad que implementan en cada una de sus compañías, sin embargo, ante tanto protocolo y miedo por el virus, las jornadas de trabajo se han tornado muy incómodas para algunos. Los trabajadores han dejado atrás algunos hábitos que solían hacer durante sus horarios de trabajo, ahora que la COVID-19 está presente.
Las horas de almuerzo en compañía y las meriendas se están evitando, mientras que la cantidad de veces para ir al baño o tomar agua se están reduciendo. Algunos lo hacen por miedo y otros simplemente por ‘falta de tiempo’, debido a que tienen más tareas que realizar por la reducción de personal a causa de la pandemia.
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Trabajadores que viven este día a día, producto de la pandemia, decidieron compartir sus experiencias y cómo tienen que lidiar con el miedo a contagiarse durante su jornada laboral.
Isaac (vendedor): “Mi rutina ha cambiado en todos los aspectos. Ahora, a pesar de que tengo el cargo de vendedor, me ha tocado hacer de todo, desde mi trabajo regular hasta la limpieza. Por una parte, lo veo positivo, porque estoy aprendiendo a hacer otras cosas que no estaba acostumbrado. Mi horario de almuerzo ahora es diferente, tengo que salir a comer cuando no haya movimiento en la tienda, incluso hay veces que tengo que esperar más tiempo para almorzar. Mi rutina a la hora de comer es distinta, ahora tengo que elegir una mesa para mí solo, desinfectarla, al igual que el microondas antes de calentar mi comida. Antes de comer, me quito la mascarilla y la coloco sobre dos pedazos de papel toalla en una silla vacía. Tengo que usar bastante papel toalla para poner mi comida sobre la mesa y sentirme seguro”.
Carlos (vendedor): “Antes de la pandemia era incómodo comer, ya que en la empresa donde laboro no hay una cafetería y cada colaborador debe buscar un lugar en el local. Ahora, con la crisis es más incómodo aún, porque debemos cuidarnos y ser más aseados que antes. Mi rutina a la hora de comer es quitarme el tapabocas, limpiarme las manos y comer, ya cuando voy a regresar a mis labores me pongo otro cubrebocas. El uso de la mascarilla molesta a la hora de trabajar, porque ya no puedo tomar la cantidad de agua que tomaba antes ni comer meriendas, debido a que no podemos quitarnos el tapabocas frente a los clientes, sino cuando estamos solos. No tengo un horario fijo para comer, porque ahora somos menos colaboradores y no nos damos abasto para la cantidad de clientes que hay que atender; hay veces que almuerzo a la 1 o 2 de la tarde, incluso hay días que no me da tiempo de comer. La pandemia ha hecho que salga más temprano de mi trabajo, pero a su vez salgo más agotado por todas las tareas que debo encargarme ahora”.
Maholis (enfermera): “Mi mayor incomodidad al principio, fue el transporte, ya que no tengo carro y antes de la pandemia me transportaba en autobús. Desde que inició la crisis todo se complicó, pero la empresa me ayudó en ese aspecto y ahora un transporte especial me lleva y me trae a mi casa. Con mi profesión no he cambiado mucho mi rutina laboral, a excepción del uso de la mascarilla en ciertos casos. En cuanto a mi horario para comer nunca he tenido una hora específica; ahora me dedico a tomar las muestras de hisopado nasofaríngeo en las casas y almuerzo cuando termino esa actividad. Mi rutina antes de comer es quitarme la mascarilla y desecharla, lavarme las manos antes y después de comer y hacerlo constantemente lo que resta del día; mientras que cuando voy al baño me lavo las manos antes de entrar y salir, incluso cierro el grifo y la puerta con un pedazo de papel toalla, luego lo desecho”.
