Abogados controlarán importantes cargos públicos en gobierno de Laurentino Cortizo
De los 71 nuevos diputados que conformarán la próxima Asamblea Nacional, 25 estudiaron Derecho; de los siete ministros nombrados por el presidente electo, Laurentino Cortizo, hasta ahora hay cuatro abogados. ¿Es la administración pública un área principalmente para juristas?
- José María Torrijos Legazpi
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- - Actualizado: 29/5/2019 - 03:29 pm
Seguramente, son datos que no se toman en cuenta; pero el 35% de la próxima Asamblea Nacional estará constituida por abogados (25 en total). En cuanto el Ejecutivo, aunque aún faltan por nombrar ocho ministros en el Gabinete de Laurentino Cortizo, así como a -prácticamente- todos los gerentes y directores de entidades gubernamentales; de los nueve funcionarios de la próxima administración que ya se conocen (incluyendo un ministro consejero y al director del IFARHU), cuatro son abogados.
“Muchos trámites que en otros países los hacen directamente los ciudadanos, acá en Panamá se tienen que hacer a través de abogados. Es como si se hubiesen creado un mercado de trabajo a expensas de la población”, comenta el politólogo Harry Brown, del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales.
Según datos del 2016 de la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia, en Panamá había 21 mil 831 abogados con idoneidad; es decir, uno por cada 183 personas, grosso modo. Si es por los números; puede que el sistema, al fin y al cabo, sí esté hecho para depender de los juristas.
Pero una cosa es requerir a un abogado hasta para el más simple trámite, y otra que los abogados se tomen los principales cargos de la estructura política y gubernamental.
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Para el sociólogo Olmedo Beluche, que los expertos en leyes predominen en la política, se puede deber a que, al menos en la Universidad de Panamá, los abogados se titulan como licenciados en Derecho y Ciencias Políticas. Sin embargo, para el catedrático, eso no quiere decir que los juristas sean expertos en politología. “El título les da esa experticia; pero, en verdad, solo toman un par de materias bastante generales”.
Asamblea Nacional
La Asamblea Nacional tiene tres tipos de funciones: Legislativas, judiciales, y administrativas. La primera tiene que ver, básicamente, con la creación, modificación, o derogación de las leyes necesarias para el funcionamiento legal del país; la segunda, ser ente juzgador de las figuras que, según la Constitución, están fuera de la jurisdicción de los tribunales comunes. Estas dos, básicamente, son tareas que, por su preparación, deben hacer abogados. La tercera, la administrativa, corresponde a la parte de organización, algo que haría un gerente básicamente: manejar los recursos de manera adecuada para que rindan apropiadamente.
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Ahora bien, si las primeras dos son tareas de abogados, no se puede obviar que el Legislativo es un órgano eminentemente político (la naturaleza técnica, en teoría, le corresponde al Judicial) en el que, al menos en el papel, la pluralidad de voces que conforman el país deben estar representadas.
“Aquí existe el concepto errado de que leyes es sinónimo de judicatura, y están equivocados. Es una de las deformaciones de la política panameña. En la Asamblea deberían estar presentes abogados, obreros, y muchos otros profesionales de diversas áreas, para tener una Asamblea más realista; sin embargo, hay que tomar en cuenta que, muchas veces, hay abogados que representan los intereses económico de los poderosos en mucho más aspectos que el jurídico”, considera Beluche.
Brown también se refiere a la relación de ciertas carreras con el poder. Esa vinculación no es igual para todas las profesiones. “Podríamos hablar de ‘la política de las profesiones’: Los espacios que poseen las profesiones están muy vinculados con las ocasiones en que miembros de esos gremios ocuparon espacios de mando”, comenta el también sociólogo, y explica: “Por ejemplo: posiblemente hemos tenido pocos administradores en espacios de poder que le abran camino en la administración pública a sus colegas”.
