El Señor está cerca de los que lo invocan
El señor es bondadoso y compasivo, está pronto a perdonar: Cuando le piden ayuda, los escucha y los salva” y me indicó “aclamemos a Dios para que Panamá enfrente la pandemia con sabiduría”.
- Emilze Evans
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- - Publicado: 09/7/2021 - 12:00 am
Debemos aclamar a Dios. El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad. Foto: EFE.
En el mes de julio de 2019, unos meses antes que la Organización Mundial de la Salud declarara al COVID-19 como una pandemia el 11 de marzo de 2020, la economía de los panameños estaba disminuyendo a causa del incremento de la tasa del desempleo y la incertidumbre que no había dólares circulando en la calle.
Los bancos y comercios cuando realizabas alguna transacción financiera con ellos y debían devolverte dinero, te entregaban nuestra moneda, el balboa, conocido por los millennials como “Martinelli”. Las máquinas de recarga para el sistema de transporte público, ubicadas en las estaciones del metro, no aceptaban el balboa y para recargar, si tenías uno, debías ir a una zona paga del metrobús.
En el Parque de Santa Ana escuchaba a los adultos mayores comparando estas circunstancias con la época de la dictadura que había poco efectivo en la calle y les preocupaba porque pensaban que era el fin de los Washington, “dólares”, en Panamá.
En la ciudad había puntos específicos donde las personas acudían a formar fila para recibir un plato de comida. Debajo del puente vehicular ubicado cerca de la Plaza 5 de Mayo y al lado de la Asamblea Nacional el número de personas indigentes aumentaba.
Este escenario fue antes del 11 de marzo de 2020, y después de esta fecha, cuando caminabas por las calles de la ciudad, algunos panameños comentaban Panamá no podrá enfrentar esta pandemia. A partir de las 5:01a.m. del miércoles 25 de marzo de 2020, se inició la cuarentena total obligatoria a nivel nacional con las restricciones de movilidad de acuerdo al género y al número de la cédula de identidad personal.
En esos días, cuando salía a la calle, veía a mi querido Panamá bajo la sombra de la tristeza y desesperanza. Me causaba una angustia y a la vez temor.
En la Plaza 5 de Mayo, encontré una mujer cuyo aspecto denotaba que vivía en la calle.
Esta se acercaba a las personas para pedirle dinero, pero no le daban. Yo tuve que compartir una moneda con ella porque tenía miedo que mi hiciese daño. Cuando ella vio que le había dado un balboa, dijo “gracias Dios”.
Luego, encontré un Señor y me comentó: no te preocupes, lo utilizará para comer y le contesté, espero que sea así porque descompleté mi pasaje. El señor respondió elimina el miedo de tu pensamiento.
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Debemos aclamar a Dios y me citó estas líneas del Salmo 144: “El señor es bondadoso y compasivo, está pronto a perdonar: su amor es grande. Con todos, el Señor es bueno y tiene compasión de todas sus criaturas. El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad. Cuando le piden ayuda, los escucha y los salva” y me indicó “aclamemos a Dios para que Panamá enfrente la pandemia con sabiduría”.
Esas líneas del Salmo 144, me hicieron recordar el milagro de Australia cuando todos se unieron en oración, Dios les mandó la lluvia y David Jeffery dijo “The bushfires looked like they would be the death of a lot of things, but God turned it into a resurrection”.
https://www.eternitynews.com.au/australia/mallacootas-miracle-man-one-year-after-nye-bushfires/
Estimado lector, si estás atravesando por alguna situación difícil, no olvides buscar tus raíces religiosas. Así como Dios escuchó a esa mujer y ella dijo: gracias Dios, reconociendo que él siempre ayuda a sus hijos.
Ten presente que la felicidad la llevas dentro y en la vida podemos encontrar días alegres o complicados, pero al final prevalecerá la luz.
Alaba a Dios, él te escuchará y te sorprenderás.
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