Panamá
Palacio Nacional: la historia oculta tras una oficina gubernamental
El traslado del Ministerio de Gobierno y la apuesta al 'Museo de la Nacionalidad' devolvería la identidad al centenario edificio del Casco Antiguo.
- Miriam Lasso
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- - Actualizado: 16/1/2024 - 08:46 am
Con una historia centenaria atrapada en sus vetustas estructuras, el Palacio Nacional atesora la esperanza de recuperar su identidad con el traslado del Ministerio de Gobierno y la promesa de construcción del Museo de la Nacionalidad.
Fue la sede de la iglesia, el convento, el claustro y el cementerio de la Inmaculada Concepción, así funcionó hasta la Independencia de España, cuando Colombia tomó el control de Panamá y expulsó a todas las órdenes religiosas, dejando la estructura vacía.
Del Siglo XIX se tiene constancia de que sirvió como dormitorio de tropas, almacén de abastos oficiales y privados, y a finales del siglo, se hacían obras de teatro, entre ellas las de Sarah Bernhardt, detalla el investigador de historia, Vladimir Berrio-Lemm.
Es un edificio que ha visto pasar una historia grandísima, la producción de las leyes más importantes del país, juicios sonados y la sede de organismos claves para la convivencia.
El Palacio Nacional fue la obra maestra, encomendada por la primera generación gubernamental tras la Separación de Panamá de Colombia, al ingeniero italiano radicado en Panamá, Genaro Ruggieri, solo superado por su también obra, el Instituto Nacional, ambos de estilo renacimiento italiano mediterráneo con planta de liceo francés, explica el experto.
El Palacio Nacional fue concebido con la función de ser un capitolio. Tiene dos partes: donde estuvo la iglesia de la Inmaculada Concepción, ahora el Teatro Nacional y la parte más grande que es el Palacio Nacional, una estructura en forma de cruz con un centro hueco. Un brazo de la cruz que era el teatro y el resto, las sedes del Órgano Ejecutivo, el Órgano Judicial y el Órgano Legislativo, explica el investigador.
Allí sesionó la Asamblea Nacional desde su inauguración en 1908 hasta 1934, cuando tanto la Asamblea como el Órgano Judicial mudaron sus sedes físicas a la Plaza de Francia, donde se instaló el Palacio de Justicia y Legislación.
El Palacio Nacional quedó como sede del Ejecutivo, entonces, se definió que el primer ministerio del país, es decir, el ministerio del interior o de Gobierno, se instalara allí hasta que las instituciones bajo su paraguas se segregaron.
Desde entonces, el Palacio Nacional, fue denominado edificio del ministerio o ministerio de Gobierno, aunque su nombre original jamás fue cambiado, aclaró el investigador.
Datos del edificio
El Palacio Nacional es una composición interesante y extremadamente sólida de Ruggieri, hecho pensando en incendios, rápida evacuación, ventilación y terremoto, destaca Berrio-Lemm.
Aunque el Palacio Nacional es hermoso, similar a un palacio, ciertamente, es un lugar para administrar. Es bonito y elegante pero austero. Cuando Ruggieri entregó el teatro, donde tomó posesión el presidente posterior a Manuel Amador Guerrero, señaló que el conjunto , es decir, el palacio más el teatro, costaron 620 mil dólares de esa época, de lo que la mitad correspondía el teatro. Cada centavo fue bien invertido", destaca.
¿Por qué un museo?
En Panamá se necesitan museos por todos lados, hay mucha historia y pocos lugares donde mostrarla.
El Palacio Nacional merece una oportunidad no como el ministerio de la gobernanza, pero sí darle a los panameños y a los extranjeros un lugar impresionante, imponente, que no necesita decoración, sino una museografía, una iluminación sugerente, cédulas para leer, hologramas, interacción, inclusión, entre otros, explica.
Hoy en día, el mundo de los museos ha cambiado radicalmente, entrar a un museo es una aventura y la gente vuelve, sostiene.
El investigador desconoce cuánto puede costar una restauración, pero deja claro que Panamá cuenta con el talento para llevar adelante este tipo de proyecto.
Es un edificio que no necesita decoración, tiene techos altos, paredes fuertes y es cuestión de planificar qué es lo que se quiere hacer, hasta dónde se quiere restaurar y cómo se van a hacer los dioramas, las vitrinas islas y qué préstamos se van a solicitar en su momento, detalla.
También se debe pensar en un patronato, porque hay cosas que se tendrán que comprar y el Estado panameño no es tan grande como asumir estos costos.
La puesta en escena es otro reto, señaló.
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