Crisis
Un gobierno sin rumbo cierto
- Juan Jované
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....de acuerdo con el propio FMI, "en ocho economías grandes, las empresas están asumiendo más deuda, pero su capacidad de atenderla es menor", mientras que entre las instituciones financieras no bancarias de aquellos países con sistemas financieros con importancia sistémica, la vulnerabilidad se ha agudizado...
Por el lado financiero el panorama tampoco es brillante. Existen muchos indicios de lo que se conoce como un momento Minsky, que tiene la capacidad de devenir en una crisis financiera global. Foto: AP.
Para muchos, el nuevo gobierno constituía una esperanza cierta de un mejor manejo de la economía.
Esta, probablemente, era el resultado de una percepción de acuerdo con la cual, los nuevos funcionarios públicos encargados de su manejo tendrían más experiencia y formación que los antiguos, por lo que sería relativamente sencillo superar la desastrosa actuación de estos últimos.
La realidad está demostrando que estaban equivocados.
No se trata de que, a solo cien días del nuevo gobierno, el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya reducido su predicción de la tasa de crecimiento de nuestra economía a 4.3%, ya que difícilmente esto puede achacársele al mismo.
Se trata, eso sí, de que el actual gobierno está apostando a una salida basada en la compresión del gasto público (como lo demuestra su propuesta de presupuesto para el 2020), cuyo efecto depresivo sobre la demanda total y la actividad económica sería compensada por la expansión de la inversión extranjera (aupada por las Asociaciones Público Privadas) y de las exportaciones.
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El problema de los noveles encargados de la economía es que, siguiendo el viejo libreto del transitismo crudo, no toman en consideración que su estrategia enfrenta el problema de un difícil contorno externo.
Si comenzamos por el lado real de la producción, se debe tener presente que de acuerdo con Paul Krugman, la economía "estadounidense ya está atravesando una recesión parcial", la cual afecta a sectores tales como el manufacturero y, lo que es importante, el del transporte marítimo.
A esto se debe agregar la desaceleración de la economía china y la situación de Europa, golpeada, entre otras cosas, por la incertidumbre del Brexit.
Desde el lado de la demanda, es importante no solo recordar la caída de los niveles de inversión a nivel global, sino también el hecho de que, de acuerdo con el último informe sobre la perspectiva de la economía mundial del FMI, "el crecimiento del comercio internacional se redujo a 1% en el primer trimestre de 2019, el nivel más bajo desde 2012."
Todo esto se puede agudizar en la medida en que se profundice la guerra comercial - tecnológica entre Estados Unidos y China y se produzca un Brexit sin acuerdo.
Por el lado financiero el panorama tampoco es brillante.
Existen muchos indicios de lo que se conoce como un momento Minsky, que tiene la capacidad de devenir en una crisis financiera global.
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Es así, por ejemplo, que de acuerdo con el propio FMI, "en ocho economías grandes, las empresas están asumiendo más deuda, pero su capacidad de atenderla es menor", mientras que entre las instituciones financieras no bancarias de aquellos países con sistemas financieros con importancia sistémica, la vulnerabilidad se ha agudizado, alcanzando "un nivel parecido al observado en el peor momento de la crisis financiera mundial."
En el caso de los gobiernos, el FMI también advierte que "entre las economías emergentes, la deuda externa mediana subió de 100% de las exportaciones en 2008 a 160% en la actualidad".
Por su parte, los editores de la revista Monthly Review llaman la atención sobre la situación de las empresas norteamericanas con capital de entre US$300.0 millones y US$2,000 millones, de las que el 53.0% ha tenido ganancias negativas antes de la depreciación, impuestos e intereses.
Estas están colocadas en lo que Minsky, de acuerdo con su hipótesis de instabilidad financiera, llama una posición especulativa.
Este fenómeno también se relaciona con lo que David J. Lynch, periodista del Washington Post, llama "empresas zombi", es decir aquellas que desaparecerían si los costos del endeudamiento estuvieran en niveles más normales.
En conclusión, el gobierno que prometió volver a la planificación niega una de sus reglas fundamentales: entender el entorno en que esta se realiza.
Economista.
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