Panamá
La guerra en Ucrania y la esperanza del renacer los unió
- Francisco Paz
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- fpaz@epasa.com
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- @franpazate76
Un año después de iniciado el conflicto bélico en su país, ucranianos residentes en Panamá, dan testimonios del horror que han vivido familiares.

Lejos de su país, se han acostumbrado a sentir el sufrimiento que los embarga y a estar juntos para que se conozca lo que acontece en su patria.
A 10,600 kilómetros de distancia, Valeria Morgunovska, ucraniana con seis años de residir en el país, vive una bipolaridad. Ella viajó a Ucrania el año pasado y se regresó una semana antes de que estallara la guerra.
"Tu te sientes bipolar, porque una parte de ti está con la guerra, con las noticias, y otra parte está en un apartamento en el que se ve el sol, el océano, cantan los pájaros, todo está tranquilo. No puedes entender donde estás tú", comentó.
Una oportunidad de negocios ofrecida a su esposo, le permitió pisar suelo panameño, sin embargo, sus padres permanecieron en Kiev. Fueron a visitarlos a comienzos de 2022 y se regresaron la semana anterior al inicio de la guerra.
"Les hablamos que iba a venir la guerra y cuando nos despedimos le dije a mi madre que se viniera conmigo, pero no quiso por mi abuelita", nos contó Valeria.
Sus padres vivían en un área boscosa, cerca de Kiev, la capital ucraniana, a cuatro kilómetros del aeropuerto.
Por lo tranquilo del lugar, nunca imaginó que el conflicto bélico comenzará allí. Un día recibió una llamada de su padre, informándole que helicópteros rusos sobrevolaban la capital. Había iniciado la guerra y los siguientes cinco días fueron horribles para ellos.
No tenían conexión con internet, estuvieron sin luz y agua, y tuvieron que dormir en el suelo, debido a los intensos bombardeos.
Luego de esto, en una ocasión estaba su padre recogiendo leña, cuando vio como cayó una mina detrás suyo y cerca de los vecinos. Ese fue el instante en que decidió abandonar su hogar.
Sacó a su esposa, la abuela, un perro, una maleta chica, algunos documentos y dinero, y se dispusieron a huir, incluso, bajo un bombardeo.
Los vecinos, al verlos, también decidieron salir. "Mis padres salieron y detrás de ellos cayó una bomba. Se hizo un hueco. Mi papá estuvo preocupado por un vecino que estaba atrás con dos niñas, pero por suerte no le pasó nada y pudieron salir.
Valeria, desde Panamá, junto a su esposo, guió a sus padres, mediante Google Map para que agarraran una ruta segura hacia la frontera.
En su paso vieron muchos muertos, hasta que pudieron salir del país. Hoy en día, se encuentran en Rumania.
Amistades de la joven no han corrido con igual suerte y han perdido la vida.
En sus propias palabras, "con el tiempo se acostumbra a sentir el sufrimiento", de estar lejos de su patria en momentos en que pasa por luto y dolor.
Lily Cherniak, con menos tiempo que Valeria en Panamá, contó que el jueves, pudo comunicarse con su primo, que no pudo salir de Mariúpol, ciudad ocupada por los rusos y que se encuentra en ruinas.
"Está intentando mandar mensaje desde allá, por Facebook, y estaba triste diciendo que el mal quería ganar. Solo pude escribirle que lo quiero abrazar", narró.
Lily manifestó que cada ucraniano que vive en Panamá tiene su familia en situaciones peligrosas, bajo misiles que están destruyendo todos los días las estructuras civiles del país, y no exagera cuando lo dice.
"Muchas familias tuvieron que emigrar a países extraños, como Finlandia, donde tienes que aprender su idioma y hace frío, pero la gente te da su corazón, te presta su alma y te ayuda a sobrevivir", reflexionó.
La guerra en Ucrania unió a los pocos nacionales de ese estado que se residen en Panamá.
Al segundo día después de iniciada la guerra, el 25 de febrero de 2022, en forma espontánea se dirigieron a la embajada de Rusia a protestar, y allí se conocieron.
Acto seguido, conformaron la Diáspora de los Ucranianos en Panamá, conocida como Stand for Ukraine Panama.
Desde entonces, han realizados 12 vigilias y con el apoyo de las embajadas de Polonia y la Unión Europea realizaron exposiciones y hasta reprodujeron una película sobre la dura realidad de la guerra en su país.
En Panamá hay alrededor de 500 ucranianos y Lily estima, sin tener datos precisos que con la guerra han llegado alrededor de 30 compatriotas a nuestro territorio.
El país no tiene ni embajada ni consulado en Panamá, lo que complica conseguir información certera sobre su situación.
El viernes, este pequeño grupo, con el apoyo de la embajada de España izó su bandera, que fue confeccionada por sus integrantes, al lado de la del país ibérico.
"Estamos golpeados, pero no de rodillas, y estamos izando nuestra bandera y no estamos solos, porque el mundo entendió que la verdad es la nuestra", dijo Lily Cherniak.
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