Panamá
¡Exclusivo! El milagro de la vida en medio de la peligrosa selva del Darién
En medio de la migración que hacen miles de extranjeros por Panamá hacia los Estados Unidos, algunas madres traen al mundo a sus hijos.
- Luis Ávila
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- - Actualizado: 15/2/2021 - 06:12 am
Nacen en piraguas, patrullas y en trochas de la inhóspita selva de la provincia del Darién. Son los nuevos panameños que llegan al mundo en medio de la búsqueda del gran "sueño americano" de sus progenitores.
El dar vida a otro ser humano es una de las experiencias más gratificantes que puede tener una persona, sin embargo, a algunas mujeres embarazadas que deciden salir de sus países en busca de un mejor futuro en los Estados Unidos, les toca dar a luz en medio de estas difíciles circunstancias.
Durante un recorrido por las estaciones migratorias de San Vicente, Lajas Blancas y Bajo Chiquito en Darién, junto con el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), Panamá América pudo conocer de algunas experiencias de nacimientos que se han dado en medio de esta travesía.
En este proceso son asistidos por los miembros del Senafront, quienes además de su función de patrullar la frontera han tenido que aprender a darle ayuda a aquellas mujeres que han dado a luz en medio de su recorrido migratorio hacia los EE.UU.
En un recorrido por esta zona, se observó a gran cantidad de mujeres embarazadas que se enfrentan a la selva de Darién. Muchas de ellas, probablemente, debido a la situación del cierre de las fronteras que se ha dado por la covid-19, terminen dando a luz a sus hijos en el territorio nacional.
"Hay experiencias que son difíciles de sacar de la mente, como el caso de una migrante que dio a luz a gemelos, y rechazaba a uno de los bebés, pues decía que se lo habían puesto y que no era de ella", nos narró el subcomisionado Larry Solís, jefe del Batallón Chucunaque en Darién.
Esto es parte de las labores que les ha tocado vivir a los uniformados en su misión de cuidar las fronteras de los malhechores que usan nuestro país como paso de sustancias ilícitas. Ahora también deben ayudar a los migrantes en el recorrido que realizan por el país en su migración hacia Estados Unidos.'
9
de enero pasado, una joven rusa dio a luz en una piragua en Bajo Chiquito, Darién.
62
de los 67 nacimientos que se han dado son haitianos que estaban migrando por Panamá.
El uniformado agregó que también han tenido casos de alumbramientos en los carros patrulla, incluso una situación en la que una migrante rusa, de nombre Guzal Sultunova, dio a luz en una piragua en el sector fronterizo de La Peñita, el 9 de enero de 2020.
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También han tenido casos de nacimientos que se dan en las diversas trochas que hay en el Tapón de Darién y en algunos casos se tiene dudas si los infantes han nacido en Panamá o en Colombia, contó a este medio.
Hay que indicar que cuando se presentan situaciones de nacimientos, las unidades del Senafront se encargan de que los infantes sean reconocidos como panameños por parte del Tribunal Electoral, entidad habilitada para esto.
Estos infantes son reconocidos para el resto de su vida como panameños, ya que por haber nacido en el territorio nacional, automáticamente obtienen la nacionalidad panameña y un número de identificación personal.
De acuerdo con datos estadísticos del Servicio Nacional de Fronteras, entre enero de 2020 y febrero de 2021, se han dado unos 67 nacimientos en las distintas estaciones de recepción migratoria de la provincia de Darién.
Frente a esto, Solís indicó que de los nacimientos que se han dado, 62 son de mujeres haitianas, 2 de la República del Congo y países como Uzbekistán, Burkina Faso y Camerún, con un nacido cada uno.
Este registro inició debido a la gran cantidad de nacimientos de migrantes que se vienen dando.
"Las unidades de nuestra institución cumplen además de la labor preventiva, una labor educativa, social y humanitaria. En el marco de la labor social y humanitaria hemos atendido a las mujeres que llegan embarazadas en la trocha brindándoles los primeros auxilios y en ocasiones hemos atendido partos que se dan en nuestra presencia, debido a la falta de algún idóneo que la pueda atender", explicó el jefe del Batallón Chucunaque.
