Balance
Lecciones políticas de un fallo judicial
- Ulises M. Calvo E.
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- opinion@epasa.com
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No existe el pretendido balance jurídico que algunos pretextan para escorar el fallo en un sentido u otro. ...la derrota adquirió ribetes de catástrofe, al comprobar el craso error político de quienes aspiraban a condenar al expresidente en la Corte Suprema de Justicia: El nosotros fue edificado por un sector de la autodenominada sociedad civil

El pasado viernes 7 de diciembre, la Corte Suprema de Justicia declinó la competencia en el caso del expresidente Ricardo Martinelli.
“El enemigo es simplemente el otro que está en contra de mi posición”
Carl Schmitt
Cuando el muro de Berlín cedió y con él el sistema de socialismo real construido por la Unión Soviética, Francis Fukuyama proclamó el fin de la historia, tesis que naufragó al poco tiempo, para dar paso a nuevas dicotomías.
Mientras Habermas, el viejo maestro de la escuela estructuralista erigió la democracia deliberativa, como la forma del consenso llevada a la práctica política diaria, el curso de los acontecimientos trajo de vuelta al jurista Carl Schmitt, con la hipótesis fascista –populista del nosotros y ellos, como forma de determinación del campo político.
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La reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia que declinó competencia en el caso de Ricardo Martinelli, por la renuncia oportuna del aforado, gozó de una mayoría calificada 7-2 producto de un criterio jurídico fracasado, cuyo impulso corrió a cargo de sectores de la autodenominada "sociedad civil", cuyo posicionamiento táctico-político fue aún peor que la estructura del criterio jurídico.
No existe el pretendido balance jurídico que algunos pretextan para escorar el fallo en un sentido u otro.
El fuero es un privilegio que el beneficiario puede renunciar hasta la apertura del juicio oral.
Tal es la situación en los países cuya cultura jurídica sirvió de nutriente a la nuestra, España y Colombia.
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Pero la derrota adquirió ribetes de catástrofe, al comprobar el craso error político de quienes aspiraban a condenar al expresidente en la Corte Suprema de Justicia: El nosotros fue edificado por un sector de la autodenominada sociedad civil porque sociedad civil es otra cosa en la lectura de Gramsci, que proclamó la existencia de un juez Hércules, al estilo de Dworkin, en la persona del magistrado de garantías, quien repartía clases de Derecho a diestra y siniestra, pero los edificadores del constructo olvidaron que si hay un juez Hércules que lucha por la justicia en un Pleno de nueve, luego existen ocho magistrados de naturaleza moral y jurídica, menos consistente.
Esa fue la causa de un 7 a 2 contundente, cuando en ocasiones previas, la correlación de fuerzas se había decantado 5 a 4 a favor de mantener al procesado arraigado en prisión y bajo competencia del pleno de la Corte Suprema de Justicia.
Principales o suplentes, el mismo resultado habría producido y si se adorna la leyenda con sobornos y extorsiones, de los que no es posible excluir a dicho Pleno, pues en Macondo ocurren cosas que el país de abundantes peces y mariposas supera, lo cierto es que el punto de inflexión de la correlación de fuerzas fue la intención declarada de confiar un nuevo periodo de 10 años al juez Hércules.
Abogado
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