Panamá
Un tren llamado esperanza
- Rodrigo Chiari Álvarez
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- opinion
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No será el tranvía de la magistral obra de Tennessee Williams, pero vale la referencia. La historia del istmo está íntimamente ligada a mega obras.
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No será el tranvía de la magistral obra de Tennessee Williams, pero vale la referencia. La historia del istmo está íntimamente ligada a la construcción de mega obras.
En su momento lo fueron el ferrocarril transoceánico, el Canal y sus ampliaciones, el Hospital Santo Tomas, la porción de la carretera interamericana que atraviesa nuestro país y el metro durante el mandato de Ricardo Martinelli. La naturaleza panameña, al ser un sitio de tránsito internacional, trae consigo la necesidad de erigir este tipo de infraestructuras Esto va acompañado del boom económico que se desarrolla alrededor de sus edificaciones.
No era para nada de extrañar que el candidato por los partidos Alianza y Realizando Metas, incluyese como la obra bandera para el quinquenio al que compite electoralmente, una de esas mega obras. La inmediata y mejor referencia de ello, es el logro de la Administración 2009-2014, de la que Mulino fue parte. La construcción de la primera línea del metro para muchos incrédulos era solo una promesa de campaña. Como parte del equipo que redacto el plan de gobierno durante la campaña para ese periodo, le puedo decir con orgullo, que el tema fue considerado, estudiado e incluido dentro del programa con mucha determinación y seriedad.
El proyecto, además de mejorar la calidad de vida del panameño de a pie, fue y sigue siendo fuente de empleos. Su inspiración fue la circunstancia que viven las familias de escasos recursos y que viven distantes de sus centros de estudios o sitios de trabajo. Al disminuir la duración de un viaje requerida para desplazarse de muchos hogares hacia estos puntos, permite que los miembros de una familia compartan más tiempo juntos. Dicho sistema transporte, economiza dinero al sustento familiar. Por otro lado, el rendimiento del estudiante aumenta al poder disponer de más tiempo para estudiar y convertirse en ciudadanos de bien.
José Raúl, siendo orgullosamente chiricano ha pensado en su provincia y en el resto de sus compatriotas, al lanzar su consigna de construir una línea de tren que conecte a David con la ciudad de Panamá. Donde quiera que vaya, habla de ello. Esta mega obra traería consigo un importante impacto a la economía nacional. Miles de trabajo serian creados alrededor del proyecto, beneficiando a ciento de miles de familia, directa e indirectamente. Una vez concluida la obra, se sumaría a los otros medios de conectividad existentes.
El transporte de carga permitiría el desplazamiento de productos terminados de un punto al otro, lo que será medular para las actividades agropecuarias y comerciales. En cuanto al turismo, tanto local como internacional estrenaría una nueva cara. La posibilidad que un viajero haga paradas estratégicas durante su trayecto permeara el bolsillo del panameño interiorano.
Panamá ha vivido una década de carestía en que la calidad de vida de los ciudadanos se ha visto en peligro. El panameño añora aquellos tiempos de bonanza económica, vividos antes de junio del 2014. La sed de venganza de algunos los privo de algo que debe ser un derecho humano inalienable.
Luego llego el PRD, trayendo de la mano, el aumento de la deuda externa, corrupción, incapacidad y pandemia. ¿Que más les queda a nuestros paisanos? Aquí viene la esperanza que trae consigo el tren de Mulino. Pero también trae consigo, agua para todos, mayor seguridad y la oportunidad de rehacer la calidad de vida del panameño.
José Raúl no es un ilusionista, pero tampoco hace promesas que no vaya a poder cumplir. A quienes preguntan de donde se sacará el dinero para ello, les contesto: acaso no han existido billones que otros con más talento que un prestidigitador desaparecieron por arte de magia.
Cuando existe la voluntad de restaurar la esperanza a todos los que fuimos defraudados en su momento, no hay quien detenga a JRM. No se dé donde saca las energías, pero cual tren veloz llegara para cumplir con sus conciudadanos. Cuando toque el momento de inaugurar las correspondientes estaciones de ese nuevo servicio de ferrocarril, podremos aplaudir y celebrar el momento sin distinciones partidistas. Y es que José Raúl Mulino no será el presidente de un porcentaje de los panameños, sino del 100%. Y eso no lo podrá marcar ninguna encuesta, ya que esa tabulación solamente la hacen los corazones agradecidos. ¡Que viva Panamá!
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