Sociedad
La unión de la familia en medio de la pandemia
La relación familiar debe ser genuina, amparada en el buen trato, respeto y derecho a construir estadios de felicidad...
- Ricardo Enrique Molinar Joly
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- - Publicado: 03/5/2020 - 12:00 am
Es el momento de sacar ventaja a las incertidumbres, al final tendremos una familia fortalecida en medio de tanta tragedia. Foto: EFE.
Para obtener una sociedad sólida y fortificada, es necesario el fortalecimiento del entorno familiar, he allí donde convergen las interacciones de padres, madres, hijos, abuelos, tíos, sobrinos etc; en este escenario se hace preciso favorecer las buenas costumbres y tradiciones de cada miembro, todos en búsqueda de la pacífica convivencia social.
La unión de la familia es determinante para afrontar todo tipo de desaliento, producto de situaciones ajenas al núcleo familiar, en esta relación se crea un vínculo de defensa permanente, el cual, al ser bien construido, imposibilitara el avance de cualquier intención de malograr y afectar el entorno de cada hogar.
Hoy día el mundo está afectado por una gran pandemia, cuya intención no es más que debilitar la convivencia humana en la tierra, la misma trae consigo tragedias difíciles de resarcir, algunas interpretadas como un llamado de atención espiritual; otras observaciones sustentan que este contexto se desarrolla para hacer una advertencia masiva a la forma deshumanizada como nos hemos tratado en el último siglo.
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Es evidente que la visión global nos muestra un mundo desproporcionado, el cual entrega recursos en abundancia a unos pocos, dejando en desventajas a la gran mayoría de los residentes de este planeta, algunos muestran su fortaleza a nivel de naciones, invirtiendo recursos en armas y defensas, excluyendo la solidaridad de sus ciudadanos, los cuales en la mayoría de los días reguardan sus sueños en una almohada de hambre.
Qué decir de aquellos que rimbombantemente hacen alarde de sus bienes y posesiones, acentuando que son producto de sus esfuerzos por el trabajo diario; muchos no se dan cuenta que los colaboradores de la construcción de esas riquezas duramente adquieren el derecho a alimentarse una sola vez al día, producto de las explotaciones que a diario se vive en este globo terrestre.
El mundo se detuvo y manda un mensaje el cual debe ser analizado por todos los que convivimos aquí, se resalta la no distinción de raza, credo, religión, condición política, económica y social.
No existe barrera alguna que pueda excluirnos de las consecuencias atroces de esta pandemia, mas allá de la unión y fortalecimiento de las acciones que nos hagan comprender que todos somos iguales y que, sobre todo, es necesario iniciar un proceso de humanización porque la vida no es eterna, pero nosotros tenemos la capacidad de generar los momentos felices de nuestro paso por ella.
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La relación familiar debe ser genuina, amparada en el buen trato, respeto y derecho a construir estadios de felicidad, los cuales nos lleven a conocernos mejor, valorarnos mejor, rectificar conductas, comportamientos y forma de tratarnos, aunado a aceptar nuestras diferencias, las cuales nos permitan concluir con acciones que repercutan en beneficios de todos.
Es el momento de sacar ventaja a las incertidumbres creadas por estas situaciones, solo así lograremos un cambio similar a la transformación que en estos momentos se está exponiendo en el planeta; al final, tendremos una familia fortalecida en medio de tanta tragedia y, por ende, florecerá una mejor sociedad que cambiará el mundo de manera favorable.
Docente universitario.
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