Un solo asistente médico
En el sector de Bajo Chiquito, primer punto en el cual llegan los migrantes luego de iniciar su recorrido en Colombia hasta llegar a Darién, solo se cuenta con un asistente médico, el cual es el encargado de brindar apoyo a los migrantes, pero en ocasiones, junto con los uniformados, le toca asistir en los nacimientos que se dan en la zona.
"Hay casos de mujeres embarazadas que me ha tocado atender, yo fui quien de primera mano, junto con el Senafront, atendí a la rusa que dio a luz en una piragua", señaló Casiu Cajares, encargado de brindarles atención médica a lo migrantes en este sector.
El lugareño que hace las labores de médico en este sector indicó que una de las grandes dificultades que le toca vivir es la falta de insumos médicos que tiene para atender no solo las situaciones de partos que se dan, sino a los cientos de migrantes que debido al duro recorrido que hacen por el Tapón de Darién llegan buscando ayuda médica.
Algo que en nuestra estadía en este sector del país pudimos comprobar de primera mano, ya que se pudo observar como migrantes llegaban en busca de ayuda por picaduras y llagas en sus pies, debido al duro recorrido que realizan.
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"Yo trabajo muy de la mano con el Senafront en esta labor que realizo, ellos me ayudan con insumos cuando tienen para poder ayudar a estas personas", manifestó Cajares.
El asistente médico indicó que espera que las autoridades del Ministerio de Salud (Minsa) les envíen insumos médicos para atender las situaciones de alumbramiento que allí se dan, así como los otros de complicaciones se salud que se puedan dar en el lugar.
Puntualizó Cajares que debido al aumento de casos de enfermedades y de mujeres embarazadas que están en la zona fronteriza, solicitaron al Minsa que mantuviera un médico en el lugar para brindar una mejor atención, sin embargo, hasta la fecha no han tenido respuesta a la solicitud que hicieron.
Otra de las situaciones que pudimos observar en el sector de Bajo Chiquito fue una gran cantidad de madres con infantes de pocos meses de nacido que llegaron a este punto luego de hacer el recorrido por la selva, considerado el más duro que hacen los migrantes en su camino a los EE.UU.
Principalmente de nacionalidad haitiana, esto debido a que este es uno de los países que enfrenta mayores dificultades sociales en la actualidad.
El índice de pobreza en este país caribeño es uno de los más grandes que hay actualmente en América, lo que ha obligado a muchos de sus habitantes a tener que migrar en busca de un mejor futuro.
Los sobrinos
Cariñosamente, los miembros del Senafront a todos estos infantes que nacen de aquellos padres que migran de sus países, ya sea por problemas políticos o sociales, los bautizan como los "sobrinos".
"Una de las labores más gratificantes que puede hacer una unidad del Servicio Nacional de Fronteras es ayudar a una migrante embarazada en el proceso de dar a luz. Son muchos los ahijados que tenemos a lo largo de nuestra vida profesional", comentó el comisionado Alexis Bethancourt, jefe de la Primera Brigada Oriental en Darién.
Agregó que generalmente los migrantes irregulares llegan a los pueblos de acogida, como es el caso de Bajo Chiquito, agotados física y emocionalmente y es el Senafront el que en primera instancia los registra, los apoya con alimentos y atención médica básica en la medida de las posibilidades, enfatizó Bethancourt.
Durante nuestra visita al albergue de San Vicente, una de las imágenes más comunes que pudimos observar fue la de madres migrantes dándole pecho a sus hijos, señal de vida en medio de una larga travesía que para muchas de ellas inició en Brasil, siguiendo por Perú, Ecuador, Colombia y Panamá.
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Además, la de uniformados del Senafront cargando a esos infantes, esto en señal de que no solo están para darles una mayor seguridad en su paso por el territorio nacional, sino que como seres humanos tienen sentimientos frente a infantes que han nacido en medio del largo trayecto recorrido por sus padres en busca de mejores días lejos de sus países de origen.
Igualmente, muchos de estos uniformados también tienen hijos y en ocasiones debido a la labor que realizan protegiendo las fronteras, les toca estar por largas temporadas lejos de ellos, en ocasiones hasta por más de 60 días por la covid-19.
Esto hace que generen un gran cariño hacia estos menores de edad que llegan al mundo en medio de un proceso migratorio.
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