Economía
Incertidumbre laboral y reactivación del consumo
Es hora de comenzar a lidiar con las "víctimas socioeconómicas" de la pandemia. Que haya nuevos rebrotes es una probabilidad, que ya hay más de 400 mil desempleados es un hecho. El "enemigo" no es el virus, es el hambre.
- René Quevedo
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- - Publicado: 25/10/2021 - 12:00 am
Hasta ahora, el objetivo de las autoridades ha sido sanitario, orientado a controlar la pandemia, no socioeconómico. La prioridad del Gobierno es la vacunación, no la generación de empleo per se. Foto: Víctor Arosemena. Epasa.
La generación de empleo formal está en crisis. Panamá adoptó las políticas de confinamiento más severas de Latinoamérica para enfrentar la pandemia de la COVID-19, y, en una economía donde el 70% de los empleos son presenciales, pagó el costo socioeconómico más alto. Éste incluyó la cuarta mayor contracción económica en el mundo, la reducción del 15% de su fuerza laboral, la pérdida del 37% de los empleos formales de su sector privado, 40% de disminución de los ingresos de la Caja del Seguro Social (CSS) y una contracción de $600 millones mensuales en el consumo.
Según Informes del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), en el 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 17.9%, cada panameño (as) perdió $1,805 (reducción del PIB per cápita) y 288,951 trabajadores (as) perdieron sus fuentes de ingreso, lo cual representa 15% de la Población Ocupada.
En una economía que genera unos 45 mil empleos anuales (promedio 2014-2019), 70% de ellos presenciales, llevará más de 6 años recuperar esos empleos perdidos. 92% de todos los empleos generados en esos 10 años fueron informales y el otro 8% fue el resultado de aumentos en la planilla estatal. De no haberse dado los aumentos en la planilla estatal, hoy el desempleo sería 25%, no 18.5%.
Estamos ante la peor catástrofe laboral de la historia. Para contextualizar la magnitud de la devastación, un informe del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), publicado en enero 2021, reveló que en el 2020, México, con una población de 126 millones, y 55.5 millones de empleos, perdió 647,710 empleos formales en el 2020. Panamá, con 4.4 millones de habitantes y 1.6 millones de empleos, perdió unos 327 mil.
En el 2021 la economía crecerá por las exportaciones de cobre y la recuperación del comercio internacional, pero el panorama laboral permanecerá incierto. Se estima que el desempleo aumentó de 18.5% el año pasado a 20% y hay unos 80 mil trabajadores con contratos aún suspendidos, que deben ser reactivados antes del 1 de noviembre.
La generación de nuevos empleos formales en la economía marcha a la mitad del ritmo del 2019. Un informe del Instituto de Estadística y Censo (INEC), entre enero y agosto 2021, Mitradel tramitó 139,838 nuevos contratos (78% temporales), un poco más de la mitad de los 267,235 tramitados en el mismo período del 2019, año en el que se generaron 52,040 empleos, todos informales.
Hay una creciente incertidumbre en materia de empleo. El pasado 6 de octubre 2021, la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP), presentó el Índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP) de septiembre 2021, donde se mantiene el nivel de confianza del consumidor ante la reactivación económica, con importantes incrementos en los indicadores sobre la situación del hogar y la situación económica del país.
Sin embargo, 43% de los encuestados manifestó que es poco probable que mantenga su empleo dentro de los próximos seis meses (versus 26% en julio), 7% considera que no tendrá trabajo y un 28% no sabe qué ocurrirá. Es decir, 4 de cada 5 panameños (as) se muestra pesimista con respecto a sus perspectivas laborales.
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Los incrementos en la planilla estatal han venido enmascarando la capacidad de la economía para generar empleo formal, pero la creciente percepción de inseguridad laboral que muestra el ICCP es también indicativo del deterioro de la confianza en el clima de negocios en el país, más aún ante la precaria situación financiera y sobreendeudamiento del Estado.
Urge inyectar liquidez al tejido productivo a través de financiamiento bancario, y atraer Inversión Extranjera Directa (IED). Pero para que haya inversión privada tiene que haber confianza, negocios rentables y reglas claras. Sin inversión privada, no habrá generación de empleo formal. Y si no generamos empleos formales, la Caja del Seguro Social está condenada a muerte.
En este contexto, la estrategia del Gobierno para la reactivación económica es clave. Hasta ahora, el objetivo de las autoridades ha sido sanitario, orientado a controlar la pandemia, no socioeconómico. La prioridad del Gobierno es la vacunación, no la generación de empleo per se.
Pero habiendo logrado a la fecha un alto porcentaje de vacunados y el relativo control de la pandemia, es hora de hacer la generación de empleo la primera prioridad.
Es hora de comenzar a lidiar con las "víctimas socioeconómicas" de la pandemia. Que haya nuevos rebrotes es una probabilidad, que ya hay más de 400 mil desempleados es un hecho. El "enemigo" no es el virus, es el hambre.
Asesor empresarial.
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