Panamá.
Depresión posparto se ha incrementado debido a la pandemia
No son malas madres o psicópatas, solamente merecen atención en salud mental para que el episodio no tenga graves consecuencias y predomine el bienestar de ellas y sus hijos.
- Milagros Murillo F.
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- - Actualizado: 13/8/2021 - 10:24 am
La depresión posparto es un trastorno mental afectivo severo que presentan algunas mujeres semanas después del parto o durante los primeros 12 meses posparto. Aunque es bastante común que las mujeres experimenten una tristeza pasajera durante la primera semana después del parto, que dura de dos a tres días y es relativamente leve, la situación se complica cuando dura más tiempo, entrando entonces en una depresión que no debe ser ignorada.
La doctora Delia De Ycaza es psiquiatra del Ministerio de Salud (Minsa) y explicó que la depresión posparto dura más de dos semanas y se manifiesta principalmente por la presencia de un estado mantenido de tristeza, pérdida de interés y de ilusión por las cosas, ganas de llorar, disminución de la energía, alteración del apetito y el sueño, así como sentimientos o sensación de ser incapaz de cuidar el bebé o de ser buena madre.
Detalló que otros síntomas pueden incluir: tristeza extrema, cambios de humor, irritabilidad e ira, cefaleas (dolor de cabeza), dolores corporales, cansancio extremo, preocupaciones poco realistas sobre el bebé o al contrario: desinterés. Además de temor de dañar al bebé, culpa por sus sentimientos, ideación suicida, ansiedad o ataques de pánico.
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Recalca De Ycaza que toda esta sintomatología puede llegar a interferir significativamente con las actividades de la vida diaria. Esto debido a que durante los meses posteriores al parto, el riesgo de tener una depresión se incrementa entre dos y tres veces debido a los cambios hormonales bruscos, es decir, el descenso brusco de los niveles de estrógenos y progesterona después del parto, así como el aumento de la prolactina.
Según De Ycaza, hay mujeres que tienen mayor riesgo de sufrir depresión posparto, por ejemplo, aquellas que han sufrido un episodio depresivo durante su vida. Otros factores de riesgo son tener un sistema de apoyo insuficiente, ya sea de la pareja o de amigos o familiares, haber vivido eventos estresantes durante el embarazo o el puerperio (periodo de recuperación después del parto), antecedentes de alteraciones del estado de ánimo asociados temporalmente con los ciclos menstruales o el uso de anticonceptivos orales y dificultades con la lactancia.
A nivel mundial, el 15% de las mujeres puérperas desarrollan depresión posparto, sin embargo, en varias latitudes se ha percibido un aumento de esta incidencia como consecuencia de la pandemia por la COVID-19, principalmente asociado al distanciamiento físico que ha afectado la socialización, la incertidumbre y ansiedad, los problemas socioeconómicos, etc. dijo la psiquiatra, quien es coordinadora nacional de Salud Mental frente a la COVID-19 del Minsa.
Tratamiento
El abordaje terapéutico incluye intervenciones psicoterapéuticas combinadas con terapia farmacológica. Es importante indicar que debe eliminarse el consumo de alcohol y tabaco en caso de que exista, aumentar el descanso, abocar por técnicas de relajación y ejercicio físico, mencionó la doctora.
Afecta la relación madre-hijo
La depresión posparto afecta tanto al bebé como a la madre. El niño o niña está expuesto a suspensión temprana de la lactancia materna, abuso infantil y negligencia en su cuido. Los hijos de madres que tienen depresión posparto no tratada tienen más probabilidades de tener problemas emocionales y de comportamiento, como dificultades para dormir y comer, llanto excesivo y retrasos en el desarrollo del lenguaje.
Por si fuera poco, la madre puede presentar complicaciones maternas como psicosis posparto, ideación e intentos suicidas. En ocasiones puede convertirse en un trastorno depresivo crónico.
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Sostuvo la especialista que incluso cuando se trata, la depresión posparto aumenta el riesgo de futuros episodios de depresión mayor. Asimismo, la existencia de una depresión posparto puede afectar el vínculo y la estrechez de lazos entre la madre y el hijo, dificultando aún más la capacidad de la madre para atender las necesidades de su bebé.
Relación de pareja puede fallar
En cuanto a la relación con la pareja, la depresión posparto puede afectar a la pareja de padres ocasionando problemas de comunicación, agresividad y violencia de género e incluso incremento del consumo de sustancias como alcohol y otras drogas, y por ende, afectando toda la dinámica familiar.
Consecuencias graves
En un mundo en el que los trastornos o enfermedades mentales a veces no son tomados en serio, es importante que la sociedad cree conciencia de esta realidad. “Las graves consecuencias que puede tener una depresión posparto hacen imperativo el crear conciencia sobre la existencia de este trastorno y de que las mujeres que lo sufren no son malas madres ni mucho menos unas psicópatas”, afirma la doctora Delia De Ycaza, acotando que con la ayuda y el tratamiento adecuado puede ser superado y seguir adelante con la maternidad cuidando perfectamente de sus hijos.
“Hay que combatir la falta de conocimiento para que las personas sepan qué es la depresión posparto, cómo actuar y pedir ayuda para que las madres afectadas reciban un tratamiento oportuno y adecuado”, adujo.
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