Análisis
Validez del conocimiento: ciencia, filosofía y política
- Silvio Guerra Morales
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Las circunstancias sociales cambian constantemente, mientras es limitado el número de sistemas de valores posibles en una determinada situación social.

En ciencia y en política, lo mismo que en filosofía, el escepticismo condena las mentes a no pensar. Foto: AP.
La filosofía idealista ha puesto en serios problemas a la Epistemología o Teoría del Conocimiento y también a la Metafísica que se ocupa del conocimiento como su problema fundamental; sin embargo, en el devenir histórico se han observado tres posiciones bien definidas en relación con la posibilidad y validez del conocimiento cuales son:
A. La actitud o posición dogmática: Se trata de una postura positiva que estima e interpreta que el hombre está capacitado para conocer y que dicho conocimiento le permite adquirir verdades de las cuales puede estar, rigurosamente, cierto.
Hablamos pues, del dogmatismo epistemológico (episteme: ciencia, logos, estudio).
Es la epistemología una teoría que busca determinar el valor objetivo de los métodos, principios y resultados de la ciencia.
B. La actitud escéptica: La misma ha sido mantenida en muy diversos momentos históricos, pero sobre todo por las denominadas escuelas postaristotélicas, dentro de las cuales sobresalió la escuela escéptica.
El escepticismo es una postura de duda ante la posibilidad del conocimiento. Precisa anotar que el escéptico no niega la posibilidad del conocimiento cierto, este simplemente duda. En el escepticismo griego sobresalió la epojé: abstención de toda opinión. Sostienen los autores que filosóficamente quien niega o no cree no es un escéptico sino un dogmático.
C. La actitud relativista: Considera esta postura que es posible el conocimiento y que este puede ser cierto, pero entiende que no existe una verdad, sino una pluralidad de verdades. Cada época histórica o cada ciclo cultural posee su propio sistema de verdades, por ello se estima que una posición lógica puede serlo en un ciclo o época determinada mas no así en otra. Postula el relativismo que no existen verdades absolutas e intemporales sino relativas y dentro del sistema concreto en que son formuladas.
A propósito del relativismo, en Filosofía del Derecho, Gustav Radbruch expresó: "El relativismo iusfilosófico parte, pues, de la tesis que cada concepto de un contenido de derecho justo sería solo válido con base en el presupuesto de una determinada situación de la sociedad y un sistema concreto de valores.
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Las circunstancias sociales cambian constantemente, mientras es limitado el número de sistemas de valores posibles en una determinada situación social.
Pero es imposible decidir, sobre una de estas posibilidades de manera científica, comprobable e irrefutable, ya que la elección entre ellas es posible solo por medio de una decisión que emerja de lo profundo de la conciencia individual.
Esto quiere decir que el relativismo plantea una renuncia del lado de la razón teórica, pero una fuerte apelación a la razón práctica, un límite del pensamiento científico –aunque, en ningún caso una cobardía o un abandono de la voluntad moral-".
Para la Filosofía del Derecho el relativismo constituye más que un sistema, es uno de sus pilares fundamentales.
No se trata, conforme a las palabras de Radbruch, de un simple y puro agnosticismo, sino de una fuente fecunda de conocimiento objetivo. Sostiene Radbruch que "es el relativismo la única base posible para la fuerza vinculante del derecho positivo".
La existencia de un Derecho Natural es, para el relativismo jurídico, una quimera, pues no existe una verdad jurídica unívoca, reconocible y comprobable, criterios que postula y defiende el dogmatismo jurídico.
Hablemos del Escepticismo: Se trata de una posición rechazada por la mayoría de los pensadores.
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Esta postura se refuta a sí misma. Ortega y Gasset la califica como un "suicidio intelectual".
Precisa observar que en la Ciencia Jurídica Contemporánea, en relación con las tendencias del pensamiento jurídico, y sobre el valor científico de esa ciencia, ha cobrado cierta importancia la tendencia de Kirchmann, procurador del Rey en el Estado de Prusia, pronunció en 1847, en Berlín, un célebre discurso que intituló "La falta de valor de la jurisprudencia como ciencia".
En ese discurso sostuvo el joven jurista que, a diferencia de las restantes ciencias, la jurisprudencia se alimenta de las imperfecciones de su objeto: parece como si experimentase una especial satisfacción en trabajar con un objeto fragmentario, confuso y contradictorio; las lagunas, los equívocos, las contradicciones del Derecho, son el tema favorito de los juristas, los cuales de ese modo, a través de la ley positiva, conviértanse en gusanos que solo viven de la madera carcomida.
A partir de allí, la ciencia jurídica, dice Radbruch, se convierte en puro azar.
De allí, precisamente, surge la famosa sentencia de Kirchmann, ya célebre: "Tres palabras rectificadoras del legislador y bibliotecas enteras conviértense en basura"
En ciencia y en política, lo mismo que en filosofía, el escepticismo condena las mentes a no pensar.
Abogado.
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