Mensaje
La experiencia de Dios
Quien experimenta al Señor, se siente transportado a un nivel sublime; se siente elevado, cobijado, abrazado, aceptado, protegido, bendecido, amado por Él. Se encuentra en un "lugar místico", un pequeño cielo en la tierra.
- Rómulo Emiliani
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- - Publicado: 11/9/2021 - 12:00 am
Deja de sentirse solo y le encuentra sentido a la vida. Esta experiencia no está reservada para unos cuantos. Es para todos. Cada uno a su manera, desde su psicología, trayectoria y ambiente particular. Foto: Freepik.
Mi mente está diseñada para conocer todo a través del espacio y el tiempo. Y todo de manera concreta, palpable, sensible. Todo lo contacto a través de mis sentidos. Soy un ser terrenal. Pero para ver a Jesús debo trascenderme a través de la fe.
En esa dimensión, mi mente se agudiza y entra en un nivel más profundo en el área del Ser, más intenso en cuanto ondas vibratorias, más sublime en cuanto a visión de la realidad. La ciencia habla de una realidad invisible, pero terrena a través de la física y la química, de las matemáticas y afines, y por eso vemos el mundo de los átomos y de las fuerzas gravitacionales, de los pesos y medidas, de los cálculos y los elementos químicos, y a través de la filosofía se da un salto más "alto" hacia otra realidad, el ser y sus modalidades, la metafísica y la lógica.
Pero todo esto se queda corto, muy limitado, si es que queremos "ver a Dios". No verlo con los ojos del cuerpo, sino desde la fe. No aguantaríamos ni una décima de segundo sin desintegrarnos físicamente ante la impresión sublime del misterio divino, su belleza y su verdad, su potencia y misericordia, todo esto elevado a lo infinito. Solo un cuerpo glorificado en la eternidad puede ver a Dios y quedar embelesado, extasiado, y para siempre, experimentando un gozo y felicidad única.
En la tierra, a nivel de la experiencia del encuentro con lo Trascendente, con el Dios personal, que para nosotros es Padre, Hijo y Espíritu Santo, se entra en un nivel todavía mucho más profundo que el de la filosofía y las ciencias mencionadas.
Y se logra un saber que trasciende toda ciencia. Es algo totalmente diferente. Es el nivel de la dimensión de la fe, don divino y muy real. Eso lo saben todos los místicos de la historia e inclusive toda persona que ha tenido alguna experiencia, algún encuentro personal con el Señor.
Quien experimenta al Señor, se siente transportado a un nivel sublime; se siente elevado, cobijado, abrazado, aceptado, protegido, bendecido, amado por Él. Se encuentra en un "lugar místico", un pequeño cielo en la tierra.
Y eso se puede vivir en muchos momentos en la vida. Y en la sencillez de lo cotidiano. Sin sobresaltos y sin euforias raras. Como quien experimenta la suavidad de una corriente de fresca brisa. Se siente uno iluminado, animado, conducido por el Señor. Se siente acompañado y revitalizado.
Deja de sentirse solo y le encuentra sentido a la vida. Esta experiencia no está reservada para unos cuantos. Es para todos. Cada uno a su manera, desde su psicología, trayectoria y ambiente particular.
Monseñor.
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