Panamá
Aprender a leer: ¿cuestión de madurez o de edad?
- Vircy Duarte
No todos los niños están preparados para leer a la misma edad, sin embargo; según expertos, cuando lo esté, los progresos serán muy rápidos.

Hay que dejar tiempo madurativo para que un niño aprenda y desarrolle una habilidad.
Un reciente estudio realizado por el Ministerio de Educación (Meduca) reveló serias deficiencias, tanto en lectura como en escritura en los estudiantes de primaria de diversos centros educativos del país, para algunos expertos el problema viene desde antes de la pandemia por la covid-19, pero la situación se ha agudizado.
El problema ha generado gran preocupación, no solo en los docentes, también en los padres quienes buscan la manera para ayudar a sus hijos a afrontar tan importante etapa de aprendizaje, sobre todo porque hay otros niños que sí han demostrado sus habilidades en la lectura, incluso antes de entrar a primer grado. La gran interrogante es ¿cuál es la edad adecuada para que un niño aprenda a leer?
Lo primero que recomiendan los expertos es evitar las comparaciones, pues cada niño va a su ritmo. Y es que, cada habilidad que un infante va adquiriendo desde que nace tiene su momento idóneo. Ejemplo de ello es que, hace algunos años a los niños se les ponía en las llamadas andaderas para que aprendieran a caminar más rápido, sin embargo; este hábito ocasionó problemas posteriores para caminar, lo que llevó a los pediatras a recomendar dejar que el menor aprendiera a su ritmo. Lo mismo ocurre con la lectura.
Hay que dejar tiempo madurativo para que un niño aprenda y desarrolle una habilidad. “Considero que la mejor edad para aprender a leer es de los 6 o 7años, en este tiempo ya debe tener el dominio de los sonidos y los trazos de las letras”, asegura la docente Carmen Rodríguez de Arango.
La docente explica que todo dependerá de la madurez del niño, detalle que dejará en evidencia si está preparado para empezar a leer. “La madurez en el niño, el dominio de las vocales y sus combinaciones y la motivación que exprese el docente en el inicio de la lecto- escritura”, son las señales que ayudarán a que el menor empiece en esta etapa de aprendizaje.
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Pero, según la maestra de Arango el trabajo de los padres debe iniciar desde antes de nacer el niño, es decir, los padres deben tener el hábito de leer libros a sus hijos aún estando en el vientre. Es importante y necesario “tomar un tiempo antes de acostarse, leer en forma creativa la historia de un cuento, hacer preguntas al niño”, son hábitos que despertarán el interés en el menor y lo ayudarán a enriquecer su vocabulario recomienda la experta.
En lo anterior también coincide la neuropediatra María José Mas, quien a través de su blog Neuronas en crecimiento, explica que antes de los 5 años es poco probable que el sistema nervioso de un niño esté preparado para aprender la lectoescritura. Agrega, que si a un niño no le interesan las letras o los números suele ser porque su cerebro aún no está capacitado para ejercitarse en estas tareas académicas, “y prefiere aplicarse en perfeccionar habilidades más propias de su edad como la autonomía en su cuidado personal, conversar y relacionarse con otros niños o el juego de fantasía”.
En el escrito la experta, aclara que cada niño tiene un ritmo propio de neurodesarrollo lo que significa que habrá otro grupo de niños que sí tendrá mucha curiosidad y facilidad para aprender las letras, detalle que se debe aprovechar para que el niño absorba todo el conocimiento necesario, eso sí si abusar.
Las consecuencias de forzarlos
Hay niños a los que la lectura se les da muy naturalmente a los tres o cuatro años, pero forzar a los niños a leer demasiado pronto no es lo óptimo para su desarrollo. Sin embargo, forzar a los niños a aprender conocimientos nuevos para los que aún no están preparados, en realidad no tiene un gran efecto en su aprendizaje a largo plazo.
En algunos casos, forzar a los niños para que aprendan a leer y escribir antes de que estén preparados también puede afectar su desarrollo cognitivo. Así lo dejó saber un estudio realizado en la University of North Florida en el que se encontró que los niños que empiezan el aprendizaje académico antes de los 6 años, de manera forzada, obtienen peores calificaciones en la escuela primaria.
Para la docente de Arango, la situación no es nueva, es algo que los padres hacen a diario, pero “les hago énfasis que existen las diferencias individuales, que cada niño es único, que en la medida que va transcurriendo el tiempo y su madurez, obtendrá el mismo resultado que el niño anterior. Que deben ser pacientes y apoyarlos, es un trabajo en equipo”, dijo.
Según el método Montessori, no sirve de nada forzar a un niño a aprender algo para lo que no está preparado, por lo que es importante esperar a que haya alcanzado la maduración necesaria para que pueda aprender a leer y escribir.
Este reconocido método apuesta por adaptar el proceso de aprendizaje al ritmo de cada niño. Y es que, algunos pequeños son más precoces que otros y pueden avanzar rápidamente en los contenidos, mientras que otros tendrán más dificultades para aprender a leer y escribir. Este método se basa en sonidos, visualización y tacto para enseñar la lecto-escritura.
¿Qué hacer?
Motivar a los niños por la lectura desde una edad temprana es posible, existen algunas pautas que pueden ayudar a los padres a inspirar a sus hijos a interesarse por la literatura y empezar a leer por su cuenta.
1. Se enseña con el ejemplo. Si su hijo lo ve leer, se motivará a tomar un libro, es el primer paso.
2. Un niño empieza a leer en forma pictográficas. El niño empieza a edad temprana a relacionar imágenes, por ejemplo: cuando observa la M de McDonalds, pollo frito Fried Chicken, otros, en estos casos siempre debe apoyarlo.
3. Desde el vientre de la madre, los padres deben leer a sus hijos.
4. Crear en casa una pequeña biblioteca, al igual que un rincón de lectura, este debe ser cómodo y atractivo para el pequeño.
5. Antes de dormir, leerle historias o cuentos y hacerle preguntas al niño: ¿Cuál fue el inicio? ¿qué te gustó?, ¿nombre de los personajes? En fin, de esta manera ayudará a que el menor aprenda a analizar y comprender.
6. Visitar librerías y bibliotecas, y dejar que ellos escojan sus propios libros.
7. Felicitarlos por sus logros. Una vez el pequeño empiece elogiarlo y seguir motivándolo.
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