Coronavirus en Panamá
Demanda en los productos de limpieza ha propinado un nuevo golpe al bolsillo familiar
Mantener al enemigo lejos tiene un costo adicional. Mientras más se extreman las medidas para frenar la diseminación del coronavirus, también aumentan los gastos.
- Karol Elizabeth Lara
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- - Actualizado: 14/7/2020 - 11:50 am
¿Se imaginó usted que la mascarilla sería un artículo imprescindible en su lista de consumo y que tendría que destinar dinero extra para la compra de artículos de aseo?
Amanda Barsallo tenía una rutina de limpieza establecida antes de que la pandemia del coronavirus trastocara el diario vivir, en todos los sentidos.
Ahora debe asignar un porcentaje de sus ingresos para adquirir tapabocas desechables y más productos de desinfección.
El alcohol, por ejemplo, era un inquilino en su botiquín para cuando algún incidente se presentara. Sin embargo, por estos días ha perdido la cuenta de cuántos frascos ha gastado. Una de sus estrategias es comprar los productos en presentaciones grandes.
Narra, que como mínimo, invierte 20 dólares adicionales por quincena, tomando en cuenta que su familia es de dos. Barsallo ha seguido percibiendo su salario con normalidad, pero para una persona en una situación contraria, el panorama puede ser muy diferente.
En esta línea, Giovany Fletcher, del Instituto Panameño del Consumidor, advierte que la obtención de este tipo de productos causa una afectación al patrimonio de la familia.
"Al tener que garantizar estos productos de higienización se genera un incremento grave en el bolsillo de los consumidores. Pero más allá el patrimonio familiar se ha visto afectado de manera profunda, porque en los hogares hay una disminución significativa de la capacidad de consumo: hay parientes, integrantes con el contrato suspendido y la jornada reducida o despedidos. También hay un incremento significativo en los costos de estos productos. La ecuación genera un desastre épico", explicó Fletcher.
Cuando comenzó la pandemia, el Gobierno Nacional emitió un decreto (114 del 13 de marzo de 2020) para regular el margen bruto máximo de venta de estos productos, cuyo costo en ese momento estaba por las nubes. Con la pandemia en su apogeo, el pasado 23 de junio se estableció el Decreto Ejecutivo 162, el cual extiende por seis meses más la regulación al margen de ganancia de los artículos sanitarios.
"Todo eso se disparó hasta el infinito, los precios siguen elevados y algunos productos escasos. Los precios son altos en comparación con otros meses", precisó Fletcher.
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Precios
Para marzo, cuando la pandemia llegó, los precios de los desinfectantes no pasaban la barrera de los 10 dólares, en la presentación de 1 galón.
En el área metropolitana, por ejemplo, el precio más alto del Sip concentrado era de 7.99 y el más económico de $6.19. El Mistolín estaba en 6.75 y el Lyson en $8.66.
En cuanto a los blanqueadores y amoníacos, el clorox, en presentaciones de 16 oz., se hallaba desde 0.77 centavos, mientras el galón tenía como máximo un costo de $3.45. El precio del amoníaco partía de 0.85 centavos (14 oz.) y el del galón, en 4.40 dólares.
Precio de venta al consumidor de desinfectantes
Cambio en los hábitos de consumo
Pedro Acosta, secretario de la Unión Nacional de Consumidores y Usuarios de la República de Panamá, considera que la pandemia ha cambiado los hábitos de consumo de la población.
Resalta, en este sentido, que el poco tiempo que tienen las personas para comprar sus productos ha influido. Si antes podían ir a diferentes establecimientos para comparar precios y elegir el mejor, ahora las medidas de movilización obligan a abastecerse en un solo sitio.
"Ya no hay oportunidad de estar comparando muchos precios, si vamos a un solo lugar quedamos prisioneros y regularmente compramos algo más caro. El mensaje es que consultemos, preguntemos, hay muchas formas de hacerlo", expresó.
En este caso, Acosta aconseja informarse antes de dejarse gobernar por un impulso o la publicidad más llamativa.
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"Todavía tenemos que aprender más en esto de los productos de aseo y limpieza. Ellos se hacen con los mismos ingredientes, pero lo que vende es la marca, la publicidad, todo eso afecta nuestros hábitos de consumo. Primer consejo, informémonos, tenemos que saber qué vamos a comprar", recomendó.
A juicio de Acosta, esta documentación en materia de productos de aseo será de utilidad permanente porque cuando la pandemia de la COVID-19 nos permita volver a la nueva realidad, seguiremos comprándolos.
Encuesta de precios al consumidor de blanqueadores y amoniacos
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