Debate
El valor de la amistad y la política
- Miguel Ángel Sánchez Ávila
- /
- opinion@epasa.com
- /
Ahora, lo que posiblemente está pasando es que muchos de los que se consideraban amigos, pasan parte de su tiempo librando una batalla por ser el mejor funcionario y agradar al jefe, aunque tenga que dejar mal al supuesto amigo o compañero.
Semanas atrás escribí un artículo sobre el fenómeno social que viven los funcionarios del Estado cuando cambian los gobiernos en nuestro país.
Escrito que fue muy comentado puesto que muchas personas se identifican con esa realidad.
"Quítate tú pa ponerme yo", es un análisis crítico de la zozobra por la que atraviesan diariamente estos empleados públicos que esperan nunca les llegue la carta de destitución.
Probablemente, algunos están conscientes que el día "D" tiene que llegar, pero en el fondo esperan que no sea así.
Lo cierto es que por cinco años coexistieron y congeniaron durante las ocho horas de trabajo.
Algunos se emparentaron.
VEA TAMBIÉN: ¿Dónde estás Señor?
Otros invitaban a sus compañeros a las fiestas familiares donde conocían a sus esposos, esposas y a toda la familia.
En muchos casos, los hijos de los funcionarios creaban una amistad que probablemente perdura mucho más que las que supuestamente sostienen sus padres entre compañeros.
Quizás, lo menos que hacían era salir los viernes después del trabajo para compartir unos tragos y hablar de sus problemas personales.
Lo cierto es que, de alguna, manera existía una relación amena que podríamos llamar amistad.
Ahora, lo que posiblemente está pasando es que muchos de los que se consideraban amigos, pasan parte de su tiempo en el lugar de trabajo, librando una batalla por ser el mejor funcionario y agradar al jefe, aunque tenga que dejar mal al supuesto amigo o compañero.
La idea es sobrevivir.
Existen casos donde en momentos de desgracia familiar, toda la planilla se ponía de acuerdo para apoyar moral o económicamente cual fuese el caso. Inclusive, delegaciones completas asistían a los funerales de los familiares del compañero y amigo de trabajo y hasta lloraban juntos.
Es posible que el valor de la amistad en algunos haya prevalecido, pero en otros, eso ya no tiene importancia.
VEA TAMBIÉN: Una fecha olvidada, 7 de septiembre de 1977
"En la política no existe la amistad". Esta frase expresada por algunos frustrados es un eslogan que no está en discusión.
Existen muchos políticos que tienen un adeudo con sus fieles.
"Todo aquel que trabajó en campaña política buscando los votos tiene derecho a trabajar en la planilla del Estado".
No importa la capacidad intelectual, las destrezas o el conocimiento en el cargo que va a desempeñar; mucho menos la mediocridad.
Lo que importa es cumplir con el compromiso político.
"Tú me ayudaste en campaña, yo te consigo un puesto en el gobierno".
Hace poco tiempo se analizó este tema y se llegaron a conclusiones desfavorables.
Muchos dijeron que "las instituciones del Estado no son una finca privada donde los políticos tienen el derecho a nombrar familiares y amigos con extraordinarios salarios".
Es aquí donde se inicia el conflicto.
Unos necesitan favorecer a sus activistas y los funcionarios quieren permanecer en sus puestos de trabajo.
No importa quién es amigo de quién.
Si se cuenta con la dicha de tener un "padrino político", puede que se salve.
Al final, no es amistad, son favores políticos y lo que viven los funcionarios del Estado en cinco años es una fantasía promovida por el sistema político corrupto.
Un sistema político es un conjunto de procesos de decisión que conciernen la totalidad de una sociedad global (Lapierre-1976).
Lo que quiere decir que los actores de un sistema político como el nuestro somos todos los panameños y no un grupo seleccionado.
Los creyentes en Dios creemos en el perdón.
De hecho, cada vez que rezamos el Padre Nuestro pedimos que se nos "perdone nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden".
Lo cierto es que, estamos mintiendo y pidiendo algo que no hemos hecho, ni estamos dispuestos a hacer.
Pocas veces perdonamos a los que nos ofenden.
Este es un tema muy controversial que las personas no le toman importancia y tiempo para reflexionar.
La mayoría de las religiones promueven el perdón, como uno de los principios básicos para convivir de forma pacífica y, este no es lo que está pasando en el contexto gubernamental.
La pregunta es: ¿estamos dispuestos a perdonar al compañero y supuesto amigo que nos dejó mal con el jefe?
Estamos convencidos que tenemos que perdonar a esa persona que considerábamos amigo, pero un día pensó que su compañero era una amenaza y utilizó su poder político para destruirle su vida profesional.
¿Dónde está el valor de la amistad?
¿Existirá entre los funcionarios del Estado una verdadera amistad? Creo que cuando existe la política de por medio es muy difícil valorar la amistad.
Periodista
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.