COVID-19
La pandemia del hambre y del desánimo
Desde que esto empezó, solo hemos escuchado hablar de préstamos de muchos millones de dólares. ¿Qué se han hecho, dónde están?
- Silvio Guerra Morales
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- - Publicado: 24/7/2020 - 12:00 am
Los médicos y todo el personal que trabaja en el sector salud se quejan de no tener mascarillas ni la protección necesaria para laborar. Foto: EFE.
El idealismo pondera al hombre por encima de su entorno, de su propia realidad y circunstancias. Realidad y circunstancias deben servir al hombre, no destruirlo o dañarlo.
¿Qué, en consecuencia, se pretende decir cuando nos advierten: "Sé realista"?
¿Será acaso que puestos los pies en tierra vivamos contemplando el fenómeno de todo cuanto acontece y en el cumplimiento de esa tarea nos olvidemos del hombre?
¡Jamás! No lo creo, el idealismo sigue siendo el norte de todo y para todo.
Cuanto se diga o haga en este mundo multicultural y multisectorial atañe y vincula, de manera directa, al ser humano. Por ello he creído indispensable o, al menos oportuno, recapitular lo que sucede en el país, pero desde una perspectiva antropocéntrica.
El sector salud por el suelo, sin guantes, sin mascarillas, desprovisto, según sus quejas, de los insumos necesarios para atender a la población que ha enfermado por la COVID-19.
Cada día son más los muertos. Repito: La Patria en luto. La Patria está de luto y, al parecer, no lo estamos advirtiendo.
Cientos de muertos y miles de hogares donde, ahora mismo, se llora sin consuelo.
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Triste esta realidad tan cruda. Y qué decir de los miles de hogares que atraviesan por una pandemia mucho más perniciosa y letal: la pandemia del hambre y de la pobreza.
Hogares en donde el hambre aprieta sin piedad el estómago de niños, jóvenes y ancianos de nuestros país.
Esta pandemia no distingue edades. En el sector educación, ¿qué puedo decir?
Han circulado decenas de grabaciones, divulgadas en redes sociales, que prueban que el inicio de clases, vía virtual, no ha sido lo que se esperaba.
El pueblo no tiene computadoras y muchos aunque teniéndolas, no la saben manejar. No son pocos los estudiantes que se encuentran varados, en educación vía virtual, ni "pa´trás" "ni pa´lante".
Las madres se han convertido, por arte de birli birloque, en las maestras del hogar –tarea de las escuelas- y muchas de ellas ni siquiera pueden con la pesada carga doméstica.
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Pero ahora tiene esta, mucho más pesada.
En el sector economía, según dan cuenta las noticias, más de mil restaurantes han cerrado.
¿Y qué de la producción agrícola? Por un lado la amenaza manifiesta de la COVID-19 sobre los trabajadores de las tierras altas en donde se cultivan las hortalizas y demás legumbres del país.
Pero por otro, nos amenaza una plaga de langostas que, según se dice, en cuestión de segundos le cae a una planta y la aniquila por completo.
¿Qué se está haciendo? ¿Estamos preparados para enfrentarla? ¿Cuáles son las cautelas que se han tomado por parte del Mida?
En el sector político, ¿qué podemos decir? No pareciera haber un rumbo claro por donde se dirige el barco llamado Patria.
¿Dónde está el dinero? Desde que esto empezó, solo hemos escuchado hablar de préstamos de muchos millones de dólares. ¿Qué se han hecho, dónde están?
Los médicos y todo el personal que trabaja en el sector salud se quejan de no tener mascarillas ni la protección necesaria para laborar. Muchos no reciben sus sueldos justos. Qué está sucediendo también a nivel de nuestra población?.
La pandemia de la COVID-19 apareja otra pandemia, la pandemia de la depresión, del desánimo, del desaliento.
Niños y jóvenes golpeados con un espíritu que los postra o minimiza, sin deseos ya de vivir y disfrutar de la existencia.
¡Ay juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver! El poeta tenía la razón.
Las políticas, en materia de salud, acreditan la incoordinación, reina lo asistemático y se advierte también la ausencia del buen método.
Digan lo que quieran decir, esto es lo que la población percibe.
Veamos: Medicamentos que se dijeron que no servían para tratar la COVID-19, ahora nos dicen que sí sirve; se burlaron de una doctora panameña por tratar a sus pacientes con vitamina C, antihistamínicos, jarabes y otras sencillas medicinas, pero salvaba a sus pacientes, y hoy nos hablan de que hasta un paquete (Kit) con esos medicamentos se ha de entregar a los pacientes.
Al principio se nos dijo que no se debía usar mascarillas y ahora la exigencia de la mascarilla es una regla a no violar.
Todo esto ha causado en nuestra población el despelote nunca antes visto.
Población que también critica la falta de liderazgo y de conducción.
Que reine el idealismo sobre el realismo, pero que el realismo sirva al hombre, a la sociedad.
Basta de antropomorfismos baratos y que el antropocentrismo recupere los espacios perdidos.
Basta de improvisación. ¡Dios bendiga a la Patria!
Abogado.
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