Panamá
Gloria a ti Señor
Gloria a ti Señor por crearme de la nada, y darme una existencia personal, dotado de dones y carismas, y llamarme gracias a la muerte de Cristo, hijo tuyo.
- Monseñor Rómulo Emiliani (CMF)
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- - Actualizado: 08/1/2024 - 12:00 am
Gloria a ti Señor por crearme de la nada, y darme una existencia personal, dotado de dones y carismas, y llamarme gracias a la muerte de Cristo, hijo tuyo. Por darme una personalidad concreta.
Por crearme gracias al amor de mis padres y darme una familia, un hogar donde crecí. Gloria a ti porque a través de mis maestros y otros que influyeron positivamente en mi vida, tú me fuiste formando.
Gloria a ti porque me has iluminado constantemente gracias al Espíritu Santo. Por haberme guiado en mi vida y haberme protegido constantemente. Gloria a ti por haberme incorporado al cuerpo de Cristo en la historia, la Iglesia. Gloria a ti por darme una misión concreta en la vida. Gloria a ti Señor por regalarme en vida buenos amigos, personas que me han ayudado a ser lo que soy.
Gloria a ti Señor por haber creado el universo entero, que sigue extendiéndose continuamente y anuncia con su existencia la gloria, el poder, la sabiduría, la grandeza infinita tuya. Y dentro del mismo creaste la tierra, pequeño planeta donde se dieron las condiciones para darnos la existencia.
Lugar apropiado donde después de millones de años fuiste preparando todo para que pudiéramos respirar, comer, movernos, realizarnos como seres humanos.
Nos dotaste de un cuerpo con todas sus funciones sincronizadas para mantenernos vivos. Y nos diste un alma a tu imagen y semejanza, donde hemos podido desarrollar la inteligencia, emociones, sentimientos y abrir nuestro ser a ti gracias a que somos espíritu.
Gloria a ti Señor porque con cada uno de nosotros mantienes una relación personal, única, exclusiva, una historia de amor que se desarrolla en un marco original. Desde que estábamos en el vientre de nuestra madre ya nos bendecías, nos contemplabas, nos acurrucábamos en tu ser divino, y nos ibas gestando para nacer. Y al ver la luz de la vida nos fuiste acompañando en todo el proceso de crecimiento. Nunca dejaste de amarnos, de estar a nuestro lado, de apoyarnos, fortalecernos, de perdonarnos. Nunca dejaste de creer en nosotros.
De soñar en nuestras posibilidades de realización personal. Nunca dejaste de esperar y promover nuestra santidad.
Gracias Señor, gracias. Eres maravilloso, único, infinitamente misericordioso, poderoso, santo, bueno y generoso. Te amamos Señor, glorificamos tu nombre, te adoramos, y te decimos que a ti nos
consagramos, nos entregamos y ponemos toda la confianza y la esperanza. Sabemos que nos tienes
prometida una eternidad de gloria y felicidad. Que gozaremos de tu presencia para siempre. Que nada
ni nadie nos separará de ti. Gloria a ti por siempre. Amén, amén.
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