El emerger de China como hegemón global
El papel de China como prestamista financiero mundial y comprador influyente de bonos nacionales para rescatar a los Estados occidentales de una crisis financiera más severa, reforzó su percepción de gran poder.
- Carlos Pérez Morales
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- - Publicado: 07/3/2021 - 12:00 am
China ha obtenido mucha influencia mundial debido a sus gigantescas inversiones en países extranjeros, su amplio comercio, su influencia cultural y por la cooperación que sostiene con los países donde invierte. Foto: EFE
Desde que Deng Xiaoping llegó al poder en 1978 y abrió la economía de China durante las décadas de 1980 y 1990, el ascenso de China es motivo de gran preocupación para sus vecinos más próximos, así como para las otras grandes potencias mundiales. Un crecimiento económico de dos dígitos sin precedentes, impulsó el mercado interno de China al segundo lugar en el mundo, apenas detrás de Estados Unidos.
A pesar de que la pandemia del coronavirus surgió en China a finales del 2020 y continuó durante el 2021, su crecimiento económico aunque menor no se detuvo. (Danner y Martín, 19 de abril de 2021). El estilo influyente de Deng se convirtió en una tradición entre los sucesivos presidentes chinos. Desde Jiang Zemin a Hu Jintao, y ahora a Xi Jinping, China, continuó alimentando y promulgando la imagen de un poder, con intenciones completamente pacíficas.
En línea con esta tradición en desarrollo en la política exterior y la gran estrategia de China, el presidente Xi avanzó más conceptos de seguridad, enfatizando una estrategia de política exterior que enfatiza las intenciones pacíficas de China.
En consecuencia, el presidente Xi se refirió al enfoque de China como "común, integral, cooperativo y sostenible", y pidió al resto del mundo "alinear sus diversos intereses de seguridad dentro de un proyecto común; evitar monopolizar los asuntos de seguridad; trabajar por la seguridad sin alianzas exclusivas; y abordar la gama completa de amenazas tradicionales y no tradicionales" (Holslag, 2014).
En la última década se ha profundizado un debate en todo el mundo sobre si China se convertirá en el hegemón mundial. Existen diferentes opiniones sobre este asunto. Algunos argumentan que esto será por su influencia económica y política, pero no militar. Otros piensan que ascenderá como hegemón por su influencia militar, pero por la vía pacífica. Su ascensión como país líder del mundo desplazaría a Estados Unidos como hegemón.
La Gran Recesión Global de 2008 comenzó en Occidente, específicamente en Estados Unidos. La misma afectó negativamente a estos países y dejó a China, en general, ilesa. En consecuencia, la auto-percepción de China pasó de verse a sí misma como un mero ascenso, al logro real de su ascenso al estatus de gran potencia.
El papel de China como prestamista financiero mundial y comprador influyente de bonos nacionales que ayudó a rescatar a los Estados occidentales altamente desarrollados de una crisis financiera más severa, reforzó su percepción de gran poder. En consecuencia, los tomadores de decisiones chinos (Policy makers) y un vasto segmento de su población reconocieron que el tiempo del liderazgo global de China finalmente había llegado, mientras que el de Estados Unidos estaba disminuyendo y terminando rápidamente (Nye, 2011). Traducción del autor.
China ha obtenido mucha influencia mundial debido a sus gigantescas inversiones en países extranjeros, su amplio comercio, su influencia cultural y por la cooperación que sostiene con los países donde invierte. Esta cooperación ha aumentado durante la construcción de la Ruta de la Seda.
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Personalmente, soy de opinión de que China se convertirá en el próximo hegemón mundial antes de la segunda mitad del siglo XXI.
Analista geopolítico.
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