Trascendencia
Encierro –versus- COVID-19
...más que un retorno a la “nueva normalidad”, lo que, realmente, estaría aconteciendo no sería otra cosa que un retorno a la “anormalidad social”.
- Silvio Guerra Morales
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- - Publicado: 15/5/2020 - 12:00 am
Sabemos el día que nos encerraron, pero desconocemos el día que nos liberarán. Foto: EFE.
He podido percibir, sobre todo en las últimas dos semanas, que los ciudadanos e igual con los extranjeros que habitan en este país, existe un enorme malestar, al grado de la desesperación, causado por el encierro sin límites en el que nos encontramos y, como consecuencia, en obviedad de comprensión, por toda la incomodidad y demás irregulares situaciones que genera dicho encierro.
La cuarentena ya no es cuarentena. Los cuarenta días ya pasaron. Hemos llegado a los dos (2) meses de encierro.
He dedicado varios artículos, con conciencia crítica de ciudadano, haciendo aportes de lo que podría ser el retorno a lo que se ha dado en llamar "la nueva normalidad", concepto este que no logro comprender desde el punto de vista idiomático ni filosófico.
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Tal vez, si se nos hablara de un "retorno a lo cotidiano", a "las cosas propias de la vida diaria", inclusive un "retorno a la normalidad", podríamos comprenderlo mejor.
Si decimos que retornamos a "la nueva normalidad", lo primero que tendríamos que preguntarnos sería: ¿Qué nos trae de "nuevo" esa "nueva normalidad"?
Creo que la respuesta sería nada.
Por el contrario, si consideramos que se profundizarán aún más las brechas sociales; que el desempleo se disparará; que la situación de los sectores pobres y marginados será mucho más precaria de lo que venía siendo; que la educación ha demostrado ser un fiasco en este país (sobre todo la llamada educación "privada"); que se acentúan los problemas de estructuras e infraestructuras públicas (los corruptos haciendo de las suyas); que ya el Canal de Panamá es objeto de acusaciones y tachas internacionales de "falta de agua" para operar plenamente; una Caja de Seguro Social en pleno declive hacia la bancarrota; un ejecutivo que delegó el poder de gobernar dado por los ciudadanos en manos de un Ministerio; una administración de justicia que no ha demostrado realmente su independencia y autonomía; todo esto y otros tantos problemas, ponen en manifiesta evidencia, simple y sencillamente, que, más que un retorno a la "nueva normalidad", lo que, realmente, estaría aconteciendo no sería otra cosa que un retorno a la "anormalidad social".
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Porque sencillamente nada de esto debería darse dentro de un Estado en el que un gobierno, ejerciendo el poder político, lo haga de manera tal que el bienestar común para todos los ciudadanos, la población entera, sea la verdadera nota distintiva.
En lo personal, estimo que si el Gobierno Nacional, lejos del discurso del levantamiento gradual y progresivo del encierro, denominado apertura en " bloques", no hace algo urgente, inminente y distinto, más pronto de lo que se pueda pensar, se va a dar la clara expresión de la gran disconformidad social y será esta, tal vez, la causa que unificará a la población entera para reclamar el retorno efectivo a la vida cotidiana sin que ello implique el desconocer el riesgo en cuanto a la salud pública que confrontamos frente al Covid-19 y, en consecuencia de ello, respetar las normas y medidas propias del protocolo de cuidados hacia la prevención.
Alguien tiene que decirle al Gobierno Nacional que el poder político conferido en las urnas para administrar la cosa pública, para ejercer el gobierno, se encuentra definido y delimitado en la Constitución Nacional.
Que este poder político del cual el gobierno es recipiendario, por parte de los ciudadanos, debe ser manejado con prudencia, sabiduría y cautela.
Como pueblo panameño, elegimos a un gobierno entendiendo, básicamente, a las autoridades del Ejecutivo y Legislativo para que gobernaran.
Pero, frente a la pandemia del Covid-19, el Gobierno Nacional, simplemente puso en bandeja de plata este poder político en manos de un Ministerio de Salud al cual, más que censurar la medida de casa por cárcel a la cual nos han relegado, incrimino la ausencia total de claridad y precisión en la información que se le da al país entero.
Para muestra un botón: Sabemos el día que nos encerraron, pero desconocemos el día que nos liberarán.
El pueblo panameño se ha comportado con gentileza y gallardía ante este encierro.
Ahora, toca al Gobierno Nacional, mediante la toma de decisiones inmediatas, decirle a este pueblo, el momento preciso e inmediato en que retornaremos a la vida cotidiana.
Y si no lo saben, creo que los epidemiólogos ya lo han sugerido: la inmunidad de rebaño.
Creo que llegó el momento en que el encierro, injusto e ilegal, en que nos encontramos empieza a cobrarle salud a los habitantes de esta nación.
También creo que llegó el momento en que los efectos negativos de la casa por cárcel superarán con creces los efectos del Covid-19.
¡Dios bendiga la Patria¡ ¡Yo le creo a Dios!
Abogado
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