PANAMÁ
El distrito de Ocú, cuna del Manito, se vistió de fiesta para la celebración, en la que los asistentes pudieron apreciar las estampas campesinas de esta región.
El festival nacional del Manito continúa hasta el próximo martes con diversos concursos, y cierra con una eucaristía de acción de gracia en la iglesia de San Sebastián. Foto. Thays Domíinguez
Las costumbres de antaño, muestras de cultura y folclor fueron apreciadas por cientos de personas, que se congregaron para disfrutar del tradicional desfile en el cierre del Festival Nacional del Manito.
El distrito de Ocú, cuna del Manito, se vistió de fiesta para la celebración, en la que los asistentes pudieron apreciar las estampas campesinas propias de esta región de la provincia de Herrera.
Entre ellos el matrimonio campesino y la cargada del rancho, el muerto en talanquera y el penitente de la otra vida, que fueron interpretados por estudiantes de las escuelas del área.
En esta actividad representativa de la cultura herrerana, incluyó además la presentación de los verdaderos manitos ocueños, sus bailes de antaño amenizados por la mejorana, instrumento musical confeccionado por el campesino para celebrar las fiestas.
Este año la actividad llegó a su versión 51, e inició formalmente en agosto de 1967 y se celebra cada año el segundo fin de semana del mes de agosto.
El festival reúne los sentimientos de un pueblo, que vive la tradición folclórica, legada por sus ancestros y con sus bailes, gritos, salomas y canto de mejorana.
Las mujeres ataviadas con la pollera ocueña y los hombres con el tradicional sombrero blanco, llenaron las calles de Ocú, en medio de representaciones y delegaciones de diversas empresas y entidades.
El festival nacional del Manito continúa hasta el próximo martes con diversos concursos, y cierra con una eucaristía de acción de gracia en la iglesia de San Sebastián.
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