Generación
Nuevo siglo
Conocí una sociedad cerrada en sus modos y costumbres, basada en prejuicios variados, prohibiciones generalizadas que, muchas veces, ocultaba una doble moral...
Generación
Conocí una sociedad cerrada en sus modos y costumbres, basada en prejuicios variados, prohibiciones generalizadas que, muchas veces, ocultaba una doble moral...
Aquellos que nacimos entre 1960 a 1970, constituimos la generación del cambio, porque conocimos un estilo de vida similar de los siglos anteriores y hemos experimentado una transformación social, política, económica, tecnológica, sanitaria. Foto: Archivo. Epasa.
No todos los humanos conocen un cambio de siglo, aunque tal cronología es simplemente simbólica porque todo sigue igual que el día anterior, sin embargo es el momento de hacer análisis, cuentas y progresos.
La generación del cambio: Ya tengo muchos años. Antaño, edad provecta. Hecho mi vista atrás y me asusto de lo que significa. Ahora le ha dado a las personas por decir que eres joven a esa edad, pero no es más que una forma de enmascarar la realidad.
Lo bueno es lo que haya dado de sí. Lo malo es lo poco que queda por delante. Pero no puedo prescindir de mi reconocido talento positivo, enfocando con buen humor los acontecimientos que escalonan ese viaje tan largo, y hago balance de esas cosas buenas que me han sucedido, empezando porque me tocó nacer dentro de una familia que me educó y me proporcionó los estudios necesarios para que me manejase en la vida, que he tratado de utilizar con el mejor provecho posible y, sobre todo, que me dio a conocer el afecto y el cariño familiar que constituye nuestra principal defensa ante las adversidades de la vida.
He conseguido una gran familia como mis padres, hermanos, hijos, hijos putativos, sobrinos, ahí está acreditado que no pasé por aquí en vano. Grandes recuerdos sentimentales y profesionales, fueron jalonados por los tiempos y los escalones que hay que ir subiendo a pesar de algunas pérdidas hasta llegar hasta aquí, con las inevitables caídas. De lo que estoy segura es que pertenezco a la generación del cambio.
Todos aquellos que nacimos entre 1960 a 1970, constituimos la generación del cambio en este país, porque en nuestra infancia e incluso adolescencia, conocimos un estilo de vida similar de los siglos anteriores y a lo largo de nuestra existencia, hemos ido experimentando poco a poco una transformación social, política, económica, tecnológica, sanitaria, etc, etc, que supone un estado de cosas que ni siquiera nuestros abuelos podían imaginar e incluso a nuestros padres les resultaría muy difícil asumir, y, desde luego, comprender.
Somos una generación que nos tocó defender la soberanía en la Zona del Canal, y sufrir los efectos de una lucha contra la dictadura militar, con muchas privaciones ahora inimaginables, una rígida y trasnochada educación, un aislamiento cultural con limitaciones variadas de carácter personal y social.
Mi hijo en vida, se mostraba incrédulo ante algunos relatos que se acercan a la ciencia ficción, enfocada en las circunstancias actuales. Yo misma, no acabo de asimilar plenamente los avances tecnológicos de hoy día (la virtualidad en la educación, en el trabajo en la salud) para dar ejemplos.
He leído en alguna parte que la aparición del Discurso sobre la dignidad del hombre, de Giovanni Pico della Mirándola, y el Discurso del método, de Descartes, fueron acontecimientos decisivos en la evolución del mundo, lo cual puede ser cierto desde un punto humanístico o filosófico, pero la vida ordinaria del hombre medio continuó con su ritmo cansino y primario a lo largo de los años.
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Copérnico y Kepler, reconocieron un nuevo universo con descubrimientos transcendentales, pero el día a día de la humanidad no mejoraba del nivel. Ha sido necesario llegar a los finales del siglo veinte para conocer una verdadera evolución.
Durante siglos se experimentaron pocos cambios en las sucesivas generaciones, pero me parece que en la que me ha tocado vivir, las transformaciones han sido trascendentes tanto social como técnica y económicamente.
He tenido ocasión de conocer el estilo de vida del siglo pasado, en casa de mis abuelos en el campo en el Distrito del Barú, de los años sesenta y setenta, sin luz eléctrica ni agua potable en la casa, y, por supuesto, sin aire acondicionado. Me trasladaba de Puerto Armuelles a David en buses colegiales, para asistir a la Universidad Autónoma de Chiriquí, todos los días, el regreso a casa se daba pasada las doce de la media noche, luego tocaba caminar cuarenta minutos a pie hasta llegar a mi morada.
Hablar de televisión o de Internet, era algo muy lejano e impensable. Conocí una sociedad cerrada en sus modos y costumbres, basada en prejuicios variados, prohibiciones generalizadas que, muchas veces, ocultaba una doble moral, con recortes importantes a las libertades públicas y no solo por corresponder a tiempos de dictadura, sino en tiempos anteriores y por una u otra razón, siempre estuvieron limitadas, ejemplo de esa época se tenía periódicos cerrados, y se cometían desmanes de todo tipo.
Y ahora, con abundantes observaciones, conocemos una época nueva, sin comparación con tiempos anteriores en cuanto al nivel de vida se refiere.
Profesora Universitaria y Juez de Garantía en Chiriquí.
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