Panamá
Rechazos y groserías, la parte dura que viven los empadronadores del censo
Algunas personas se niegan a brindar de mala manera los datos, buscan pretextos aunque estén en casa y otros simplemente tiran a la basura las notificaciones.
- Karol Elizabeth Lara
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- - Actualizado: 11/2/2023 - 03:40 pm
En el camino hacia contabilizar la cantidad de habitantes de Panamá, los empadronadores del XII Censo de Población y VIII Vivienda no siempre tienen días fáciles.
Por un lado deben sortear los desaires, groserías, malos tratos y negativa de un segmento de la población, y por otro poner en práctica estrategias con el horario que les permita censar a las personas.
Uno de los supervisores contó a Panamá América que en las zonas urbanas y semiurbanas, el problema con la aceptación es mayor.
Narra que las personas se niegan a brindar la información, buscan pretextos aunque se encuentren en casa y otros simplemente tiran a la basura las hojas de notificación que les deja el empadronador.
Aunque el protocolo los lleva a dejar varias documentaciones de contacto e incluso que la persona llene el formulario por sí misma, la fuente destacó que para una mayor fidelidad de la información es mejor que el empadronador lo haga.
"En la ciudad es más difícil por el tema del horario. Tanto el hombre como la mujer trabajan, salen temprano y llegan tarde a casa y obviamente a esa hora no tienen ganas de atender a nadie. Nos ha tocado ingeniárnoslas", agregó.
También está el aspecto de la inseguridad en las zonas rojas y la poca colaboración que reciben de parte de la policía.
En otros casos, y cuando los empadronadores pertenecen a la comunidad, de igual forma reciben malos tratos por parte de ciertos vecinos, quienes temen que estos divulguen los datos.
Una empadronadora contó que fue rechazada a los gritos por una vecina, quien pidió en la coordinación regional que le enviaran a otra persona.
Los censistas comprenden la desconfianza cuando los encuestados son personas conocidas, pero no entienden el porqué de las groserías.
Sin embargo no todo es malo, en el otro extremo están los empadronadores que manifestaton ser recibidos a la sombra, con un vaso de agua y la cooperación de población. En el interior, incluso, intentan brindarles frutas, vegetales y verduras, aunque la recomendación es no recibirlas.
***Las fuentes pidieron reserva de sus nombres.
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