Análisis
Es una orden, no un consejo
... una crisis de sobrevivencia en la que resaltan ingredientes sociales deplorables, tales como La pobreza extrema, inseguridad, fracaso de un sistema político que no da respuestas y grupos de poderes económicos que sufren de una gula insaciable de riquezas y, frente a estas crisis, se van formando estos contingentes de seres humanos que han perdido todo optimismo o razón de vivir en su patria.
- Silvio Guerra Morales
- /
- Ramiro Guerra Morales
- /
- [email protected]
- /
- - Publicado: 02/11/2018 - 12:00 am
Desnuda el fracaso de modelos económicos y políticos. Están fastidiados, cansados, de tantas promesas incumplidas, todo sigue igual.
Mucho se ha venido divulgando en los diversos medios de comunicación respecto al fuerte contingente de personas, de nacionalidad hondureña, que en una gran marcha, caracterizada por la fatiga, los muchos riesgos, frío, hambre y dolor, decidieron, a como diera lugar, ingresar al territorio de los Estados Unidos de América, en búsqueda de mejores días, detrás del sueño dorado de que allí, en esas tierras, todo les sería mejor.
Hemos venido advirtiendo este fenómeno de los constantes desplazamientos o contingentes de personas que emigran de sus países hacia aquellos territorios o Estados en donde, según se les habla o dice en los medios, hay mejores oportunidades de vida, trabajo, alimentos, casas, etc.
No es pecado, quede claro, que todo hombre aspire a vivir mejor.
A superar los estadios deplorables y tristes de la miseria, a huir de las garras de la pobreza que martiriza y destruye, sembrando desconsuelo, luto y dolor en los desesperanzados.
VEA TAMBIÉN:Las difíciles expectativas económicas
Creemos, no obstante, que la información que sale de los medios de comunicación ha estado afectada o parcializada por un simplismo que raya con la indiferencia o la desidia, la falta de solidaridad social o la incapacidad para entender el padecimiento de los demás.
En ese orden de ideas, es de precisar que la información sesgada y mediática de los medios de televisión, tan solo destacan el fenómeno y no las contradicciones que hay de fondo.
Veamos: A los miles de hondureños que se dirigen a la frontera de los Estados Unidos de América con México, teniendo como objetivo llegar a la patria del Tío Sam, ahora se observa que se suman también los salvadoreños.
El Pentágono estadounidense ha dispuesto enviar cinco (5) mil militares, a fin de evitar la entrada de estos contingentes de personas al país.
Pero corresponde que nos preguntemos: ¿Por qué ocurren esos fenómenos masivos de movilización de nuestros hermanos centroamericanos?
Es triste, pero ningún medio destaca qué es lo que realmente está sucediendo en los países circunvecinos, pero sobre todo en nuestra América indigenista.
También, en torno a lo que sucede, las noticias son sesgadas, parcializadas.
VEA TAMBIÉN: Halloween vs. Noviembre, Mes de la Patria
Muy poco se confronta la cruda realidad y solemos comportarnos, cuales mojigatos, analizando las causas de los problemas advirtiendo, parapléjicos, el fenómeno, pero nada decimos del noúmeno –la esencia o trasfondo del problema-.
Se advierte, en ese orden de ideas, una crisis de sobrevivencia en la que resaltan ingredientes sociales deplorables, tales como La pobreza extrema, inseguridad, fracaso de un sistema político que no da respuestas y grupos de poderes económicos que sufren de una gula insaciable de riquezas y, frente a estas crisis, se van formando estos contingentes de seres humanos que han perdido todo optimismo o razón de vivir en su patria.
Piensan en los Estados Unidos de América como la gran panacea, la tierra promisoria, o tal vez, con el perdón del Supremo Creador, en la Tierra Prometida donde fluye leche y miel.
Para muchos esta tierra es el paraíso para desarrollar o iniciar una mejor vida.
Algunos pensadores o analistas escribirían que no es la mejor salida y que estos hermanos deberían hacer la pelea en su país.
Muy simple este análisis, afectado por la incomprensión del fenómeno y la ausencia de todo tipo de solidaridad.
Y es que, cuando al nivel de la conciencia, las personas ya han perdido toda esperanza y deseo de luchar, estas enormes caravanas de hermanos, no hace otra cosa que poner de manifiesto, en evidencia que desnuda, el fracaso de modelos económicos y políticos, en esos países en donde, sencillamente, la gente, los pobladores, ya se hartaron, están fastidiados, cansados, de tantas promesas incumplidas, de falsos paradigmas: nada cambia, todo sigue igual.
La crítica, a nuestro juicio, debe estar dirigida a esos Gobiernos.
No convenimos, en ese orden, con la administración Trump.
Somos duros críticos de su política para abanicar Gobiernos sumisos y elitistas.
Claro que hay que criticar la política antiinmigrante de Trump, es una cosa, pero otra cosa lo es cerrar los ojos ante una clase política y de opulentos y oligarcas que les resbala el padecimiento de nuestros congéneres.
¿En dónde queda, para la administración Trump y para muchos Gobiernos déspotas que victimizan a los pueblos de América, las palabras del Señor Jesús cuando expresa: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo"?
Hoy, como ayer, esta es la regla de oro que cobra absoluta vigencia plena.
Es una orden, no un consejo. Si nuestros gobiernos pensaran e hicieran más a favor de los pobres, de seguro, habría más felicidad, menos deseos de acariciar otras tierras.
Abogados.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.