Análisis
Y continúa el desliz
- Jaime Figueroa Navarro
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- opinion@epasa.com
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La selección de un turismo de bolsillos profundos en lugar del retoque de las cifras con visitantes de países que no aportan al renglón clave de gastos promedio diario por turista resulta un elemento primordial en la selección de mercados para la proyección de publicidad turística.

Falta de coordinación entre entes estatales sobre el "modus operandi" y estrategias a seguir en turismo. Foto: EPASA.
Por más que las maquillen, las cifras oficiales no mienten.
Ellas reflejan que entre enero y agosto del año en curso, la entrada de turistas disminuyó 2.3%, mientras la ocupación hotelera en la capital reiteraba un 45%, sus niveles más bajos desde 2004.
Mientras, los operadores de turismo y hoteleros apuestan por la puesta en marcha de la promoción internacional y la apertura del centro de convenciones de Amador como elementos clave para revertir la tendencia, nos parece iluso soñar con estos abecés como la panacea que atraerá las abejas al panal.
Ante todo, urge una urgente rectificación de la Autoridad de Turismo, ente que ha fracasado abismalmente en el empuje de la industria sin chimeneas.
Tanto su dirección como cada uno de sus elementos debe ser escogido profesionalmente, tal cual la Autoridad del Canal, al igual que gozar de una autonomía fuera del control de los infecundos políticos de turno.
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La selección de un turismo de bolsillos profundos en lugar del retoque de las cifras con visitantes de países que no aportan al renglón clave de gastos promedio diario por turista resulta un elemento primordial en la selección de mercados para la proyección de publicidad turística.
Un caso en punto es la recién implementada política de visados para cubanos y venezolanos por el Servicio Nacional de Migración.
¿Cuántos cubanos vendrán a Panamá de compras?
¿Cuánto se gastará cada uno?
Estos son patéticos ejemplos de cómo dispararse al pie en momentos de crisis y la falta de coordinación entre entes estatales sobre el "modus operandi" y estrategias a seguir en turismo.
El deterioro en el dominio del idioma inglés por parte de nuestra población es otro ingrediente clave que nos ubica peldaños más abajo en la selección como destino turístico de primera.
Me canso de subrayar a los estudiantes de Turismo y a toda nuestra población que este elemento clave multiplica potenciales ingresos durante nuestra vida útil.
Panamá ocupa la posición 56 del de 88 países en el escalafón mundial 2018 de la empresa EF Education First, considerado como "muy bajo" para la penetración turística.
Pobrísimo, inaceptable resultado para un país que, hasta finales del siglo pasado, fue colonia gringa por 97 años.
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La patética diferencia entre "to be or not to be" es como aquellas propinas que recibe el cantinero en Calidonia comparadas a las de su homólogo en el hotel Waldorf, aledaño a vía Uruguay.
El centro de convenciones de Amador, la solución a los retos que tanto cacarean algunos, se verá convertido en otro elefante blanco símil a Atlapa si no es operado por un perito administrador con vasta experiencia en el rubro, que sea sometido a una constante evaluación de administración por objetivos, en lugar del nombramiento de ineficaces amistades del que calienta la silla del Palacio de las Garzas.
Es sencillo, mi querido Watson, igual que el muy exitoso Canal de Panamá bajo la tutela de íntegros y capaces elementos autóctonos, nuestro turismo no merece, clama por un grupo de administradores probos, plurilingües, con profundo amor a la patria como denominador común y con claros objetivos a corto plazo que no permitan las constantes excusas y deslices a los cuales estamos aberrantemente acostumbrados.
Y esto aplica desde la cabeza hasta el dedo meñique del pie.
Líder empresarial.
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