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Franklyn (electricista): “Es un poco complicado, porque al ser electricista debo tratar con clientes y estos dos últimos meses las personas han hecho muchos reclamos, y junto a mis compañeros hemos tenido que relacionarnos con el cliente al momento de ir a hacer la inspección. Mi rutina de trabajo no ha cambiado mucho, a excepción de que ahora debo usar mascarilla, aplico el distanciamiento físico de dos metros con los clientes y tratamos de hablar lo menos posible con ellos, ese aspecto ha sido complicado, porque hay personas que se acercan mucho y aunque uno amablemente le dice que guarden su distancia, se molestan, pero todos debemos cuidarnos y seguir las medidas de bioseguridad. Yo trabajo en la calle, por ende, las actividades que realizo me hace sudar mucho y me toca cambiarme la mascarilla hasta tres veces al día. Mi rutina antes de iniciar mi jornada es desinfectar el carro, llevar conmigo agua, alcohol y gel alcoholado, me desinfecto las manos cada vez que salgo y entro del vehículo. Yo no tengo un horario exacto para comer, pero por lo general almuerzo de 12 a 1 de la tarde, todo depende de cómo va el día. No como solo, ya que trabajo con un compañero, somos una cuadrilla de dos y a pesar de que laboramos juntos, ambos tomamos distancia cuando nos quitamos la mascarilla para comer.
Mi experiencia al trabajar en medio de esta pandemia ha sido difícil, porque hubo un caso donde un compañero se contagió de coronavirus y nos tuvieron que hacer la prueba a todos en la empresa, pero gracias a Dios salimos negativo. Tenemos que acostumbrarnos a todo esto, a usar la mascarilla y al temor a contagiarse”.
Gabriel (mercadeo): “Mi mayor incomodidad es trasladarme a mi puesto de trabajo; en mi caso tengo carro, pero aún así se dificulta movilizarme demasiado. He cambiado mucho mi rutina laboral por la pandemia, ahora todos en la empresa trabajamos más temprano, no tenemos el horario extenso que teníamos antes. Mi horario de almuerzo es entre 12 a 2 de la tarde, depende de lo que indique la empresa. Desde que inició la pandemia he desistido de ir a la cafetería, yo tengo la opción de comer en mi carro, pero hay compañeros que no tienen vehículo y sí tienen que almorzar en el comedor. Mi rutina antes de comer es lavarme las manos, buscar mi vehículo (donde tengo alcohol), me desinfecto las manos y me como la comida fría, ya no uso el microondas del comedor para evitar estar expuesto, en caso de que alguien tenga el virus, por seguridad lo prefiero así. Me quedo la hora completa en mi auto. Mis medidas cuando voy al baño son las mismas de antes, entro normal, porque ya llevo las manos sucias, hago mis necesidades, me lavo las manos antes de salir, y si toco algo, por ejemplo, la puerta, entonces me desinfecto las manos con mi alcohol”.
¿Qué reglas deben seguir los trabajadores?
Antes de que las empresas del bloque 1 y 2 comenzaran su reapertura, el Ministerio de Salud compartió un documento para las compañías poscovid: lineamientos para el retorno a la normalidad. En el informe detallan que las medidas principales deben ser:
-El lavado frecuente de manos con agua y jabón
-Uso de mascarilla y gel alcoholado
-Distanciamiento físico por dos metros entre persona y entre cada puesto de trabajo
-Utilizar equipo de protección según el riesgo de la actividad que se realiza
-Limpieza y desinfección de superficies
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Melva L. Cruz, subdirectora general de Salud de la Población, quien formó parte de la redacción del documento, mencionó que a la hora del almuerzo cada colaborador, al quitarse la mascarilla, debe colocarla sobre un papel o dentro de una bolsa plástica, además debe practicar la etiqueta respiratoria, como cubrirse la nariz y la boca con el ángulo del brazo o con un pañuelo desechable al toser o estornudar, desecharlo en una bolsa plástica y realizar la higiene de manos.
Cruz recuerda también que las compañías juegan un papel importante, ya que deben colocar horarios escalonados a cada empleado para evitar aglomeraciones en el comedor e informarle a cada uno que no deben compartir ningún equipo de protección personal, alimentos, bebidas, platos, vasos ni cubiertos.
También, las empresas deben dedicarse a la limpieza y desinfección frecuente de las superficies, tales como el lavamanos, manijas de puertas, pisos, áreas de recepción por lo menos cada dos horas y realizar una limpieza profunda cada dos semanas.
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