El director del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales insiste en la representatividad que debe tener el Legislativo, comenta que, mientras más sectores de la población estén reflejados en la Asamblea, el trabajo de los diputados concordará con “los intereses, visiones, y preocupaciones de la sociedad. Si la Asamblea está dominada por un grupo (gremio profesional, grupo humano de género, étnico, o económico), nos estaríamos perdiendo las distintas visiones que hay en el país. Hay que aspirar a que el órgano Legislativo sea lo más parecido posible a la sociedad que representa”.
El Ejecutivo
De los siete candidatos a la presidencia de la República en las pasadas elecciones, solo dos no eran abogados: Marco Ameglio, y el ahora mandatario electo Laurentino Cortizo. Ambos estudiaron administración de empresas, y ambos son empresarios. El perredista, además, es graduado de la academia militar de Valley Point, Estados Unidos.
Justamente, la rigidez y disciplina del lado militar es el que ha querido exponer Laurentino Cortizo a la hora de hablar de las características de su administración. El código de ética que el próximo presidente, promete, aplicará para sus funcionarios (el de “no robar, no mentir, y no dejar a los otros robar”), está basado en aquel que aprendió en su tiempo de uniformado. Además, ha dicho que entre las cualidades que más valora están la capacidad de trabajar en equipo y la lealtad a un proyecto o grupo. Elementos fundamentales de la formación castrense.
El investigador político Jaime Porcell, comenta que Laurentino Cortizo está apostando por figuras “leales” y que la hoja de vida o las capacidades para ejercer un puesto público están quedando en un segundo lugar. “Cortizo hizo mucho énfasis en que está buscando a gente con capacidad de ‘alineamiento’. Supongo que tiene que ver con eso de la defensa de la dignidad que ha mencionado antes”.
Irrelevante
“El tema profesional no es fundamental; pero, además, el elector es llevado a un voto basado en apariencias: Así como te venden una hamburguesa, te venden un candidato que parece bonito gracias a la propaganda. El ciudadano termina comprando una imagen, lo cual no tiene nada que ver con la calidad de la persona”, comenta Olmedo Beluche.
La psicóloga Melisa Márquez coincide, en cierta forma, con el sociólogo en cuanto al tema del mercadeo político. Se trata de psicología del consumidor, comenta: “un candidato, de alguna manera, es como un producto, algo que el votante va a adquirir”. Y, muchas veces, para lograr que una persona compre algo (una idea, un producto, una figura) se tiene que apelar a la pasión más que a la emoción: “En la política se va mucho más por la emoción. No es que yo quiera ser un abogado o un doctor o un ingeniero; pero si me identifico más con este profesional y pienso que puede tener más capacidad de entender mi problema y ayudarme. La gente busca a alguien que consideren más accesible”.
En esta línea, Harry Brown menciona el caso de muchos médicos que se dedican a la política y que, justamente, hacen alarde de su carrera al presentarse: “Hay profesiones muy prestigiosa, como la de médico. He visto como, muchas veces, al postularse, se presentan como doctor, porque los humaniza”. En la próxima Asamblea habrá tres ejemplos (sin contar a los múltiples médicos que fueron candidatos): Crispiano Adames, del circuito 8-7; Arquesio Arias (circuito 10-2) y Arnulfo Díaz del 5-1. Todos antepusieron el título Doctor a sus nombres.
Otros criterios
No obstante, Brown opina que el tema de la formación no es “el criterio más importante”, aunque para él “es deseable” que el funcionario tenga una profesión y “nos represente”.
La Asamblea ya está electa y, definitivamente, no es representativa: El número de hombres es cinco veces mayor al de mujeres, 51 versus 14. La discusión se vuelve más compleja si hablamos de etnias, o de religiones o de preferencias sexuales. Son elementos que están totalmente fuera del radar.
El próximo gabinete va por la mitad y ya hay quienes resienten su falta de diversidad: Solo una mujer y ocho hombres. E, incluso, dentro de ese grupo mayoritario, hay bloques muy definidos: seis hombres blancos de mediana edad; un negro, y un mestizo.
El presidente electo ya ha dicho que habrá más mujeres en el Ejecutivo y, recordó, que todavía falta por nombrar a los viceministros. Este último dato, sin embargo, no cayó del todo bien, porque hay quienes consideraron que es reducir a las mujeres en un segundo plano.
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